El 19 de agosto de este año Nicki Minaj rompió el record de más reproducciones en Youtube al lograr 19.6 millones de clics durante tan solo el primer día de la publicación de Anaconda.  Rodeada de bailarinas con prominentes curvas, aunque no tanto como las suyas, Nicki nos lleva a dar un paseo por una locación selvática y nos muestra una rutina de ejercicios en la que un desaforado movimiento de glúteos es el indudable protagonista.  Al respecto de la polémica suscitada en torno al elevado contenido sexual del video  la rapera ha mencionado no entender nada, puesto indica que en realidad trata acerca de lo que normalmente sucede en una pijama party. Su canción en todo caso sampléa algunos fragmentos del hit Baby Got Back que Sir Mix-A-Lot popularizó a comienzos de los noventas, convirtiéndolo en uno de los primeros músicos en reverenciar tan explícitamente los culos grandes. El éxito conseguido por el rapero fue en su momento una proeza si tenemos en cuenta que lo alcanzó en una época en la que los pechos enormes, naturales o siliconados como el de Pamela Anderson, eran los que primordialmente mandaban la parada. Pero el panorama musical de los géneros más populares y/o las preferencias del público han cambiado durante estos años y los derrieres parecen imponerse como las nuevas musas.

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Al listado actual de artistas y videos que dan cuenta de esta nueva fijación se suman, además de Anaconda: Booty, de Jennifer Lopez (en cuyo videoclip participa la también voluptuosa Iggy Azalea), All About That Bass de Meghan Trainor, Shake It Off de Taylor Swift, el conocido tweerking, baile que popularizó Miley Cyrus, e incluso también la banda de metal progresivo Mastodon que hace un par de semanas publicó Motherload, videoclip en el que se roban el protagonismo bailarinas con traseros enormes y exóticos movimientos al ritmo de pesados riffs guitarreros.

El discurso de Minaj incluye frases agresivas hacia aquellas que son delgadas: “Fuck those skinny bitches, fuck those skinny bitches in the club”, repite al final de Anaconda.

El atractivo de aquella parte del cuerpo humano -principalmente cuando se trata de uno femenino-, no resulta difícil de entender pero es desde hace poco años que ostenta con vehemencia ese poder hipnótico sobre los artistas que le dedican cada vez más creaciones rítmicas y visuales. Si de buscar explicaciones a este actual fenómeno se trata, una revisión acerca del viraje cuanto a popularidad de géneros musicales de raíces afro y latinas que tuvo lugar durante los primeros años del nuevo milenio podría ilustrarnos.  En el mercado hispano se popularizaron cada vez más el reggaetón y otros ritmos urbanos, Coolo de Illya Kuryaki & The Valderramas, puede servir como ejemplo perfecto de ese cambio en razón del cual las temáticas líricas y coreográficas empezaron a centrarse en las nalgas. Una situación similar sucedió de manera paralela a comienzos de los 2000 en el mercado anglo con la emergente escena de Detroit en Estados Unidos.

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La masificación del hip hop y el rap fue conseguida, liderada por Eminem y su colega  50 Cent.  Ambos alcanzaron por aquel entonces el status de ídolos indiscutibles, cosecharon el legado de Tupac Shakur y vieron como sus canciones presidían los listados de popularidad que hasta décadas anteriores fueron tradicionalmente liderados por hits pop e himnos rockeros.   A tono con estos ritmos e ideología urbana predominantes, cada vez más empezaron a colmar las mujeres con curvas y traseros generosos los sets de grabación de videos musicales, en lugar de las delgadas y delicadas modelos que en décadas anteriores dictaban las preferencias.

¿Qué puede decir acerca de la  industria musical y de su público que el video de Nicki Minaj  acumule ya casi 300 millones de vistas en Youtube apenas a dos meses de su lanzamiento?

La discusión en torno a esta forma de exhibir y apreciar el cuerpo femenino se ha suscitado y  artistas como la rapera Nicki Minaj han afirmado que se trata de empoderar a las mujeres acerca de sus cuerpos, que por ejemplo quienes posean caderas grandes no se avergüencen de ello sino todo lo contrario. El discurso de Minaj ha sido objeto de críticas porque si bien busca despertar el orgullo femenino, incluye frases bastante agresivas respecto de aquellas que son delgadas: “Fuck those skinny bitches, fuck those skinny bitches in the club”, repite al final de Anaconda.

Más allá de lo coherente de las intenciones de quienes protagonizan esta tendencia, el poder de los culos se hace evidente y hoy más que nunca su imagen es  deseada y vende. Luego de que a lo largo del siglo XX los artistas principales para la cultura pop en algunos momentos pretendieran ser inspirados por temas tan trascendentales como la guerra, el amor y los problemas sociales, ahora parece que volvemos a lo más básico. De igual modo,  al incorporarse el formato de video a las canciones y con la llegada de MTv a comienzos los ochentas, los artistas por ese entonces hicieron su mejor esfuerzo por impresionar visualmente al público de distintas e ingeniosas maneras. Aún así, varias décadas después de ello, los videos más rotados en canales musicales y comentados en redes sociales parecen ser los similares a Booty y Anaconda.

«A partir del culo, los mayores misterios del mundo se hacen comprensibles»

¿Qué puede decir acerca de la  industria musical y de su público que el video de Nicki Minaj  acumule ya casi 300 millones de vistas en Youtube apenas a dos meses de su lanzamiento? ¿Podría ser que luego de décadas de revoluciones musicales, del tránsito de los intereses de los oyentes por propuestas que buscaban cuestionar el status quo de las cosas, el significado de la vida, entre otras cuestiones, sea aquella parte del cuerpo el nuevo foco de interés y embelesamiento colectivo?

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Algunos artistas ya se han planteado y dado respuesta a ese tipo de interrogantes: en la película Idiocracy (2006, Mike Judge),  se nos muestra un panorama en el que para el año 2505 la película más galardonada en los Oscar en aquella sociedad futura es Ass, The Movie, que consiste principal y exclusivamente en una toma en primer plano de un trasero desnudo. Sin ser extremistas, es factible que ahora que resulta innegable lo mucho que a expensas de la exposición de aquellas redondeces puede facturar un artista, la tendencia se extienda a otras ramas de la industria el entretenimiento. Podría ser también que no todos estemos entendiendo cómo son las cosas y que después de todo tenga razón Salvador Dalí (que pintó un culo de cuatro nalgas, según él  análogo a un átomo) al mencionar que: «A partir del culo, los mayores misterios del mundo se hacen comprensibles»////PACO