Por Soledad Valdez

El disco “El mezcal y la cobra” de Catupecu Machu dio como resultado visual: una trilogía en la que el papel principal era de unas señoritas personificando a númenes poéticos del rock (“metrópolis nueva”, “aparecen cuando bailamos” y “musas”). Estos fueron clips con una línea histórica coherente, agradable, y un final de ciclo dulce. Después, como cuarto vídeo salió “Vi Llover”, una producción noventa por ciento fan made. Y si de vídeos y fans se trata, ya sentaron precedentes dos figuras icónicas: en 2008 Gustavo Cerati con “Lago en el cielo”, y en 2011 lo que se conoce como el “Behind the mask Project” de Michael Jackson.

El, hasta ahora, último clip de la banda liderada por Fernando Ruiz Díaz, fue compuesto por: “143 miradas sobre la lluvia” acopladas a una bailaora, que sólo se vio como figura femenina acompañada de un cuarteto de hombres etéreo. Una borrasca de imágenes en movimiento, que terminan cayendo en un juego cliché. Algo inesperado, teniendo en cuenta que las canciones de la banda se distinguen por la bifurcación de sus letras, y el poder metafórico de quien las escribe. Pero en el vídeo se cayó en la literalidad y todos los caminos llevaron al mismo punto.

Fans ocultos y sesgados detrás de una cámara, de los cuales se sólo vio el producto de unos pocos. Músicos presentes tan sólo en materia sonora y un halo de misterio innecesario. Lluvia para más lluvia, hasta el hartazgo. Algo que con Michael Jackson no sucedió, ya que todos sus fans ocuparon su lugar, lo interpretaron y los vio el mundo. Gustavo Cerati, por su parte, se mostró en trasparencias y no arrastró de los pelos a quienes gustaban de su arte, hasta las profundidades de un paisaje soñado. En ambos casos se encontró un equilibrio entre el ídolo y sus fieles, sin inundar nada.

En “vi llover” las musas abandonaron toda metrópolis. Quedaron muchas imágenes comprimidas una tras otra, con poca coherencia rítmica. Una bailarina en pausa. Y una escasez de metáfora visual, notable. Parece, como si el trabajo de edición lo hubiera hecho un amateur, con tiempo de entrega acotados. Con esto, es evidente que para un vídeo fan made no alcanza solamente con juntar, pegar varios fragmentos entorno a una temática. Y queda claro que al aporte de los seguidores hay que sumarle algo más.///PACO