Faltan menos de tres meses para que la Asamblea General de Naciones Unidas designe a su nuevo Secretario General. Por primera vez en la historia se sospecha que será una mujer. Desde 1945, han ocupado el cargo: 3 europeos, 2 africanos, 2 asiáticos y 1 latinoamericano. América Latina tiene tres excelentes candidatas pero es posible que las potencias del mundo no están dispuestas a admitirlo. El proceso de elección tiene varias etapas pero es sabido que la decisión final está en manos de unos pocos países. En primer lugar, el Consejo de Seguridad puede recomendar más de un candidato. Es posible que recomienden sólo un candidato y eso significa que puede tener la última palabra. Confiamos en que los dos miembros no permanentes latinoamericanos (Uruguay y Venezuela) presionen para que una mujer latinoamericana logre evitar el veto de los miembros permanentes (China, Francia, Rusia, Gran Bretaña y EEUU). En segundo lugar, la Asamblea General tiene que someter a votación de los 193 países miembros la designación del nuevo Secretario General. Será elegida la persona que obtenga la mayoría simple (mitad+1) y enfrentará el desafío de consolidar los derechos de la mujer como una prioridad de la agenda internacional.

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La postulación de Malcorra como Secretaria General de la Naciones Unidas, que debería dar orgullo a los argentinos, parece generar incomodidad.

Actualmente, América Latina es la región ajena a los grandes conflictos del mundo y eso la diferencia de la favorita para ocupar el cargo, Europa Oriental. Una posición de privilegio para ser mediadora en un organismo internacional que no ha logrado su misión de traer la paz al mundo. El único latinoamericano que estuvo al frente de las Naciones Unidas fue un diplomático de carrera peruano. Un pura sangre de la diplomatie que fue reelecto por unanimidad en el cargo por su buena gestión. Christina Figueres es la antropóloga que propuso el presidente de Costa Rica. Ella quiere ocupar el cargo para “Restaurar la Esperanza”. Una mujer con un perfil amigable que logró destacarse como secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Un tema clave para el desarrollo económico que sigue sin ser una prioridad para las naciones poderosos.

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María Ángela Holguín, la actual Canciller de Colombia, es la candidata más joven que tiene América Latina.

María Ángela Holguín, la actual Canciller de Colombia, es la candidata más joven que tiene América Latina. Una politóloga que ha dedicado toda su vida a la diplomacia y a resolver conflictos. Una mujer que ha sabido responder a los embates de la opinión pública con su capacidad de mostrar resultados. Ella es su trabajo. Hoy sus esfuerzos están a la luz en los avances de la Paz en Colombia. Gracias a ella, Juan Manuel Santos puede ser el próximo Premio Nobel de la Paz. Por el momento, el fin del conflicto colombiano implica que su candidatura a la ONU sea solamente un rumor. Susana Malcorra ya es oficialmente la postulante argentina. Ella hizo lo que muchas mujeres de su generación hubiera soñado. Estudió ingeniería electrónica en tiempos en que esa era una profesión reservada a los hombres. Se casó y fue madre. Una pionera que empezó su vida laboral en el sector privado como pasante, que supo llegar hasta la presidencia de Telecom. Trabajó en multinacionales durante 25 años. Su vida en el mundo de las Relaciones Internacionales comenzó hace apenas 10 años, cuando en 2004 asumió al frente del Departamento de Administración del Programa Mundial de Alimentos. Su rol como Jefa de Gabinete del actual Secretario General, Ban Ki-moon, le juega a favor como posible sucesora. Malcorra promete llevar a ONU “a un siguiente nivel”.

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¿De qué le sirve a Argentina liderar las Naciones Unidas?

La postulación de Susana Malcorra como Secretaria General de la Naciones Unidas debería darle orgullo a los argentinos pero pareciera que genera una situación incómoda. Argentina recibió con alegría su nombramiento como Canciller de la Nación. Quizás, un año no sea suficiente para reabrirle al país las puertas del mundo y garantizas las inversiones extranjeras que tanta expectativa generan. En estos meses ella ha demostrado que se mueve con avidez en el mundo de las política pero la consolidación de su candidatura genera muchos interrogantes. La mayor preocupación es quién asumiría al mando de las relaciones exteriores en su reemplazo. ¿De qué le sirve a Argentina liderar las Naciones Unidas? ¿Estamos dispuestos a entregarle al mundo a nuestra actual estrella de la diplomacia? ¿Qué beneficios tangibles tiene que nuestro país ocupe un lugar de privilegio en el principal organismo internacional? Hoy el impacto de que eso suceda no puede medirse y afortunadamente la decisión no depende de nosotros/////PACO