A mediados de este año, la editorial Letra Viva publicó El retrato del olvido. En busca de Cecilia Giubileo, la primera desaparecida en democracia del sociólogo Matías Cambiaggi. Con una mezcla bien estructurada de confesión, diario y ensayo político, Cambiaggi ofrece una investigación seria y sentida que abarca no solo la zona policial del caso sino también la reacción de los medios y la sociedad toda.
¿Cuándo se dio tu primer contacto con el caso Giubileo?
El primer contacto fue de muy chico. A través de Nuevediario el noticiero de canal 9 de esa época, seguro que en la compañía de alguna de mis abuelas. Me acuerdo que todo el plan del noticiero que encima iba de noche me resultaba un embole, pero de esto que te cuento recién tuve noción después de empezar a trabajar en el libro, que fue cuando empecé a hacerme este tipo de preguntas para tratar de entender de donde podía arrancar la idea de escribir sobre todo esto.
¿Cuándo empezaste a escribir El Retrato del Olvido y que te llevó a hacer la investigación?
Empecé hace tres años a escribirlo y me llevó dos años terminarlo entre la investigación y la escritura. El comienzo oficial fue por recomendación de Rodolfo Palacios, un muy buen periodista de casos policiales, al que le había contado que estaba trabajando sobre distintas situaciones de encierro y me propuso escribir sobre la Colonia Montes de Oca y el Caso Giubileo y lo tomé como un desafío. Pero nunca lo pensé desde la mirada del escritor de casos policiales, tal vez por eso me enganché con la historia desde un lugar más interesante en mi opinión. Sin pensar en los yeites del género sino en contar la historia de lo que pasó desde un lugar más vinculado ala recepción social del caso, y al paso de estos 30 años que van desde que Cecilia Giubileo desapareció y este presente en el cual siguen abiertas las mismas preguntas sobre lo que pasó, pero ahora no le interesa a nadie responderlas. NI siquiera interesa Cecilia Giubileo, que es lo más desconcertante de todo. En la Colonia Montes de Oca hasta el día de hoy no hay ni una chapita recordatoria, tal vez porque muchos de los que trabajanGiubileo es una mala palbra y cuando les preguntás te dicen que ella no murió y que está en Europa. ¿Suena conocida esa historia no? ¿Cómo no voy a escribir un libro con todos estos condimentos?
¿Qué fue lo que más te costó del libro?
El libro es cortito, pero lo escribí unas seis veces. El método de trabajo fue encontrar en la propia escritura lo que quería contar, pero para llegar a esa conclusión me costó un tiempo largo. Tuve que sacarme de encima al sociólogo o a lo que se entiende que es la forma de escribir de un sociólogo o un cientista social, que es lo mismo que decir que tuve que perder el miedo a exponerme. No hay nada menos útil a la sociedad que los discursos de los ”profesionales” destinados a otros profesionales. Tal vez por eso las ciencias sociales no dejan de perder lugar frente a otros discursos. Yo decidí escribir todo el libro en primera persona como una forma de sacarme de encima todo el bagaje con el que cargaba y creo que hay más de sociología en este libro que en muchos otros papers que circulan de cajón en cajón. La desaparición de una mujer en una argentina que todavía cargaba con los miedos de la Dictadura y la Guerra de Malvinas no puede nunca dejar de ser un drama social.
¿Estás escribiendo? ¿En qué trabajás ahora?
Ahora me estoy trabajando sobre la militancia juvenil durante los ´90. Haciendo un poco de trabajo de hemeroteca y entrevistas para armar el mapa que, espero, me lleve a algún lugar para poder aportar algo interesante.///PACO