Por Juan Terranova

Juan Carlos Kreimer acaba de relanzar Cómo lo escribo 2.0, una nueva versión de un manual para escribir y publicar en la era digital.

¿Cómo fue que decidiste escribir Cómo lo escribo 2.0?

Habían pasado 25 de la primera edición. Aquel había sido el último libro que escribí en la Lettera 22 y pasé a mi primer PC. Y escribí para no tener que dar más el curso que había armado. Una manera de sacármelo de encima y pasar a otra cosa. Funcionó, muchas escuelas de periodismo y talleres lo usaron como guía, se reeditó varias veces… Pero como la compu hizo creer que muchas partes del proceso de escribir (como se venía haciendo) podían obviarse, el contenido de Como lo escribo fue perdiendo fuerza. En los 90, la idea de “trabajar“ un texto era sinónimo de pérdida de tiempo. Yo mismo le compré los docientos y algo ejemplares que Planeta tenía de la última edición a un peso cada uno y los iba vendiendo directamente a los que estaban interesados. En el 2012, solo quedaba dos o tres en mi archivo personal cuando Marcelo Caballero me pidió los derechos para reeditarlo de Pluma y Papel. Me pareció que no solo la compu había cambiado las condiciones de producción de textos, sino que Internet y las tecnologías habían cambiado la comunicación, que los tiempos dedicados a la lectura eran otros, que el mercado de intermediación entre el autor y el lector (medios gráficos, editoriales de libros) estaban colapsados ante el crecimiento exponencial que había tenido la escritura… En suma, que el texto original necesitaba una revisión “desde” la actualidad. Para eso lo convoqué a Emilio Fernández Cicco, que además de manejar el lenguaje de la crónica actual está asesorando a muchos escritores. Juntos decidimos qué aspectos todavía podían ayudar a los que empezaban a escribir y no estaban contentos con lo que obtenían y le agregamos aspectos, de la producción, la circulación y la difusión que hoy piden ser tenidos en cuenta.

¿Cuánto tiempo te llevó hacerlo?

La primera versión, unos cinco o seis meses de redacción. Esta, también, más o menos la misma cantidad de tiempo…

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¿En qué lector pensabas cuando lo escribías y qué lectores tiene Cómo lo escribo 2.0?

Pensaba en los que escriben y quieren ser leídos. En lectores que sienten el impulso de escribir. Pero básicamente, en los que quieren ir más allá de lo primero que les sale. Esos que como lectores se sienten atraídos o identificados o tocados por determinados textos que leen y se dan cuenta que los suyos no producen ese efecto. De última, lo que ofrecen los pasos en que dividí al libro es un aprendizaje para deconstruir tus propios textos, salir del encandilamiento que te producen al releerlos y ver dónde se enroscan, van de eje, encubren, desaprovechan oportunidades, reiteran, pierden su música, y ese largo etcétera con el que cada uno de los que escribimos va construyendo su relación con lo que escribe, su estilo. Y a sus lectores.

¿A qué le atribuís que ya vaya por la quinta edición?

Atribuyo haber agotado cuatro ediciones a que el libro propone un modelo y cómo romperlo. La clave reside ahí. Muchos tienen el don de escribir y lo que les sale naturalemente funciona. Pero muchos que quieren escribir no logran que sus textos lleguen siquiera al nivel de sus propias aspiraciones. Y en esos casos, proponer un recorrido guiado, deteniéndose en cada parte del proceso de escribir y poniéndola en práctica para familiarizarse con las posibilidades reales de cada uno, sirve de guía, va dando cierto respaldo para poder ir más lejos. Coincidirás Juan que no hay “una” manera de escribir, ni una manera de leer, pero que hay algunas tramas básicas, poco visibles a los ojos de los que no nos dedicamos a esto. Y que, hasta que uno gana cierta habilidad y autoconfianza, empiezan a desarrollar “conciencia de escritura”, de que las palabras que vamos tipeando tienen que ir representando, expandiendo y al servicio de la comprensión de lo que queremos transmitir (con lo que contamos y con el para decir qué contamos eso).///PACO