Get Out, conocida como ¡Huye! en latinoamérica, es la ópera prima del comediante y ahora director estadounidense Jordan Peele. En un año en el que los Oscars se destacaron por la mayor cantidad de nominaciones a actores y actrices de la comunidad negra con películas como Hidden Figures, Fences o Moonlight, Peele opta por hablar de racismo desde una perspectiva irónica y diferenciándose de la postura políticamente correcta. La película relata el fin de semana infernal que vive Chris Washington (Daniel Kaluuya) cuando visita la casa de los padres de su novia Rose Armitage (Allison Williams). Él es un fotógrafo negro y ella es una chica blanca bien progre. A pesar de los nervios de él, la familia de su novia parece relativamente normal. Pero esa calma fingida termina cuando Chris -*spoiler alert*- descubre el plan de sus suegros: hipnotizarlo hasta que pierda el control de sí mismo y transplantarle el cerebro de un blanco. En Get Out el cuerpo del negro se convierte en el objeto de deseo por su superioridad física y se comercializa entre un grupo reducido y elitista. “La raza aria ya fue ahora lo que está de moda es lo negro”, dice uno de los personajes en la escena de la fiesta en el jardín, el momento de quiebre que da lugar a la subasta del cuerpo de Chris.
Peele opta por hablar de racismo desde una perspectiva irónica y diferenciándose de la postura políticamente correcta.
A medida que avanza la trama, se desovilla la madeja del extraño en el fetichismo por la cultura afroamericana. Si lo extraño como estética se nutre de lo opuesto a lo familiar, también refleja la otra cara de lo familiar. Cuando lo cotidiano, el racismo solapado, se enrarece y se exacerba, la fuente del miedo no es lo extraño en su oposición inmediata a lo familiar, sino esa sombra que emerge: la corrección política es tanto o más peligrosa que el racismo. El propio director dijo, en una entrevista a ABC, que “existía un vacío en el género de terror dedicado al tema racial. [Con Get Out ] hice lo mismo que se hizo con el feminismo en los años 70 con Las esposas de Stepford”. El cine necesitaba un héroe negro, pero ¿con qué desenlace? Get Out se estrenó en cines con un “final feliz” en el que el protagonista es encontrado y salvado por su amigo de la TSA luego de asesinar a todos los Armitage. Sin embargo, existe un final alternativo, que se incluye en el DVD de la película, en el que Chris es encontrado por dos policías blancos y llevado preso. La última escena muestra al protagonista tras las rejas, negándose a darle más información de lo sucedido a su amigo de la TSA para que continúe la investigación sobre las actividades de los Armitage.
Existe un final alternativo, que se incluye en el DVD de la película, en el que Chris es encontrado por dos policías blancos y llevado preso.
Get Out no requiere un final alternativo, no hay necesidad narrativa que lo justifique. No hay cabos sueltos ni historias paralelas. Aunque, quien haya visto la película posiblemente haya pensado que cuando Chris está sobre Rose, ahorcándola, y rodeado de cuerpos sin vida, el auto que se acerca es el de la policía. Que, en un giro irónico, van a llevárselo preso sin investigar lo que sucedía en la casa de los Armitage. Durante esos segundos de suspenso, y a cada minuto del film, Peele juga con identificación del espectador y su protagonista, poniéndolo fuera de foco. El final alternativo es, a fin de cuentas, el final original. Lo que le sucede a cada héroe negro en las películas hollywoodenses -muerte o reclusión- y lo que le sucedería a un ciudadano negro en su situación. Pero nadie quiere otra película sobre racismo. Get Out no solo es es la reutilización de una temática actual gastada, sino que apunta a una revalorización del género, dándole la frescura de una ficción no realista////PACO