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Ya en completo dominio de sus capacidades creativas, Mingus empezó a pensar que sería bueno grabar un disco en vivo pero sin los sonidos del club como el murmullo constante del público. Así, el 20 de octubre de 1960, se registró para Candid lo que luego llevaría el título de Charles Mingus presents Charles Mingus. Sí, el contrabajista se presentaba a sí mismo. No necesitaba a nadie más. Grabado en Nueva York, en el disco tocaban el delicado Ted Curson en trompeta, Dannie Richmond en batería, y Eric Dolphy en saxo alto y clarinete bajo. Aunque en la tapa aparece Mingus sentado al piano, el instrumento, una vez más, era excluido de la formación. 

El disco está lleno de anécdotas. Por ejemplo, un año antes, Mingus había grabado para Columbia el tema Faubus Fables, pero no pudo incluir la parte cantada, cuya letra Columbia Records consideraba demasiado irreverente. El 17 de mayo de 1954, el Tribunal Supremo de Estados Unidos de América, bajo el mandato del presidente republicano Dwight D. Eisenhower, había declarado anticonstitucionales todas las leyes de segregación racial vigentes y obligaba la admisión de estudiantes negros en las escuelas reservadas a los blancos. Tres años más tarde, el 4 de septiembre de 1957, soldados de la Guardia Nacional de Arkansas, instruidos por el gobernador del estado, el demócrata Orval Faubus, impiden a nueve adolescentes de quince y dieciséis años el acceso a un instituto en Little Rock. El problema se extendió en el tiempo. El 17 de septiembre, dos semanas después de los sucesos, y con los adolescentes todavía sin poder entrar al colegio, Louis Armstrong toca con sus All Stars en un pueblo de Dakota del Norte. Armstrong ya era un hombre importante del espectáculo estadounidense y rompe su usual bonhomía diciendo que Eisenhower era un castrado y el gobernador Faubus, un bruto analfabeto. En la versión de Faubus Fables de  Charles Mingus presents Charles Mingus la letra va completa. La primer estrofa dice así:

Oh, Lord, don’t let ‘em shoot us/ Oh, Lord, don’t let ‘em stab us/ Oh, Lord, no more swastikas/ Oh, Lord, don’t let ‘em tar and feather us!/ Oh, Lord, no more Ku Klux Klan/ Name me someone who’s ridiculous, Dannie/ Governor Faubus!/ Why is he so sick and ridiculous?/ He won’t permit integrated schools/ Then he’s a fool!/ Boo! Nazi Fascist supremists!/ Boo! Ku Klux Klan (With your Jim Crow plan)

El solo de saxo alto de Eric Dolphy en esta versión es sutilmente más audaz, más violento y agresivo. En What love, toca el clarinete bajo. El disco se completaba con dos temas más, Folk Forms nº 1, un blues destruido y vuelto a armar, y All the Things You Could Be By Now If Sigmund Freud’s Wife Was Your Mother, basado en la armonía del standard All the Things You Are. Todas las cosas que ella era, en las manos del contrabajista y su grupo, se transformaban en una tensa situación edípica donde las raíces folklóricas eran re-examinadas, revisadas y clasificadas una y otra vez hasta que el tamiz cambiaba el contenido de la materia filtrada convirtiéndola en algo nuevo. Tanto Mingus como Dolphy sabían que sólo les sería posible escribir su música si admitían que se trataba de una reescritura. Ahora bien, dentro de esa reescritura los manchones y las tachaduras eran tan interesantes como la buena caligrafía. En cuatro tracks tenemos, entonces, la fobia y la fábula, con su contundente crítica social y voces cantantes que a veces vuelven gritos e insultos, la censura y su primera superación, la cita de Freud y su ironía, la pregunta sobre el amor y una alusión, conceptual y también algo irónica, a la taxonomización del folclore. Para unos cuarenta y cinco minutos de música es un montón.

Dolphy ya había trabajado con Mingus en varios discos y con formaciones tan diferentes como la Gunther Schuller Orchestra, un noneto, un quinteto, otro quinteto con Bud Powell, un cuarteto, y así. Pero es en este disco donde se recorta con claridad lo diferentes que eran ambos músicos y lo bien que ensamblaron. Mingus era de hablar. De hecho, lo primero que escuchamos en Charles Mingus presents Charles Mingus es a Mingus presentando el disco y a su grupo. Suponemos que Dolphy era un músico más bien callado y reconcentrado. Mingus suena siempre más ligado al blues y a citar y deformar la tradición negra. Dolphy se ubica más cerca de la música europea. Uno pulsa, el otro sopla. Las diferencias están ahí. El encuentro, sin embargo, o quizás por eso mismo, funcionaba. Mingus y Dolphy tocaron, giraron y grabaron mucho haciendo lo que fue quizás el mejor jazz de la época. Charly Parker había muerto en la misma ciudad de Nueva York en 1955. Cinco años después su figura, su música y su mito solo podían crecer. Trayendo todo el tiempo el legado de Parker en el saxo alto pero minándolo y empujándolo más allá, manteniendo a veces el fraseo pero cambiando al clarinete bajo, Dolphy no solo tocaba afuera de la armonía, también tenía que salir de esa sombra que conocía bien y había transitado. Y Mingus armaba grupos que funcionaban y posibilitaban eso. La música de Charles Mingus presents Charles Mingus empieza con un contrapunto entre el contrabajista y Dolphy. Y en la introducción de Faubus Fables, Mingus canta sobre lo que toca Dolphy. Si la versión de Fables of Faubus de Mingus Uh Ah, publicado en octubre del 59, es más estilizada y elegante, parece incompleta sin la letra que le da voz a la denuncia. Y aparte falta Dolphy y el clarinete bajo. Si Mingus Uh Ah todavía tiene piano, saxos tenores y altos y trombones,  Charles Mingus presents Charles Mingus es mucho más radical.

La sociedad entre Dolphy y Mingus seguiría funcionando unos años más hasta que el clarinetista decidiera radicarse en Europa y Mingus le dedicara So long Eric. Pero no nos adelantemos. Hay que hacer algunas paradas importantes antes de ese viaje definitivo////PACO 

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