Entrevista


Mariano Recalde: “Hay que diferenciar la corrupción del proyecto político”

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¿El problema del kirchnerismo es la cama que le pueden armar a un funcionario cocainómano en un convento? ¿O más bien la falta de liderazgo y su desorientación general? El Frente para la Victoria sabe cómo atacar al gobierno de Mauricio Macri, conoce sus puntos débiles que por otra parte son evidentes, pero parece no tener nada que ofrecer a cambio. Mientras tanto el odio a Cristina sigue siendo el principal insumo vital del gobierno. En este escenario, Mariano Recalde es uno de los hombres claves de La Cámpora. Su gestión exitosa en Aerolíneas Argentinas y su excelente curriculum, sin embargo, no lo validaron en las urnas porteñas. Para el peronismo, el distrito en el cual debía medirse era complicado, casi imposible. Recalde es amable y responde pensando y sin ansiedad sobre estos temas. Este viernes 24 de junio, a las 18 horas, también presenta El modelo sindical argentino, publicado por Eduvim, en el aula magna de la Facultad de Derecho de la UBA.

Este viernes presentás tu libro El Modelo Sindical Argentino. ¿Por qué ahora?

El libro surgió como idea antes de entrar a trabajar en Aerolíneas. Soy abogado laboralista, soy especialista en derecho de trabajo, tengo un doctorado en el tema y soy docente de esa materia. Así que pensé un libro de derecho sindical para los estudiantes que cursaban conmigo y para los sindicatos que yo asesoraba. Ya había escrito con mi viejo otros libros y este era el mío. Pero quedó inconcluso cuando entré a Aerolíneas. Lo tuve que suspender como me pasó con otras actividades y recién lo terminé a fines del año pasado.

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Paradójicamente lo que yo pensé que iba a ser mi fuerte, que era el vínculo con los sindicatos, que era uno de los problemas más serios que tenía que afrontar cualquier gestión, no lo fue.

¿Y en Aerolíneas como fue el diálogo con los sindicatos?

Paradójicamente lo que yo pensé que iba a ser mi fuerte, que era el vínculo con los sindicatos, que era uno de los problemas más serios que tenía que afrontar cualquier gestión, no lo fue. Yo, que tenía bastante relación con los sindicatos aeronáuticos, esperaba de ellos mucha colaboración y ellos esperaban de mí todo tipo de concesiones. Así que chocamos. Yo nunca me paré como patronal. No tenía por qué, no era el dueño de la empresa. Entendía que había que hacer algunos cambios que chocaron con algunos intereses. Finalmente terminamos bien. Ellos no me creían que íbamos a tener aviones nuevos, que íbamos a construir un centro de entrenamiento en la Argentina para no tener que viajar al exterior para formarse. Y cuando esas promesas fueron hechos concretos, la relación mejoró mucho.

Buenos Aires, El referente de la agrupación La Cámpora, Máximo Kirchner, al hablar como orador de cierre en el multitudinario acto de esa agrupación en el barrio porteño de La Paternal.

Se nos acusa a La Cámpora de haber copado el Estado pero la verdad es que fuimos pocos los jóvenes que pudimos sumarnos a ayudar a Cristina en la gestión.

¿Por qué el FPV perdió todas la elecciones del año pasado? ¿Hiciste una autocrítica?

Fue un año muy intenso, con muchas elecciones y todas muy distintas. Para mí fue una experiencia novedosa, que me agarró de imprevisto. Tuvimos que improvisar una campaña en muy poco tiempo. Y la verdad es que a pesar del resultado fue una experiencia enriquecedora con muchos aspectos positivos. Después la elección nacional fue algo completamente distinto. Una elección donde nosotros lejos de tener el protagonismo fuimos acompañando a proyecto político, un frente electoral, que encabezaba otro compañero, Daniel Scioli. Y fue una relación más lejana, tuvimos menos participación en las decisiones estratégicas de la campaña pero a la vez con muchos sinsabores. No estaba clara la estrategia. Había algunos que querían diferenciarse del kirchnerismo, otros que querían kirchnerizar la campaña. Y eso nos empantanó, y sumado a que todos pensábamos que la elección estaba ganada, porque habían sido años de buena gestión, todo terminó pesando para que se eligiera otra opción.

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El kirchnerismo, contra todas las partidas de defunción que cada tanto se expiden, muestra una fuerza con miles de cuadros y dirigentes que van a seguir adelante.

En ese contexto ¿cómo ves a La Cámpora? Tengo la sensación de que no formó los cuadros que le demandaba la gestión de gobierno o la misma campaña. Creo que se intentó suplir con voluntad la falta de formación.

No comparto esa apreciación. Si hay algo a lo que se dedicó esta agrupación, como parte de un proyecto mucho más grande, fue a la formación de cuadros jóvenes para aportarle al proyecto más oxígeno, más energía, y si algo aportó nuestra agrupación fueron cuadros técnicos profesionales con convicciones políticas y con un amor incondicional al proyecto. Pero nunca alcanza. A nosotros nos hubiera gustado tener más jóvenes, más militantes, para acompañar la gestión de Cristina. Y ahí se plantea algo contradictorio. Se nos acusa a La Cámpora de haber copado el Estado pero la verdad es que fuimos pocos los jóvenes que pudimos sumarnos a ayudar a Cristina en la gestión. Y ahí puedo coincidir con lo que me decís: ojalá hubiésemos sido muchos más los Kicillof, los Julián Álvarez, los Augusto Costas, los Wado de Pedro…

¿Pensás que faltaron o faltan dirigentes de tu generación?

No es que faltan… Uno aspira a encuadrar la mayor cantidad de gente posible para ir renovando, oxigenando y dándole otra perspectiva al Estado, y cuando se está en la oposición para controlar, proponer y dirigir una fuerza que pueda recuperar la mayoría y volver a ser gobierno.

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La detención de López es un hecho terrible, un hecho desagradable, pienso que mancha un proyecto político que defiendo, que rescato, que sostengo, a pesar un López o dos López.

¿Cómo ves la oposición?

Recién van los primeros seis meses que creo que es la etapa más difícil de toda oposición. Estuvo la derrota electoral que en nuestro caso no significó para nada una derrota política. No fue una derrota en términos morales. Nosotros nos sentimos enteros, en nuestra militancia y en nuestra convicción de que vamos a volver a gobernar la Argentina. A diferencia de otras fuerzas políticas que cuando pierden el gobierno se desintegran, el kirchnerismo contra todos los pronósticos, contra todas las partidas de defunción que cada tanto se expiden, muestra una fuerza política que cuenta con miles de cuadros y dirigentes que van a seguir adelante. Y hay millones de argentinos que lo acompañan cada vez con más fervor.

¿Qué pensás de la detención de López?

Pienso que es un hecho terrible, que es un hecho desagradable, pienso que mancha un proyecto político que defiendo, que rescato, que sostengo, a pesar un López o dos López. No creo, a diferencia de lo que se quiere instalar, que sea un hecho que forme parte de un “plan sistemático de vaciamiento de las arcas del Estado”. Me parece una falta de respeto a los organismos de Derechos Humanos que usaron esa expresión, “plan sistemático”, para referirse al robo y apropiación de bebés. Y en segundo lugar, porque la corrupción es un problema, es un mal, que está en todos los niveles de la sociedad. No solo en el Estado hay personas corruptas. Pero eso no quiere decir que un corrupto condiciona todo un proyecto. Hay que diferenciar la corrupción del proyecto político. Yo no cuestiono al macrismo y al proyecto neoliberal solo porque es corrupto. Si fueran todos honestos, cosa que está comprobado que no lo son, tampoco apoyaría al macrismo. De la misma manera, por más que haya corruptos dentro del kirchnerismo, yo voy a seguir siendo defensor de un proyecto que incluyó a muchísimas personas, que nos devolvió la patria, que independizó económicamente al país, que llevó un poco más de justicia social a los argentinos, que nos enorgulleció durante doce años, aunque haya algunos hechos aislados que nos avergüenzan.

¿Pensás que hay que resignarse un poco a esa situación para hacer política?

No, un militante político no tiene dentro de su vocabulario la palabra “resignación.” Siempre buscamos una utopía y en ese camino estamos.

¿Cómo ves el bloque del FPV en diputados?

No estoy metido en la vida cotidiana del bloque pero sí creo que el Frente Para la Victoria tiene un bloque numeroso, un bloque sólido con muchísimos diputados que defienden y hacen honor al proyecto que encabezó Néstor en el 2003 y que hoy dirige Cristina Fernández de Kirchner.

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La tarea hoy es organizar esa resistencia y conducir y formar parte de una oposición que se plantee ser mayoría en el 2019 para volver a gobernar.

¿Que vas a hacer a futuro? ¿Te ves legislando, te volverías a candidatear en la ciudad?

Mirá, falta un montón. Hoy veo que la Argentina está volviendo a estadios que parecían enterrados en el pasado: desde el hambre hasta la entrega de soberanía a los organismos de crédito internacional, pasando por las privatizaciones. Pero la última ley que se aprobó es el comienzo, otra vez, de la privatización del sistema previsional. Así que la tarea hoy es organizar esa resistencia y conducir y formar parte de una oposición que se plantee ser mayoría otra vez en el 2017 en las elecciones de medio término y en el 2019 para volver a gobernar. Es lo que hoy necesita la Argentina. En cuanto a las candidaturas y los cargos uno está a disposición de lo que los compañeros propongan. Nadie tiene ni deberíamos tener aspiraciones personales.

¿Pero a vos qué te gustaría?

A mí me gustaría que vuelva el kirchnerismo al gobierno en el 2019.

La última, en ese paisaje que describís, ¿cómo lo ves a Sergio Massa?

Hoy Sergio Massa es un aliado clave del gobierno a la hora de aprobar las leyes en el congreso. No hay ley que propusiera el macrismo en el congreso que no contara con el apoyo de Massa.

Pero en muchos casos la ley se revisa y se cambian artículos enteros…

Sí, es un mecanismo bastante perverso. Se presenta una ley horrible, y después se la maquilla una poco para que quede una ley casi horrible. En lo sustancial sigue siendo el mismo proyecto//////PACO