Alan Sabbagh es el protagonista de El rey del Once, la última película de Daniel Burman. La historia cuenta la llegada desde Nueva York de Ariel, el hijo de Usher, un hombre absorbido por la tarea de ayudar a quienes lo rodean y cuya presencia en Buenos Aires por momentos le resulta a su hijo casi espectral. Sin embargo, es así como Ariel descubre la importancia vital de su padre dentro de la comunidad judía en el barrio de Once. Y a través de ese desencuentro transita los recuerdos de su propia identidad y vislumbra un horizonte nuevo en el que podría acompañarlo Eva, una nueva mujer.

¿Cuáles que son los «lugares comunes» de lo que significa ser judío y vivir en Once, y cómo se trasladan al componer un personaje así?

Sin dudas ser comerciante o tener financiera es una fija. No existe otra ocupación. Aún así para otras colectividades. No existe el término ‘profesional recibido’. En cuanto al personaje, justamente al comienzo de la película traté de diferenciarme, ya que Ariel no vive hace tiempo en Once, es un profesional y vive en un lugar totalmente contrario a esto. Sí busqué de todas maneras que se viera alguna cosita, un gesto o un modo que le hubiera quedado de la época de los amigos en el barrio.

La relación entre Usher y Ariel es muy reconocible en la colectividad, van al punto a pesar de la distancia.

¿Conocías el asistencialismo que muestra la película?

Tengo contacto con mediadores, que buscan entre la gente de la colectividad colaborar con entidades necesitadas. La idea es siempre que uno puede destinar una parte a beneficencia. Ahora bien, cuando lo conocí, me di cuenta que era necesario absolutamente. Vi en persona cómo un mundo de 10 tipos/as trabajan incansablemente a cambio de nada. Como lo fui llamando en algunas visitas, «el misterio del bien». Porque no se llevan nada y dejan todo. Era algo que me imaginaba, pero me pegó más fuerte cuando lo vi en persona funcionando.

¿Qué dice El rey del Once a quienes no son judíos?

Más allá de religión, es una película que toca un tema universal padre/hijo, y dice también que es más fácil ayudar a un desconocido compartiendo un link en las redes sociales que darle una mano de verdad a alguien cercano. A lo mejor lo vuelve muy particularmente judío, por las formas y la manera de relacionarse. La relación entre Usher y Ariel es muy reconocible en la colectividad, van al punto a pesar de la distancia que tienen, casi no se dicen ni hola.

Me gusta mucho la insistencia de Burman por describir los vínculos, más que nada familiares.

¿Qué te interesa del universo narrativo de Daniel Burman?

Me gusta mucho su insistencia por describir los vínculos, más que nada familiares. Tiene una mirada casi como si estuvieses espiando en vivo a las personas. Se acerca mucho a los personajes y eso a mí me encanta cuando pasa. Yo vi sus primeras películas, cuando todavía no actuaba profesionalmente, y era muy fan de su cine. Realmente fue increíble ser convocado y el resultado a nivel humano seguramente es de los mejores que me llevo.

Para asumir su lugar, tu personaje renuncia desde el principio a una ciudad y renuncia a una mujer.

Creo que la ciudad en la que vive y la mujer que tiene, cuando llega acá y conoce a Eva, un poco pasa a valer dos mangos. Y después cae en la volteada y se enamora también de esta situación de resolver problemas y ayudar. Por lo tanto lo que a simple vista parece una vida exitosa y confortable, de a poquito el Once lo hace temblar/////PACO