Por @SantiagoDieser

Aunque en la actualidad no goza de buena salud, la de los pesos pesados es la categoría más atractiva y con más historia del boxeo mundial. En la Argentina siempre fue una deuda impagable. Salvo algunos exponentes dignos, no hubo grandotes habilidosos que le hagan frente a los estadounidenses o, en los últimos tiempos, a los robots europeos.

Los cuatro títulos mundiales de la categoría pesado (AMB, OMB, CMB y FIB, que a su vez tienen subdivisiones) se encuentran en muy pocas manos: las de los hermanos ucranianos Wladimir y Vitali Klitschko, invencibles hace varios años, y las del ruso Alexander Povetkin, invicto (aunque no se las ha visto frente a los gigantes anteriormente mencionados). Este panorama ha transformado a la madre de todas las divisiones, la más taquillera, en una de las más aburridas y previsibles del pugilismo actual.

¿Y por casa como andamos? El campeón argentino del peso completo es el mediático cordobés Fabio «La Mole» Moli, quien aprovechó su participación en los programas de Marcelo Tinelli (fue pionero, luego lo siguió Maravilla Martínez) para darse a conocer masivamente. Moli, próximo a cumplir los 44 años, no tiene oposición a nivel local y defender su corona nacional suele ser un trámite, no por sus cualidades sobre el ring, que son pocas, sino por el escaso nivel de sus rivales. Los últimos dos retadores a su corona, Sebastián Ceballos y Emilio Zarate, poco hicieron para ganarle y terminaron convirtiendo los duelos con el cordobés en peleas para el olvido.

Tan grande es la pobreza deportiva de la categoría a nivel nacional, que el ex campeón mundial crucero Marcelo Domínguez, retirado de la actividad profesional hace varios años, viene amenazando con calzarse los guantes una vez más para pelear con La Mole, a quien ya le ganó en tres oportunidades, las últimas dos por nocaut. Por las condiciones y guapeza del porteño, la mayoría apuesta a que volvería a vencerlo otra vez, en lo que sería la mejor pelea de pesos pesados que hoy puede dar el boxeo argentino.

Mirando más atrás, poco y nada. Otra figura mediática, el enorme camionero Gonzalo «El Patón» Basile (con 57 triunfos en 66 peleas), habitué de varios livings televisivos, amagó a pelear con Moli pero sin llegar a un acuerdo y luego fue noqueado por el probador Luis Juárez, de récord negativo. Ahora, tras un par de triunfos poco resonantes, está programado para pelear en Uruguay.

En Rosario hay un gigante de más de 120 kilos llamado Matías Vidondo, personaje llamativo porque de sus 15 peleas ha ganado 13, todas por nocaut, y además es estudiante avanzado en la carrera de medicina. Pero «El Demoledor» (como lo apodan), ya tiene 36 años y cuando lo probaron frente a un brasilero por el título latino del CMB, perdió por nocaut técnico. Su futuro en los cuadriláteros le augura una gran carrera como doctor.

En el pasado, Oscar Natalio «Ringo» Bonavena le hizo frente como pocos al gran Muhammad Alí y se transformó en el máximo exponente de los pesados. El presente indica otra cosa, es sencillamente paupérrimo. Y el futuro puede despertar algunas (pequeñas) esperanzas, gracias a las buenas tareas llevadas a cabo en el seleccionado amateur, donde se destaca el representante olímpico Yamil Peralta, quien estuvo cerca de traer una medalla de bronce en los últimos Juegos de Londres, en la categoría 91 kilos.

Argentina no ha tenido jamás un campeón mundial en los pesos completos y no se augura que vaya a tenerlo en el futuro. Mientras tanto, habrá que conformarse con que lo representen en el exterior boxeadores como Fabio Moli, que ante el primer roce con un campeón como Wladimir Klitschko se lanzó de cabeza al suelo para no recibir más castigo, en una actitud ridícula. ///PACO