Existen varios casos de fakes que desde el mundo virtual de las redes sociales pueden cometer delitos, estafas, fraudes o simplemente trollear. PACO le hizo a una entrevista a uno de los fakes que más revuelo causó en los últimos meses trolleando (persiguiendo, acosando, molestando) a personajes del precario mundillo literario de la narrativa y poesía contemporánea. Sus logros van desde insultos y bloqueos de cuenta, hasta juntas de firmas y denuncias.

1. ¿Sos un fake? ¿Te considerás un fake o una persona anónima? Hablando en el contexto de redes sociales.

¿Qué yo me considero qué? ¿Qué es un fake? Si la entrevista empieza así…

Pensé que la idea era aprovechar la posibilidad que uno da de aportar comentarios acerca de la literatura, no que vendría por el lado de la pavada. En fin. Ignacio Colina, argentino, dos hijos. Divorciado. Viudo del corazón. ¡Me gustan las mujeres! Hincha de Argentinos Juniors. Matero. Honesto. Y apasionado de las letras y la pluma, por supuesto.

2. Me llegó información de varios escritores que se vieron perseguidos por tu persona. Es decir que fueron cuestionados como tales. ¿Es un mecanismo de qué? Es decir: ¿cuál es la intención?

¡Averigüe! Otra pregunta estúpida. Es una máquina usté. En fin, no va a tener ese placer. Que yo diga que un escritor me parece malo no encierra ninguna otra intención. Lo digo desde haber estudiado, desde mi formación autodidacta. Pasa que está tan de moda mentir, alabar, inventarle talento a gente desprovista de toda habilidad literaria, que lo mío pasa a ser una rareza. Pero los lectores, no son tontos. Esto va a explotar en mil pedazos, señores. Porque todo el mundo se está dando cuenta que los escritores, los editores, la prensa especializada, miente. Que acá hay mucho barullo y poco talento. ¡Mucho barullo, mucho facebook, y poco talento, pocos lectores de Esquilo, de Shakespeare, de Nietzsche! Por mi trabajo hablo mucho con los lectores. ¿Sabe por ejemplo cuántos libros vendió Osvaldo Bazán? 37 ¡37 libros! Ni siquiera los homosexuales lo compran. Rubio, el gran poeta argentino ¿sabe de qué vive? ¡De vender garrafas de 10kg por mercadolibre! ¿Y el dólar Blue? ¿Ah? Bastan un par de páginas para entender que la mayoría de los libros que hoy se promocionan de cualquier forma son muy malos. Un verdadero fraude. Por eso decirle a un autor que su libro es malo hoy a muchos del ambiente les parece raro, un ataque, una forma de llamar la atención. Mucha gente piensa como yo. Mucha gente siente vergüenza ajena por los libros que se publican. Mucha gente ya entendió que hoy prevalece el marketing antes que el sentido artístico.

3. ¿Qué pensás de la literatura contemporánea en general? ¿Qué opinión te merece?

En términos generales es pésima. Se sobrevalúa a escritores a los que hace dos décadas se les habría impedido hasta llevar un diario personal. Así de malos son. Muchos, como en el caso de Laiseca, son alabados por tratarse de dinosaurios. Pero lo que olvidan es que en su tiempo, escritores como este que menciono eran leídos por… nadie. Yo conozco personalmente a Laiseca y en sus pocos ratos de lucidez él lo reconoce. En su época había uno, dos, diez, quince nombres que presentaban un nivel tremendamente superior a lo que escribía Alberto. Hoy, en un contexto de pobreza literaria, el tuerto es rey.

Por el lado de los jóvenes, la mayoría escribe mal, con problemas graves de forma y estilo. Es insólito el nivel de incoherencias y desconexiones que uno encuentra en los textos. También está lleno de plagios, de copias, de robo de ideas. Tanto tendríamos que aprender de Clarita Beter. A la mayoría no le importa escribir buenos libros, hacer crecer la literatura. Crear, transformarse en creadores sublimes, tocar lo inalcanzable, es cima de la fantasía que es la literatura, aquello a lo que Ruben Darío llamaba “el mantra”, la “cumbre inexpugnable”, “la torreta de marfil”. Eso no. A la mayoría le importa tener algo con su nombrecito en un estante. Yo escribo ficción -tengo varios textos que permanecen inéditos- y pasé muchos años esforzándome para pulir mi prosa. ¡Retuérzale el cuello al cisne, como decía Neruda! ¡Hay que trabajar, ser paciente! En mi Facebook tengo a muchos contactos de la literatura que se escribe hoy en la Argentina. Créame que a veces siento vergüenza ajena. Una vergüenza muy grande, muy profunda, cavernosa, hueca… Pero a los autores no les importa. Hay autores buenos como Guillermo Martínez, el viejo y querido Abelardo Castillo, no confundir con Alberto Castillo, Pablo Ramos que escribe desde la verdad, desde la honestidad, aunque sea medio falopero y faje a la mujer. Me gusta mucho también la novela que publicó hace poco Maitena, y sobre todo la hermosa novela de Diego Erlan, los cuentos de Ignacio Boido, esos sí son escritores, que van despacio y desprecian a los arribistas. Otro que me gusta mucho es Enzo Maqueira, ¡y qué hermoso es él! Un verdadero seductor, ¡un esteta! Y Gonzalo Unamuno, qué buen mozo es también. De Sagrado Sebakis no puedo decir lo mismo, pese a lo cual, su literatura es soberbia, excelente.

4. ¿Qué pensás de los mecanismos de la literatura, como por ejemplo la solventación que propone el taller literario?

Me parece correcto siempre y cuando se les acerque a los alumnos verdaderas herramientas de formación u orientación. Ignacio Molina, Diego Grillo Trubba, son gente seria en ese aspecto. Además de notables escritores, claro. Y Maximiliano Tomas, también. Y aparte es un tipo muy lindo, exquisito. El inconveniente es que existen pocos talleres como la gente. La mayoría son dictados por oportunistas que sólo montan estas cosas para quedarse con el dinero de los desesperados que intentan, al menos, escribir decentemente un microcuento. O para garantizarse favores sexuales a los que de otra manera no podrían acceder. Un ejemplo de esto puede ser Gonzalo Garcés o Juan Terranova, que cada uno o dos meses inventa un “taller” para pagarse el porno de internet o seducir alguna alumna fea. Un día es “especialista” en literatura latinoamericana y al otro es un erudito en narrativa libanesa. Como Terranova, que como autor dejó de ser una buena promesa para volverse uno más del montón al que sólo le queda el perecedero don de provocar (pegarle a Kohan es como pegarle al perro de Funes), hay muchos, sobre todo en esto que llaman la Nueva Narrativa Argentina. La Narrativa Decadente, como digo siempre yo. ¿Qué puede surgir de la decadencia si no es más decadencia?

5. ¿Sos escritor? ¿Cuál es tu relación con la literatura?

Soy editor, soy escritor, profesor, imprentero, librero, produzco músicos, soy fierrero, de Ford a muerte, soy muchas cosas. Tal vez un poeta, quién sabe. ¿Es o no es la poesía la voz más precisa, magna, inaudita? Neruda y sus valles, Fabián Casas y su esfuerzo por retratar la vida doméstica, Dante y sus interminables laberintos del saber y el miedo… Sé que el verdadero artista debe hacerlo todo. Todo salvo perder el tiempo con frivolidades, como la televisión o incluso el Internet. Leo más de lo que escribo, desde ya. Y publico cuando los colegas editores pagan. Firmo mis trabajos con otro nombre. Uno muy conocido en el ambiente actual, por cierto. Sin embargo, como ya conté, tengo muchos textos inéditos, varios libros de poemas que nunca verán la luz tal vez. ¿Para qué? ¿Para que lo lean mis amigos y me digan que es genial por facebook? Yo voy por editoriales grandes o nada. Planeta, Mondadori, Tusquets. Ahí está la verdadera literatura, la posibilidad de trascender nuestra existencia mundana. Si le interesa puedo pasarle alguno de mis inéditos, pero a cambio le exigiría una devolución. Le aseguro que se leen rápido pero tardan en olvidarse. Para la próxima, al menos no me haga corregirle los errores de redacción y formulación de preguntas. Ya veo cómo escribe usté: con los codos. Le dejo lo suyo, Godoy. Que le sirva. Gracias. Si necesita foto, use algunas de las que subí en este medio. ¿Me avisa si sale y cuándo sería? Y si me puede pasar un teléfono, así lo llamo y hablamos de lo que le comentaba antes. Saludos. ///PACO