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Saturación y cohesión en las sociedades paranoicas contemporáneas

1/ Una sociedad donde importan más las percepciones que las lecturas es una sociedad mucho más fácil de colonizar y dominar. 

2/ También es una sociedad más paranoica, más dada a no reconocer o buscar o dejarse guiar por la verdad, y, por lo tanto, una sociedad llena de individuos que dudan, que tienen miedo, cuya identidad ha sido lavada y procesada. La literatura que se lee en el colegio secundario describe ese proceso y sus peligros. Kafka, Cortázar, Borges, Arlt, Echeverría, Sarmiento… Y sin embargo, es algo que no se aprende, que no termina de ser asimilado. ¿A qué se debe esa resistencia?

3/ Las exploraciones sobre la verdad y la deconstrucción de la idea de verdad a las que se arrojaron, sin mucha mediación, los filósofos europeos, sobre todo franceses, en el siglo XX, repercute directamente en la idea reblandecida que tenemos hoy de la justicia, y mucho más del dispositivo judicial. Ellos pensaban que analizaban causas pero también terminaron generando efectos. ¿Dónde? 

4/ Solo un filósofos amparado por una república democrática en la cual el Estado de derecho es generalizado y firme puede examinar y dudar de las formas jurídicas de la verdad. 

5/ La llegada de Internet concretó una democractización de las voces, pero ¿también impulsó una desjerarquización en las jerarquías del Estado de Derecho? Volveremos sobre este tema.

6/ Los medios de comunicación juzgan a un sujeto con más o menos contundencia de a acuerdo al capital monetario que manejen. Dicho de otra forma, hoy una empresa de medios de alcance nacional puede juzgar a un hombre o a una mujer sin pasar por ningún tipo de instancia institucional. Esta idea es vieja, véase El enemigo del pueblo de Ibsen. Sin embargo, hoy los tiempos se acortan. Los juicios se vuelven vertiginosos, las condenas, instantáneas.

7/ Inyectar histeria en la sociedad, o, que no es lo mismo, abandonar a la sociedad a su propia histerización, implica la destrucción de una parte del Estado de derecho.

8/ ¿Hasta qué punto se puede deconstruir la idea de verdad? ¿Cuánta deconstrucción podemos aguantar sin comenzar a disgregarnos? 

9/ La deconstrucción solo puede ser comprendida en toda su utilidad y capacidad de destrucción si se la estudia en relación a la lucha de clases. No ocurre el mismo proceso en una sociedad central y en una periférica, o en el centro de una sociedad periférica que en la frontera de una sociedad central. 

10/ Tautología: la desjerarquización de una sociedad conlleva la disolución de las relaciones que generan su unidad. 

11/ La lectura, la dialéctica, la ley, la fe. 

12/ El problema con la lectura fue señalado por Miguel de Unamuno hace mucho. Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee. El problema es que no existe una lectura completa. La lectura como actividad es un contínuo.

13/ En un momento hay que detener la dialéctica. ¿Qué la suplanta? La ley, la fe y la caridad. Sin ley, sin fe y sin caridad no es posible seguir sosteniendo los lazos sociales. 

14/ El cuestionamiento indiscriminado de toda ley implica una pulsión de muerte.

15/ La pulsión de muerte promete una genuina libertad. Si estamos anegados por la histeria, la soledad, la imposibilidad de ser amados y de amar, si el narcisismo llega a un punto en que genera una angustia insostenible, la muerte comienza a presentarse como un solución tentadora.

16/ Destruir la idea de patria es el objetivo último de todo mecanismo colonial. ¿Pero qué es la patria, la tierra de los padres, sino un grupo de recuerdos, de relaciones, de momentos de felicidad y tristeza, una manera de vincularse con el pasado y el futuro, una tejida de relaciones y sentimientos, una lengua? 

17/ En una sociedad de las percepciones, la angustia paranoide es una garantía.

18/ La existencia exige matices para continuar. La histeria desata y provoca el borramiento de todo matiz. Por eso las histéricas del siglo XIX veían al demonio.

19/ La imposición de las percepciones como una verdad revelada es una de las formas de erosionar la conciencia y el pensamiento dialéctico.

20/ Cuando se combaten los prejuicios también, aunque no se quiera, se combaten los juicios y, lo que es peor, se interrumpe la capacidad de leer sino con precisión, sí con velocidad. 

21/ Nuevas formas tecnológicas traen nuevas formas de paranoia. Eso es una obviedad. Pero también imponen o tratan de imponer nuevas formas de relacionarse, más sutiles, menos epidérmicas y estridentes, lo que redunda en un clima de época, pero también en un ethos y un pathos.

22/ ¿Cuándo fue que el chisme se transformó en militancia? La política afectada por las redes sociales, donde toda lírica recae en la anécdota y en la acusación. Es primitivo y si no fuera tan siniestro, tan regresivo, podría ser hasta lírico. Inmolación y chismografía. Es nuestra breve época. El charco que hoy nos ahoga. 

23/ Destruir genera identidad. La identidad es el bien más codiciado de las sociedades inestables. También en las sociedades estables.

24/ Confundir redes sociales digitales e Internet es un error común en el que todos caemos. 

25/ Las redes sociales fijan el final de la Internet salvaje, cimarrona, ingobernable. Bajo la apariencia de la democracia, se vuelve a un estatuto de masa, donde se festeja la individualidad mientras se la anula por saturación.

26/ Los usuarios de redes sociales forman parte de una ingeniería social puntual y administrada. Internet colonizó nuestra neurosis. Las redes sociales, a su vez, fueron colonizadas de forma más o menos consciente, variable, pero contundente, por los personeros reales o fantasmagóricos del poder financiero. 

27/ La democracia implica una jerarquización que la Internet de entre siglos ofreció con su héroe paradigmático, el programador. Las redes sociales nos devuelven a estadios anteriores. Primero, generando un efecto de tabula rasa. Segundo, transformando el coro de voces en el grito saturador de las harpías. 

28/ La aurea aetas de la cultura digital terminó el lunes 17 de junio del 2019 a las 17:45 horas cuando Patricio Erb publicó su artículo Redes sociales: las nuevas villas miserias en Revista Paco.

29/ La saturación de un canal, sea el brazo de un río, el afluente a una represa, el tracto digestivo de un animal o un tubo que transmite información, es una táctica militar muy vieja. El sabotaje por el ruido, la obstrucción o el alimento indiscriminado trae la inutilización. 

30/ Insisto: destruir genera identidad. También trae pauperización, sometimiento y muerte.////PACO