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El primer libro de ensayos de Thomas Rifé, Navidad en Japón (Ediciones Paco, 2022), recupera las andanzas de hombres con biografías heroicas, nacidos y criados bajo el paradigma del siglo XX. ¿Cuáles son los aspectos de las vidas de estos astronautas, corredores de Fórmula 1, toreros, exploradores antárticos, que interpelan a un nativo digital?

Una arqueología del siglo XX

Durante el recorrido de lectura que propone Navidad en Japón se infiere de manera sutil un anclaje de escritura en cierta angustia existencial. La búsqueda del sentido de la vida inherente a aquellas prácticas sobre las que se interesa Rifé, que no tienen un fin utilitario específico más que probar los límites de la propia existencia y expandir la conciencia, nos invita a hacernos la misma pregunta. ¿Por qué un hombre se enfrentaría a muerte con un toro? ¿Para qué alguien daría vueltas y vueltas en un auto más liviano que su propio peso? 

El filósofo Peter Sloterdijk menciona en relación a su último libro, Quién no ha pensado en el gris todavía, que el gris es el valor cromático decisivo del presente y afirma:

El gris es el color de nuestro tiempo. Llama la atención, por ejemplo, que el fabricante de automóviles Porsche lleva tiempo promocionando los tonos grises como la opción para “los que toman las decisiones y los que lo quieren todo”. Si estás al frente, elige gris, ese es el mensaje. El zeitgeist nos habla aquí más allá de la pintura de autos de lujo. Señala un deseo por algo especial que sea compatible con la discreción. En otras palabras, el gris otorga excelencia sin riesgo de sanciones. 

Sloterdijk propone pensar el gris desde el rojo: el rojo revolucionario de los jacobinos, el del estalinismo y los experimentos de los estados socialistas. Ese rojo se tornó gris a medida que avanzaba la historia hasta llegar a convertirse en el credo de Porsche, una empresa que se desarrolló a partir de una cosmovisión que ubicaba al rojo como una característica deseable pero que no dudó en modificar su paradigma cromático de acuerdo a la espiritualidad de la época.

En la arqueología nostálgica del siglo XX que realiza Thomas Rifé se detecta una valorización de esa cosmovisión roja, en contraposición a este presente gris que nos invita a experimentar una existencia vacua, controlada, calculada, sedentaria y que pareciera ser insuficiente para aquellos jóvenes que anhelan, aunque solo lo hayan leído en los libros, un ejercicio de la vida basada en el riesgo.  

Elogio del riesgo

El lujo, los duelos, las guerras, los espectáculos, las artes, representan actividades que, al menos en condiciones primitivas, tienen un fin en sí mismas. Por ello es que el filósofo George Bataille afirma que es necesario reservar el nombre de gasto para estas formas improductivas. A pesar de las distinciones, en todos los casos estás actividades tienen en común que el énfasis se sitúa en la pérdida, la cual debe ser lo más grande posible para que adquiera su verdadero sentido. En el caso de Navidad en Japón, Rifé no duda en cultivar a través de los sucesivos relatos la importancia del gasto improductivo para la edificación de la subjetividad humana. En su artículo sobre la tradición de las corridas de toros reflexiona: 

Se trata de un sacrificio ritual y es parte del catolicismo popular español. ¿Un sacrificio con qué objetivo? El único posible, el de reafirmar que los hombres son hombres, que las bestias son bestias y que el orden social se ha mantenido.

Ese “elogio del riesgo” es también el concepto que sirve de título a uno de los libros publicados por la psicoanalista ya fallecida Anne Doufurmantelle, y que también se puede interpretar como un elogio del gasto improductivo.

Y si el riesgo trazara un territorio antes siquiera de realizar un acto, si supusiera una cierta forma de estar en el mundo, si construyera una línea de horizonte…. tal vez arriesgar la vida sea, para empezar, no morir. 

Esa paradoja psicoanalítica es abordada en diagonal en cada uno de los ensayos que piensa y escribe Rifé, incorporando la dosis de romanticismo necesaria para pensar el presente. Se revaloriza la puesta juego de la propia carne, el impulso tanático, aquello que hace que una vida valga la pena ser vivida. 

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En un momento histórico donde las instituciones históricas perdieron peso y flaquean los sentidos de pertenencia; donde la familia, la religión, la patria o la política no tienen la relevancia que han tenido en otros momentos históricos para crear colectivos ¿dónde encontrar un principio rector, un anclaje, un safe place

El ensayo que da nombre al libro se encuentra en el medio del libro, como un parteaguas de esa colección de historias cargadas de anhelo e idealismo, y puede delinear una posible respuesta. Allí, Rifé relata en primera persona la experiencia de viajar a Japón junto a su hermano mellizo a pasar una navidad, y relata la profunda decepción que provocan los mecanismos de relojería que regulan la vida japonesa. Una eficiencia tan sofisticada que vacía la cotidianeidad de cualquier riesgo, pérdida, carne, gasto improductivo. Una vida solo se vive en rojo, parece decir Rifé en sintonía con Sloterdijk. 

Navidad en Japón es un manifiesto contra la estupidez imperante. Un valiente ejercicio de pensamiento que pone en cuestión las reacciones automáticas a los fenómenos sociales e intenta rastrear sus sentidos, que no cae en la trampa de interpretar la historia desde un punto de vista fundacional. Se trata de una escritura humilde, que intenta comprender por qué aquello que no sirve para fines materiales es tan relevante como cohesionador social. Una posición reflexiva que escasea y por esa razón es digna de celebrar////PACO

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