Música


Los sonidos de la década (parte 5)

Estelares – Sistema nervioso central (2006) / Por Gabriel Bonnetto

Luego  de muchos años de deambular en el under platense a Estelares le llegó la consagración. Lo que ya habían insinuado con Ardimos en el 2003 lo terminaron consolidando tres años después con Sistema Nervioso Central. Hay dos  etapas en la banda platense que son marcadas y visibles. La primera es la de los noventa, década oscura, tanguera y melancólica para  Manuel Moretti quién fue el encargado  de componer buena parte del cancionero estelar entre su  bronca y antipatía con el neoliberalismo.  Un ejemplo de esta  poética se observa en su hit «Aire», el tema que data de 1998 y que  había compuesto en versión low-fi para su  disco-demo solista La mañana del aviador. Aire volvió a ser grabada junto al productor Juanchi Baileron para SNC. “No tengo nada que hacer, esto no da para más”, canta Moretti y lo que es la imagen de una ruptura amorosa, también es el signo de su descontento político.
Otra referencia de los noventa es «Campanas», una canción con tintes épicos que describe el tedio y el desaliento: “La esperanza es una invención moral/ es la única defensa ante la verdad/ que es siniestra y fatal”, entona Moretti.  En contrapartida, los temas escritos exclusivamente para SNC pertenecen a “su década ganada”, con una  postura  iluminada, exultante de optimismo y jovialidad, explotadas en temas como “Un día perfecto”, o  «200 monos», en donde el líder de Estelares  revive la esperanza después de una temporada en el infierno de  los excesos: “…doscientas manos llegaran mañana, el amor nos vuelve felices”.
Además de los muchos hits que inundaron  las radios, SNC tiene canciones que ya son clásicas en su carrera. El corazón sobre todo es otra canción restaurada. “Me quedan pocas cosas, si las enumero sabrás que son demasiado pocas”, y  Moretti vuelve a posicionarse en el abatimiento.
La nueva forma de promoción discográfica de los últimos tiempos tiene resultados disímiles. Los invitados de SNC son un arma de doble filo. Acertada con  Jorge Serrano que le infunde mucho candor a Ella dijo y excedida con Pity Álvarez que exagera su voz congestionada en Las vías del tren.
a guitarra de Víctor Bertamoni es responsable directa del sonido de Estelares, influenciada entre  George Harrison, Tom Verlaine y Skay,  cubren de rock un disco repleto de melodías perfectas, algunas calamarescas, otras más pop («Un show», «Buri-Buri») y un final a pura electricidad donde le saca chispas a Ardimos, que se transforma en una hoguera de distorsión, muy cercana a los Crazy Horse de Neil Young. A pesar de su impronta roquera, Ardimos no deja de ser un exquisito vals, acorde al pasado de Moretti, aquel guitarrista animador de salones tangueros décadas pasadas.
Sistema Nervioso Central es el punto de quiebre de Estelares, tanto  en lo artístico como en lo emocional. Con una  base de canciones impecables  le pusieron  música a la década, lo que no es poco.///PACO