Televisión


¿Tomar decisiones hasta mirando Netflix?

 

0

A diferencia de un diciembre envuelto en el caos social y político  como muchos me habían prometido desde las redes sociales, me encuentro conque en los últimos días del año se habla incansablemente de Bandersnach, el primer capítulo de la nueva temporada de Black Mirror. Y el bombardeo constante en redes me obligó a pensar en esto mientras, hace un rato, pelé y corté lentamente una papaya.

Resultado de imagen para bandernach

1

¿Resulta que la nueva y asombrosa narrativa del cine es copiar lo que hicieron los juegos de rol en los 70s, la literatura de Elige tu propia aventura en los 80s, y las aventuras gráficas de Lucas Arts en los 90s? Parece que sí. La novedad, tal vez, es que ahora existe una plataforma que permite hacer más o menos lo mismo cómodamente y sin demasiada inversión tecnológica. La idea de un cine interactivo se baraja hace décadas en la industria, pero siempre fue muy complicado ponerla en práctica. Debían obligar a los cines a adaptar sus tecnologías para una sola y experimental película, y cuando salió el DVD, adaptar los reproductores para poder hacerlo. Ahora, gracias a la masividad de Netflix, el experimento puede llegar a millones, y gracias a las redes sociales, publicitarlo a bajo costo.

2

Ya sabemos que el cine va atrasado al menos 20 años con respecto a la literatura. Y este fenómeno es una prueba más de eso.

3

Cuando usamos Netflix es porque queremos entretenimiento barato y sencillo, cortoplacista y que active nuestros centros de recompensa en el cerebro. ¿Tomar decisiones mientras miramos Netflix? ¿En serio? Imagino una escena donde una pareja ve juntos una película interactiva y discute sobre qué decisión tomar, convirtiendo a un momento de relax en un tenso episodio de la vida cotidiana marital. Imagino una de esas discusiones tan acaloradas que desaten la violencia doméstica: “hombre asesina a su esposa mientras miraban Netflix”. Ese titular podría ser el disparador de otro episodio de Black Mirror.

4

Black Mirror siempre fue el macrismo conceptual llevado a la ciencia ficción. Salvo raras excepciones, cada capítulo nos mostró un futuro posible a partir de conceptos propios de una economía liberal-capitalista-desarrollada, donde las libertades están sujetas a las decisiones del mercado, donde el avance tecnológico aplicado a la vida cotidiana es el único cambio que el futuro traería, donde los comportamientos y éticas del mañana son las mismas que las del presente, acorde con las filosofías más liberales donde el mundo occidental actual es el pináculo de la civilización humana. Todo avance es producto de las nuevas tecnologías producidas por las corporaciones, no hay otra posibilidad de futuro para los ideólogos de Black Mirror. En esa línea, ahora ya entró la ecuación de la meritocracia: si la película no te satisface, es porque elegís malas opciones. El poder está en tu interior. El cambio está en lo que vos elijas. ¿Cuál será el paso siguiente? imagino portales de noticias con artículos que planteen opciones y que vos puedas clikear en las que vas eligiendo, y así recibir la información que te gustaría leer. “Las tarifas aumentan 40%: preferís que sea un aumento escalonado o de shock?”. “Fuerte recorte a los subsidios: elegí qué áreas preferís que se recorten”.

Resultado de imagen para bandernach

5

Los partes de prensa disfrazados de posteos de influencers y artículos de reseñistas que buscan comer un pedazo del pastel nos hablan de que “el espectador ahora tiene el control”. El control mediante elecciones previamente determinadas, establecidas por intereses millonarios bajo conceptos de entretenimiento masivo, es un control tan ilusorio como el de los algoritmos que en el último tiempo dominaron la creación de ficción para plataformas de streaming. Mientras que hasta ahora la ficción se trataba de hacer un recorrido previamente marcado por un artista, cuyo objetivo era transmitir un mensaje estético, ético, histórico, moral o de entretenimiento, hoy ese camino se bifurca pero lleva exactamente a los mismos lugares. Sólo que ahora debemos mover el brazo y hacer click. La lógica de las redes sociales, donde el control de la información y las relaciones también está sumido en una maraña de pautas de control prefijado, llega a la producción de contenido de ficción, el último bastión de una lógica unilateral, que nos permite abandonar nuestro ego y dejarnos llevar. Las redes habían abierto la posibilidad de tener este control lanzando nuestra opinión al mundo y convertirnos en reseñistas de todo lo que vemos, influenciando sobre la realización de obras nuevas, como pasó con las producciones tanque desde El señor de los Anillos hasta hoy, cuyos productores fueron acosados por las hordas de fans que opinaban sobre el producto no sólo después de su lanzamiento, sino también durante la realización, tomando como base diarios de rodaje públicos y filtraciones cuidadas de fotogramas y bocetos. Ahora esta dictadura del espectador se mete en la producción misma, aunque el dictador no sea más que una marioneta de intereses previamente determinados.

6

La internet tiene una lógica propia de funcionamiento. La piratería es parte del corazón y motor de la web. Todo lo que no se puede copiar y distribuir ilegalmente está condenado a un círculo de pagadores de contenidos. Y todo lo que traspasa el interés de ese sector es pirateado a través de nuevas plataformas ilegales. ¿Se convertirá la Tv interactiva en un fenómeno? Tal vez sí, tal vez sea una de las tantas opciones que se le presentan al internauta a la que puede acceder con un clik, o elegir otro camino donde todo esto no exista. Mientras, seguiremos acá, saliéndonos de la lógica que nos plantea Balck Mirror, que es como los monstruos de Los Simpsons: si no los mirás, no existen.