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“Estoy muy influenciado por el disco/funk/R&B, y me gusta poner un toque de electrónica caliente en todo lo que hago. Es definitivamente música para disfrutar el verano. Sólo agarrá una limonada congelada y manejá sin rumbo por la ciudad”. El que habla es Skylar Spence, antes conocido como Saint Pepsi, músico y productor de 23 años que desde 2012 hace discos con computadoras en su casa. El año pasado se cambió el nombre -probablemente por una cuestión de derechos- y trabaja para una productora de discos, donde hace su música y ayuda a otros a hacerla. Las canciones de Skylar Spence representan mejor que las de cualquier otro artista el sonido que impone internet por su propia existencia y desarrollo. A comienzos de siglo XXI se preveía un cambio definitivo en la industria musical, de la circulación de la música y sobre todo de nuevas formas de hacer dinero con ella, pero pocos podían ver hacia dónde caminaba la producción, los nuevos sonidos, las nuevas canciones de este verano eterno que es internet.

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El vaporwave es, sin dudas, el género musical más logrado nacido y desarrollado en internet. Como todo estilo musical -de cualquier época- sus límites no están firmemente establecidos, pero podemos trazar algunas características comunes: un sonido emparentado con la new wave de los 80´s y el easy listening de los 90s, el chill out del 2000, el acid jazz, el funk suave, amalgamado con los recursos y estructuras de la música electrónica, todo tamizado por los recursos propios de los software de edición disponibles gratis o no tan gratis en la web. Por ejemplo, samplear líneas de voces de otras canciones y pitchearlas dos puntos por debajo (o más), convirtiéndolos en una especie de devaneo tétrico y un poco incómodo. La idea central del vaporwave es que pueda ser producido por cualquier persona con una computadora, en la tranquilidad de su hogar (o habitación de casa paterna). También tiene una estética muy particular, que combina el neón y la cultura ciberpunk de los 80s con íconos culturales del consumo yuppie, la early internet de mediados de los 90s -tienen una obsesión por windows 95- y estatuas de la antigua roma (sic), en collage surrealistas que combinan publicidad, entretenimiento e iconicidad. Macintosh Plus es probablemente el paradigma del vaporwave. Es notable el parecido de su estética con este video de Steve Jobs presentando la Macintosh en 1984. A eso se le suman algunas pinceladas de manga y cultura japonesa, videojuegos, punk, post-punk, televisión, baggy y GTA Vice City, then you got it.

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Uno de los resultados más interesantes del fenómeno vaporwave se llama “Simpsons Wave”. Son videos que compilan imágenes de Los Simpsons con canciones del vaporwave. Los fragmentos se extraen de los capítulos “clasicos”, es decir, de la temporada 1 a la 10, que abarcan precisamente los realizados en la década del 90. Las imágenes reciben un tratamiento de colores en el que se presentan diferentes variaciones de negativo-positivo, gamas de violetas y amarillos y formas surrealistas en los colores planos, además de filtros que replican la estética del VHS. Los “simpsons wave” pueden durar horas y requieren un delicado trabajo que permanece prácticamente anónimo a pesar de contar centenares de miles de visitas cada uno. El primer posteo de simpsonwave se hizo en abril de este año y desde entonces se pueden encontrar muchos en Youtube. El efecto de mirarlos es sin dudas relajante. Generalmente los realizadores eligen aquellas piezas más chill, más suaves, enlazadas con la famosa “música de ascensor”. El tono surrealista de la edición y las referencias humorísticas de las imágenes sin la crudeza de los chistes en sí generan una sonrisa plácida. Revisitar a Los Simspons en esa clave surrealista y cadenciosa genera una sensación debienestar y compañerismo web muy a tono con el espíritu del vaporwave, que recuerda a las infinitas tardes de simpsons que los televidentes argentinos pasaron durante interminables fines de semana de los últimos quince años.

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De los productores de vaporwave, Saint Pepsi es el que más disfruto. Para este movimiento Daft Punk es lo que Pink Floyd para el rock de los 70s, y entonces el Random Access memories es Dark Side of the Moon: el disco más importante y que presentó este sonido en su forma mainstream. El vaporwave “subió”  y fue procesado silenciosamente por el dúo francés, sin reconocer la influencia pero tratando de captar el mismo público. Mi disco favorito es Hit Vibes, el último que sacó antes de convertirse en Skylar Spence. Y es mi favorito porque a mí me encantan el soul y el easy listening y más o menos la música electrónica. Hit Vibes tiene mucho de los primeros y poco de los segundos. Pero todos son más o menos iguales, exploran la misma idea desde diferentes costados. Su obra funciona como un dado de 9 caras. Sus nombres exudan sensualidad, fantasía y memorabilia: Laser Tag Zero (Dec 27, 2012), Triumph International (Jan 1, 2013), New Generation (Jan 2, 2013), World Tour (Jan 3, 2013). Empire Building (Jan 29, 2013), Late Night Delight (Feb 2, 2013), Studio 54 (Mar 7, 2013), Winner’s Circle (May 11, 2013) y Hit Vibes (May 31, 2013). Incluyo las fechas de lanzamiento porque son sorprendentes, muestran que el tiempo promedio de realización de un disco es de un mes. Son discos de no más de media hora, cuarenta minutos en algunos casos, pero teniendo en cuenta su nivel de detalle y su calidad no deja de ser asombroso. El cambio de nombre, el trabajo en una discográfica tradicional, un lanzamiento mundial y la realización de un disco mucho más ambicioso como Prom King lo ponen en un lugar más tradicional pero no menos interesante. Su  música tal vez haya perdido algo de experimental pero ganó en solidez y, sobre todo, escuchabilidad. Luego de este disco hizo otro con remixes de Prom King y Hot Vibes, oficializando su mejor álbum que había salido de forma “indie”. Esta operación, propia de la inserción de un artista de una industria, produjo un disco renovado donde se samplea lo que ya se había sampleado, convirtiendo su obra en una serie de capas de sentido que se van apilando, operación que además le resta peso específico a las decisiones comerciales.

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Hay una larga lista de artistas que pueden hacerte disfrutar de un verano piola al costado de la pileta simulando ante tus primos de otras ciudades que sos una persona integrada en el mundo contemporáneo. Enlisto los más escuchados en last.fm que no incluyen letras japonesas en su nombre: Blank Banshee, Luxury Elite, Internet Club, Oneothrix Point Never, Laserdisc Visions, Chuck Person, James Ferraro, Fuji Grid TV, Eco Virtual. Fueron precisamente last.fm junto a 4chan, Soundclud, Bandcamp y, por supuesto, Youtube, los principales sitios en donde se propaló el vaporwave y sus extraños y místicos derivados. Un chico o chica en su casa con una computadora y conexión suficiente para subir un audio con una foto puede ser una estrella pop. Claro que en este mundo no hay limusinas, no hay excesos pagados por multinacionales, no hay filas de chicas en camarines ni recitales calientes, hay muy pocas entrevistas y sobre todo es dudosa la cantidad de dinero que puede moverse, pero existe cierta mística propia de la música rock/pop de todos los tiempos: amigos, enemigos, sexo fácil, excitación musical, experimentación, descubrimiento, moderación de la soledad y el absurdo de la vida.

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El sonido del vaporwave puede interpretarse como una desambiguación de las contradicciones de la música comercial, una aceptación de su potencial seductor y su combinación con el caos mental de una adolescencia de siglo XXI.

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El sonido del vaporwave puede interpretarse como una desambiguación de las contradicciones de la música comercial, una aceptación de su potencial seductor y su combinación con el caos mental de una adolescencia de siglo XXI. En el sonido y las referencias hay una melancolía por un pasado que no vivieron quienes hacen el vaporwave, o lo vivieron de muy chicos, tiempos en que los artistas producían hits para conquistar a una discográfica que trazaba todo tipo de estratagemas para que las radios pasen su música, la gente escuchaba los singles y ganaba el que más seguidores obtenía, pero no medido con el cruel contador de views, sino con los espectrales y manipulables métodos de medición del siglo XX. Pero esa melancolía por los singles y los hits los artistas del vaporwave la procesan degradando sus estándares, como una verdadera parodia, es decir, una burla producto de una fascinación. Y a nivel material, si hablamos de distribución de música, el concepto de compartir en las redes, foros, sitios, espacios de intercambio musical, es un vaciamiento del poder de la industria discográfica que dominó la producción musical en el siglo anterior: donde antes eran los productores de las grandes compañías y críticos musicales de revistas los que definían los esquemas y labels que tenía la música rock/pop, ahora son los artistas y oyentes los que definen qué producen, qué escuchan y cómo se llama eso. Cuando un artista termina su obra, la sube a cualquiera de los sitios de intercambio y le pone tags, que los inventa él o los inventó algún otro como él. No hay la mano invisible del mercado, no hay genios de renombre adorados por los mandos medios de la discográfica porque descubrirán al artista que pagará la escuela privada de sus hijos, no hay grammys, no hay galas ni cocktails ni discos de oro. Hay música, hay amigos, hay reposeras, hay Campari y verano por siempre, hay computadoras, hay alegría de esa que sentimos cuando encontramos un buen disco en youtube un sábado a las 11 de la noche cuando todos tus amigos están en otra y te quedaste sin plan, la misma alegría de que la chica que te gusta te mande un DM sugerente, la alegría de saberse acompañado al ritmo de la música, la vieja música que siempre salva la vida a manos de un Dj anónimo con sonrisa de acero y lentes ahumados comprados en Once o en Downtown Baltimore, a la internet le da igual/////PACO