Por Una Lectora de Paco

En la Academia es más vil aún. El promedio que no conseguiste en la cursada lo recuperás con publicaciones. No importa lo que escribas. Importa la cantidad de publicaciones en revistas con referato. Así es que una ponencia es diez artículos. Los formularios de CONEAU y las planillas de evaluación de CONICET lo marcan así. Y te lo digo porque he cargado decenas de fichas docentes y me conozco los formulario de presentación de becas, carreras y demás de memoria. Quién encuentra como sortear la burocracia para ganarse una beca o entrar como investigador no es precisamente el mejor científico o pensador, sino el más hábil para juntar puntos según los criterios de evaluación de las instituciones. Surgen revistas académicas por eso. ¿A quién mierda le importa el uso del rosa para la representación de la violencia de género en la obra de teatro estrenada en Calamuchita a la que fueron a ver veinte personas en todo su estar en cartel? ¿Visibilidad de las minorías? ¡Paparruchadas! Si quieren hacer algo, instálense en Calamuchita y caguen a palos a los tipos que cagan a palos a las minas. No se mientan. Están yendo por el recurso, y está bien. Todos lo hacemos. Hoy tema publicación entra en crisis por la facilidad que hay de divulgar por la web. Se quieren matar con el tema de la autoría, de querer publicar tesis que están hechas de artículos ya publicados y resultan redundantes por lo que nadie va a comprar esos putos libros y todo lo que eso implica. En definitiva, el tema es el recurso. Publico gratis libros que nadie lee, sumo antecedentes aunque diga y repita una y otra vez las mismas dos huevadas que vengo diciendo, consigo más puntos para llegar a la beca y vivir rascándome, haciendo una investigación que hace diez años hubiera llevado cinco pero hoy con internet se hace en tres meses, pero de eso no se habla, internet es palabra prohibida (he tenido que escuchar, «chicos, no saquen cosas de internet»), y todo eso es por el recurso, porque si se avivan los de CONICET que hoy con internet nos rascamos todos, nosotros, estudiantes e investigadores de humanidades, si se dan cuenta de que no se nos cae una idea, de que no producimos nada que le modifique la vida a las personas o que al menos las estimule, estamos al horno, vamos a tener que trabajar. No sé. Es muy complejo. Lo digo siendo una persona que ahora usa el tiempo de su trabajo para hacer otras cosas, lo cual vuelve mi discurso de una ética dudosa. Lo lamento. Trabajo desde los quince, ahora sólo quiero recibirme, lo merezco, manténganme. En lo editorial, volviendo a lo otro, e intuyendo más que concluyendo, el tema es un poco análogo, pero con sus particularidades. De todas maneras, es siempre la lucha por el recurso. Si conseguís el recurso en otro lado, pues entonces podes alimentar el puterío todo lo que te venga en gana, no dependés de nadie. Siento que todavía puede abrirse mucho más este tema. Me dan ganas de discutirlo con una pizarra o al menos unas hojas borrador delante para ordenar ideas.////PACO