Rodrigo “Rulo” Manigot es cantante y letrista de Ella es tan cargosa, una de las bandas referentes del género rock-canción junto a Tipitos y Estelares. Extraño fenómeno del marketing, los temas de “La Cargosa” son mucho más conocidos que ellos mismos. «Ni siquiera entre tus brazos», «Llueve» o «Autorretrato», por nombrar algunos, ya forman parte de esos hits que conoce todo el mundo. “La gente escucha las canciones en la radio y cuando nos ve en el escenario recién caen en cuenta de que éramos nosotros”, dice Manigot. Con más de catorce años de trayectoria e inocultables influencias beatleras, el grupo de Castelar acaba de editar Polos, su cuarto disco de estudio. Saldrá en dos formatos distintos: un polo «eléctrico», el disco físico tradicional y un polo “acústico”, al que se podrá acceder en forma virtual. En esta primera entrega, hablamos de discos con Rodrigo Manigot.

¿Cuál fue el primer disco que compraste?

El primer álbum que compré fue Espíritus que han partido, de los Bee Gees. Aunque mi memoria ya no es tan fiable y puede que me haya comprado en verdad un compilado de hits radiales de los ’70 que se llamaba Stock privado. Por ahí anda la cosa.

¿Cuál fue el último?

El último CD que compré fue Morning phase, de Beck. Igual, comprar es un decir. Me gustó tanto, que quise que lo escuchara mi hermano Mariano. Y a él le gustó tanto que se lo quedó.

¿Qué disco jamás prestarías?

Los discos y los libros nunca se prestan. Cada vez que presté un libro o un CD supe que lo perdía para siempre. Me pasó a mitad de los ´90 con Into the great wide open, de Tom Petty, que se lo presté a Beto Olguín de Los Pérez García; supe que nunca más volvería a escuchar ese CD en casa. La persona que toma un disco o un libro prestado ya sabe desde el vamos que va a establecer con ese objeto un vínculo especial, y que ese vínculo especial es el que va a justificar en el futuro la no devolución. No tengo acciones de YPF, ni euros, ni varias propiedades, ni autos; sólo tengo discos y libros. Es, tal vez , mi única riqueza. Lo único que tengo ordenado por autor y por año de aparición. Ver una mano ajena inmiscuirse en esos territorios me genera un fuerte temblor interno, lo confieso. Eso sí, nobleza obliga: me he cansado de tomar libros y discos prestados.

¿Cuál fue el disco que más veces prestaste o regalaste?

Los discos y libros que más nos gustan son los que después terminamos regalando a nuestros amigos. Regalar puede parecer un gesto de generosidad, pero también me parece una forma elegante de egocentrismo. Cada vez que escuches o leas ese objeto estará uno agitando los brazos, diciendo: ¡ey, acá estoy yo! Como dice la canción perfecta de Silvio Rodríguez: “donde vayas que saltes o que gires, habrá un segundo mío, para que lo suspires”. Igual es hermoso recibir regalos y, como buen egocéntrico, me encanta regalar. Últimamente regalé mucho Suck it and see de los Arctic Monkeys. Y también regalé bastante los libros de la Premio Nobel canadiense, Alice Munro, preciosos.

¿En qué lugar ponés los discos que vos grabaste?

En el lado de los de rock nacional, por supuesto.

¿Cuál fue el primer disco que bajaste?

Debe haber sido de Jorge Drexler, seguro. Porque era el 2001, no tenía un mango, tenía una buena conexión a Internet, y eso. Pero no suelo bajar discos.

¿Cuál fue el último?

Sinceramente, no recuerdo cuál fue el último.

¿Cuál fue el disco que más veces recomendaste o linkeaste?

Recomiendo muchos discos de artistas locales que están surgiendo. Los discos de Coiffeur me cansé de recomendarlos. Los de Florencia Ruiz. Me encanta Tiempos difíciles, de Pepe Curioni y sus Particulares. O los discos de bandas que me gustan como Los Estelares, Tipitos, o los de Gonzalo Aloras.

¿Hay algunos discos en tu discoteca o computadora de los que tengas vergüenza?

La verdad que no tengo discos que me avergüencen.

¿Escuchás tus discos en mp3?

Apenas salen mis discos me los cargo en el celu o en el I-Pod. Después de un tiempo, me olvido y ya dejo de oírlos y me concentro en los mp3 de los demos de las nuevas canciones.///PACO