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La izquierda argentina en el último período atraviesa una crisis sustancial. El conjunto de sus horizontes políticos -que echan luz sobre su pasado, su compleja y extraordinaria historia; que se proyectan además sobre su valentía y arrojo en la acción- están puestos en cuestión. Desde el intento de expulsión masiva de militantes en el Partido Obrero y el surgimiento de su Tendencia comandada por Jorge Altamira, la conversión del afamado Frente de Izquierda en un campo de disputas electoreras que retrocede en votos, hasta las dificultades para coordinar en el campo sindical articulando los reclamos crecientes de los laburantes o cierto exceso de marketing que maquilla la voluntad revolucionaria, son muchos los mosaicos en un debate que debiera interesar al conjunto de la población, pero especialmente a los oprimidos. Debate que se da, paradójicamente pero lleno de potencialidades, en un contexto de estallidos sociales, cuestionamiento mundial a los sistemas democrático-burgueses y un rechazo feroz al capitalismo que terminó de fracturarse con la crisis del coronavirus, y cuya contracara son los tufillos fascistizantes y la tendencia bélica creciente en el mundo entero. Es decir, un contexto donde potencialmente -como supieron escribir- la izquierda puede tomar la iniciativa estratégica para los complejos desafíos históricos del porvenir.
Con esa conciencia y bajo esa responsabilidad, el periodista y escritor Diego Rojas publicó su La Izquierda. Héroes, rebedes y leyendas de la revolución socialista en la Argentina (Planeta). Casi como un delegado de asamblea, que lleva las historias de sus compañeros de base al espejo de la Argentina de las grandes ligas editoriales. Un Rojas que no puede ser panfletario o explícitamente militante, en cada adjetivo, en cada titulación, sin embargo, ofrece por lo bajo una toma de posición en ese debate, a la manera de un volante que se deja en la mochila, en el vestuario de una fábrica, donde el patrón no llegue a ver. Es por eso que la escritura de Rojas es neutral en su léxico y su sintaxis pero no en su contenido: en la descripción fuertemente datada lo que menos se rebela es la lengua.
Rojas funde el nacimiento de la izquierda en la Argentina con la historia del movimiento obrero. Es un método correcto. Esta operación espejada revela aspectos sustanciales. Los personajes, las trayectorias políticas, las anécdotas militantes, los procesos de luchas, los aciertos y los errores, de la izquierda argentina, hoy fuertemente emparentadas al trotskismo, van recorriendo un trayecto complejo y siempre emparentado con la clase obrera, su sujeto histórico. Desde las primeras organizaciones gremiales, la llegada de Raymond Wilmart enviado por Marx o la traducción del Capital de Juan B. Justo hasta el Santiagueñazo de los noventas, el Argentinazo del 2001 o hitos como el crimen de Mariano Ferrreyra, el texto de Rojas crece con paciencia. El trazado de esta historia, con el encadenamiento histórico que pasa por el la fundación del socialismo, la compleja historia del PC argentino, la figura de Nahuel Moreno y el tratamiento de la izquierda del fenómeno peronista, la revista Contorno y los Viñas hasta los destellos del Cordobazo y las coordinadoras fabriles de los setentas, se ordena en el cuadro de las luchas sociales en Argentina, donde con mayor o menos protagonismo la izquierda forjó a sus cuadros históricos y sus filas militantes. La investigación de Rojas es exhaustiva y logra mostrar que cuando por oportunismo o delirio, por errores tácticos o malas caracterizaciones, la izquierda se alejó de su clase social, siempre se difuminó.
¿Un libro de divulgación? La izquierda tiene una interesante apuesta formal, similar a la de un manual. Un libro de uso práctico con recuadros con biografías y recortes históricos que acompañan la lectura para quien no es avezado en estos temas. En su afán didáctico La Izquierda de Rojas despliega su activismo político. De nuevo: la responsabilidad de interesar sobre el debate. Es un libro que se pretende ordenador, cronológicamente articulado. La proliferación de siglas, apellidos, rupturas, formación de grupos, Internacionales, emergen dentro de una historiografía más amplia, la de las luchas políticas en la Argentina. El género escogido por el libro para ofrecer una lectura de la izquierda opaca la revuelta en la palabra. Por eso también su lengua nunca se sobresalta.
Diego Rojas (Buenos Aires, 1977) es periodista, trabaja en Infobae y Política Obrera y es un silencioso agente del campo cultural. Fue periodista en Clarín y La Nación, redactor de Veintitrés y editor de Contraeditorial. La parábola de libros publicados por Rojas está marcados por la responsabilidad, por la urgencia, y esto no es un problema: se erigen, acción y texto, en un diálogo que es más bien una insistencia. Su último libro, en coautoría con Mariana Romano, Pasen Música reveló en una intensa investigación periodística el sistema de operaciones de encubrimiento entre el gobierno de Macri y los principales medios de comunicación en el caso de Santiago Maldonado. Su primer libro ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, publicado menos de cinco meses después y al calor de una campaña política nacional, y que logra recoger el último reportaje al sindicalista ferroviario José Pedraza, fue considerado prueba judicial para su condena en el caso del joven militante del Partido Obrero. En esta red de urgencias se teje La Izquierda////PACO
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