article-2274243-175EB7EE000005DC-920_634x872No sé cómo se informan mis contemporáneos. La pregunta suena intrascendente pero define buena parte de mis reflexiones cotidianas. Por contemporáneos me refiero a las personas más o menos de mi edad, con las que comparto más o menos el mismo universo intelectual y más o menos la misma pertenencia sociocultural. Sé cómo se informan mis contemporáneos más allá de esa barrera tosca que divide entre quienes conozco un poco y quienes no conozco para nada. Hay gente que escucha la radio en 2013. Y no precisamente la que lleva una bolsa de colostomía por razones de edad adosada al abdomen (quienes en 2013 quieren trabajar en la radio en 2013 la llevan adosada al cerebro y no puedo hacer nada por ellos).

Supongamos que tuviera que dar un parte de la información que llega a mí un día como hoy. Me despierto, reviso mis cuentas en la web –todas mis cuentas en la web- y entonces la información comienza a llegar. Esto es lo que sé.

Kelley Sherley sufrió una wardrobe malfuntion en una premiere de su última película en Londres. Como llevaba medias largas, la ropa interior no terminó de verse y la foto no tiene gran valor para los paparazzis. La información: los paparazzis son los últimos -y los mejores- dinosaurios del periodismo tradicional. Los drones, en meses, van a poder ofrecer, incluso, fotos donde Kelley Sherley aparezca en el interior de su baño cambiándose un tampón. Las imágenes van a estar online antes de que ese tampón nuevo logre ensuciarse. Por lo demás, no sé quién es Kelley Sherley.

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Leonardo Di Caprio y Bradley Cooper estuvieron juntos en un hotel en Florida durante el Super Bowl. Llevaron largavistas y telescopios para mirar el partido pero también para mirar mujeres. Eso es lo que propone el contenido y me parece bien (si es verdad, si es mentira, creo que un periodista demasiado imbécil se preguntaría acerca de eso). Di Caprio ya se cogió a Gisele Bundchen y a Bar Refaeli, por citar dos nombres relevantes, por lo que uno explora el contenido con #respeto. La información: imaginar los diálogos. Dos hombres, que son también los hombres más deseados del mundo, hablando en tono exhausto sobre su responsabilidad sexual pública y privada en el siglo XXI. Florencia Angilletta diría que algo del orden de la postmasculinidad se define con una rigurosa nitidez en la foto.

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George Lucas y Steven Spielberg. Viejos zorros del celuloide sobreviviendo en la Era Digital. A esta altura parecen dos personajes de una novela de Philip Roth. Los carcamanes que desean pero que ya no se sienten con la dignidad para cumplir con sus deseos. Lucas ha hecho con Star Wars cosas que deberían haberse juzgado -y se juzgarán- en algún Nuremberg de la Cultura Pop del Siglo XX.

Una escuela de cine en California los juntó para una charla con estudiantes. Lucas intentando ser gracioso. Spielberg, bueno, digamos que buena parte de su cine consta de retratar el goce de la víctima, desde ET hasta la última que haya filmado, así que la imagen no parece tan simpática sino más bien de rigurosa necesidad publicitaria. La información: siempre se puede seguir adelante aunque las rodillas y las narices se deshagan contra la pared.

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Kimberly Garner en Londres. No sé quién es. Pero ese culo no pide justificaciones. Información: la belleza más inmediata sigue siendo un sagrado patrimonio femenino.

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Tatiana Kozlenko es una azafata rusa que sacó esta foto. La foto llegó a internet y se viralizó. La aerolínea para la que trabaja la demandó. Aeroflot debe tener muchos motivos para colocar su propio trabajo bajo la mirada de la ley pero Tatiana Kozlenko paga el precio contemporáneo de la estupidez. No la suya sino la de los pasajeros. Ni siquiera la de los pasajeros: probablemente se trate de cuatro o cinco menopáusicas ofendidas por el final de sus propias vidas. Imagino a Tatiana en una oficina de Aeroflot interrogada por algún funcionario maduro. La imagino sentada, las piernas cruzadas, el uniforme impoluto, esperando el momento en que el funcionario le explique qué podría hacer para resolver rápido y para siempre su situación.

Twitter de Aeroflot: ‘Posting this photo shows Tatiana’s attitude towards passengers and her duties. She acknowledged her fault when she spoke to her managers.’

Blog de Tatiana: ‘I don’t consider myself guilty! The photo was added to my page, I only tagged myself on it!!! The hand isn’t mine, the plane is not my company’s!!! I don’t understand what they spoil my life for!!! I’m asking you for help and support!!’

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Técnicas para el aniquilamiento. El ejército inglés durante la Primera Guerra Mundial usaba árboles falsos para esconder francotiradores en los territorios de nadie entre las trincheras. Algo de la historia de la ambición de la Humanidad -como diría @Volquetero- se sintetiza en esta foto. Creo que en las novelas infantiles de J. R.R. Tolkien los árboles caminan y se defienden con golpes y patadas. Pero lo hacen con una atmósfera de estupidez ecológica y falsa conciencia natural que los francotiradores ingleses probablemente no tenían en mente mientras gaseaban a los alemanes y viceversa. La información: no todo es lo que parece, siempre puede haber un rifle listo para asesinarte en lo que parece un árbol.

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Este pájaro gigante con reminiscencias prehistóricas fue robado, rescatado y devuelto a su ecosistema en Zambia. Se llama Kapotwe. Su precio en el mercado es de 20.000 dólares. Ahora vive mejor que cualquier negro local. Los especialistas dicen que es capaz de poner en riesgo a un humano. Y los no-especialistas dicen que el pico parece dibujar una sonrisa. ‘She is naturally very curious about anything that is new and the way she explores things is to gnaw at it with her beak», dice su nuevo guardián. La información: si Kapotwe pudiera convertirse en humano, creo que viajaría a la Argentina, pondría un comercio de venta de joyas y relojes por la calle Libertad y se compraría una de esas viejas van de los años noventa -que no lavaría casi nunca- para llevar de manera económica a todos sus hijos.///PACO