La otra película. El 26 de enero del 2011, Full Spread Entertainment y LFP Video pusieron en circulación Simpsons: The XXX Parody – Marge & Homer’s Sex Tape! Producida y distribuida por Hustler, escrita y dirigida por Lee Roy Myers, se trata de una parodia porno que toma como punto de partida la serie de Fox. El tagline de la publicidad dice: “Finally, the biggest TV stars in the world, from the most popular TV series ever are parodied and pornified in SIMPSONS-THE XXX PARODY! In this live-action sex satire, Homer borrows Flanders video camera and tries to convince Marge to let him glaze her tight pink donut.” Las palabras clave aquí son “parodied”, “pornified” y “sex satire.” Se trata de procedimientos ya típicos. En la película aparecen Homero, Moe, McBain y Ned Flanders. Pero las mejores partes de la película las lleva adelante Andy San Dimas que logra erotizar el personaje de Marge, lo cual no es un logro menor. El único momento donde realmente pasa algo en la película es cuando ella se suelta el pelo y el alargado peinado azul se desarma para dar paso al sexo. De hecho, Simpsons: The XXX Parody – Marge & Homer’s Sex Tape! es la película porno de los Simpsons por el maquillaje y el vestuario. Si sacáramos eso, lo que quedaría sería una porno rudimentaria montada sobre una trama casi inexistente. De hecho, el color hepático con el que se presentan los actores no pasó desapercibido y, en el 2012, la película fue nominada al AVN Award por el maquillaje. Curiosamente  Simpsons: The XXX Parody tiene un sitio punto org –simpsonsporno.org– donde se la promociona y comercializa. No hay mucho más para decir salvo que existe una versión argentina, de 1992, todavía más precaria, dirigida por el mítico Victor Maitland y titulada Los porno Sin Son.

Dibujos animados. La película de Myers es pobre. Sin embargo, la relación de los Simpsons con la pornografía no se termina ahí. ¿Dónde sigue? Internet es fértil en desviaciones y experimentos morales. Sus rincones están llenos de residuos y la fama aparece rápidamente parasitada y depredada. Googleando “pornografía” más “simpsons” lo que se obtiene es una larga galería sexual. ¿Quienes la protagonizan? Si el formato kidult recorta a los Simpsons la posibilidad de mostrar escenas de sexo explícito, esta colección vendría a develar, en principio, aquello que se solapa. Cuando Marge y Homero se meten en la cama, Matt Groening siempre apaga la luz. Mientras que aquí, como en Simpsons: The XXX Parody, la luz no se apaga y puede llegar a encandilar. De echo, muy rápidamente se pasa a otras prácticas.

Suburbios. En una viñeta de CartoonAvenger2011, Homero aparece encadenado a una de las paredes de su casa mientras un sensual Marge lo masturba con sus pies y lo hace eyacular sobre su espalda. Arriba a la izquierda, una fotografía de Marge con Lisa nos recuerda el mundo diurno, ese mundo que nos muestra la serie, temporada a temporada, mientras nos escamotea ese tipo de escenas. ¿La madre de los suburbios transformada en puta para su marido? ¿El juego erótico de las cadenas? Las cosas se van a poner muy rápido, mucho más pesadas. Si Homero y Marge protagonizan escenas de castigo y satisfacción, el paso al adulterio resulta un reflejo inmediato. Así Marge y Ned son sorprendidos en el piso de la cocina por una cámara subjetiva que los filma. Y con un dibujo menos elaborado, más cerca de la estética del fanzine, Homero vende o alquila a Marge al señor Burns. Adulterio, el vecino, el jefe, sexo por dinero. Hasta acá estamos dentro de una zona “casi permitida”, con la que la misma serie flirteó. La atracción entre Marge y Flanders, el Señor Burns pretendiendo a Marge. Pero ¿qué ocurre cuando se prueban otras combinaciones?

Fascinación combinatoria. Homero, en su puesto de la planta nuclear, espía con una cámara de seguridad a Carl penetrando a un Lenny desnudo. Lo hace mientras eyacula sobre una dona. Después de una barbacoa, Marge y Homero enfrentan a Apu y a Manjula cruzando la práctica swinger con un Kamasutra alucinado. Krosty sodomiza a Marge. También Moe, el doctor Hibbert, Barney, Milhouse, Nelson, Skinner, ¡el Ayudante de Santa! Otto y Skinner organizan un trío con la señorita Krabappel. Homero se desquita con la mujer de Flanders. Flanders practica posiciones S/M con las hermanas de Marge. El Jefe Gorgory coge junto a su patrulla con la mujer de Flanders. Y así, un muy variado etcétera.

Sex symbol. Al parecer, en esta otra cara de Sprignfield, la mayor parte de los juegos eróticos y las penetraciones recaen sobre Marge, quien después de todo, y pese a sus angustias de ama de casa, salió en la tapa de Playboy. Tan magnética resulta que tiene su propio sitio: margesimpsons-porn.com. La web, por su parte, multiplica todo lo que toca y en esta pornografía abismal, utilizando un procedimiento que los guionistas de los Simpsons conocen, los personajes secundarios también logran su protagonismo. Nadie se queda afuera de la orgía ecuménica y necesariamente promiscua. En algunos casos, el erotismo se vuelve tan poderoso que incluso llega hasta Futurama.

Incesto. ¿La perversión es la versión del père, del padre? Siendo una de las familias más populares de la televisión de todos los tiempos, los Simpsons pueden ofrecer algo que ninguna otra pornografía logra con tanta intensidad. Muy rápidamente la fascinación combinatoria choca contra el incesto y lo incorpora. A la pedofilia que implicaría la relación sexual entre un adulto y Bart o Lisa se suma el tabú clásico del incesto cuando son los integrantes del núcleo de familiar los que empiezan a coger entre ellos. Homer con Lisa, Marge con Bart, y desde luego, Bart con Lisa, para terminar en un gangbang familiar. (Y no, Maggie tampoco queda exceptuada.)

Parodia y perversión. La parodia pornográfica funciona con un mecanismo simple y recurrente. El pornógrafo toma el guión y la estética de una película mainstream y la “pornografiza.” O sea, intercala escenas de sexo explícito en un argumento conocido con una escenografía y personajes conocidos o, al menos, reconocibles. Por su parte, Matt Groening inventó con los Simpsons un aparato gnoselógico y formalizador que permite conocer y abordarlo todo. Y como casi todo es plausible de ser parodiado o ironizado, todo aparece en los Simpsons. ¿A qué me refiero con “todo”? Me refiero al cine de Stanley Kubrick, la historia del Conde de Montecristo, Internet, Lady Gaga, el modo de vida americano, latinoamericano, oriental y europeo, la filosofía hindú, el sistema judicial estadounidense, los nerds, Star wars, la ecología, la mafia, el estilo de Stephen King, los libros de John Updike, los asilos de ancianos, los desaparecidos argentinos, Nueva York, Woodstock, Rio de Janeiro, La Segunda Guerra Mundial, la cadena de televisión Fox, las radios comunitarias, Japón, Disney, la energía nuclear, los fantasmas, la vejez, la muerte y, finalmente, ellos mismos. Los Simpsons son todo, tocan todo, están en todas partes y nada logra escapar. Es la familia tipo americana transformada en un gran agujero negro y amarillo donde nuestro universo es procesado. ¿La pornografía es la única que puede doblegarlos? Recorriendo las galerías sexuales de la web comprendemos que si los Simpsons digieren e ironizan al mundo, su costado masivo elude la brutalidad del sexo. Y esa es una brutalidad fundamental y fundante. ¿Pueden los mejores ironistas olvidarse del cuerpo, sus fluidos y sus pasiones, sin cuestionamientos? Como la respuesta es negativa al recorrer este catálogo del goce y el oprobio se experimenta una ligera sensación de resarcimiento.

Parodia sobre parodia. En www.comicsporno.es encuentro una historieta completa que toma el capítulo en que los Simpsons parodian La isla del Doctor Moreau, la novela de H.G. Wells. Se trata de The Island of Dr. Hibbert, la tercera parte de Treehouse of Horror XIII, pasada por el tamiz de la pornografía. Preocupada, Marge sale, como en el capítulo original, a recorrer la isla de noche. El doctor Hibbert la atrapa pero esta vez no suceden los amables descubrimientos que llevan la historia al risueño final en que todos los personajes son convertidos en monstruos zoomórficos. Marge, enjaulada, presencia como Hibbert inyecta una sustancia verde en la teta izquierda de la maestra Krabappel, también cautiva, para convertirla en una mujer-leopardo. Luego Marge es transformada a su vez en mujer-pantera. La secuencia está dibujada con dramatismo. Luego Hibbert, al presenciar un despertar erótico lésbico entre las mujeres-mutantes, ingresa en la jaula para hacerse felar, coger la Marge-pantera y terminar sodomizando a la Edna-Leopardo. (Paola Menendez me dice que este subgénero se llama yiff y se desprende como la parte porno del furry.) En el final, Marge intenta capturar una pájaro que se asoma a la venta y no lo logra. La historieta termina ahí, con el ave volando hacia la luna llena. Se trata de una conclusión feliz y lírica. El movimiento entonces implica la subversión pornográfica dentro de los Simpsons, una serie ácida que en muchos puntos sigue siendo subversiva pero que hace años se volvió mainstream. Hay más. ¿Qué podría haber más allá del incesto o a los Simpsons compartiendo sexualmente a sus hijos? ¿Qué más allá de la parodia sobre la parodia?

Gore. Como todo fenómeno masivo, el de la Pornografía Simpson tiene centros y bordes. En el centro hay producciones como la parodia de The Island of Dr. Hibbert, virtuosas y muy influenciadas por el hentai. En ellas, los dibujos exhiben una excelente terminación. Se trata, muchas veces, de historietas completas y que, pese a los guiones simples, se perciben hechas y editadas por profesionales, con más o menos talento, pero por profesionales al fin. Mientras que en los bordes hay viñetas sueltas, creadas sin pretensiones comerciales ni artísticas, de producción artesanal o amateur. En este último grupo, encuentro una terrible escena, digna de Las 120 jornadas en la que Homero aparece dibujado desde atrás, en cuatro, y amordazado con la clásica pelota en la boca del S/M, mientras Marge, visiblemente drogada, chupa el pene que le acaba de amputar. Homer, salpicado de sangre, tiene todavía una tijera clavada en el culo. ¿Quién fue el que llevó a los Simpsons hasta el gore? El dibujo no aparece firmado.

Mujeres fálicas. Pese a esta división esquemática entre la calidad y el low-fi, es en el primer grupo donde leo un muy elaborado comic de cinco páginas que parece la condensación del fenómeno pornográfico de los Simpsons. La tira abre con Marge tomando agua. Luego la TV, que funciona de fondo, anuncia que el agua fue contaminada por un derrame nuclear. La pantalla de la TV muestra la central de Sprignfield colapsando. Marge se asusta. Mira la botella de agua con terror, comienza a soltar algunas lágrimas y, de golpe, le crece una enorme pija. La transformación la sorprende y ese momento de sorpresa es interrumpido por Lisa que entra en la cocina. Marge le oculta su nuevo miembro y Lisa, pensando que la conmueve el desastre ecológico, empatiza con su madre. Marge escapa, disimulando, hacia su habitación.

Futanari. Ya en la intimidad, se desnuda, se examina y comienza a tocarse con placer. De la sorpresa pasa al autoerotismo. Su pija es tan exagerada que incluso puede chupársela a sí misma. Narcotizada por la masturbación, no advierte que Lisa acaba de abrir la puerta y, en pleno orgasmo húmedo, le eyacula en la cara. Accidentalmente, Lisa traga parte del enchastre de semen y ahora es a ella a la que le crece un desproporcionado sexo masculino. Desprevenida y sorprendida, Lisa llora y su madre no encuentra mejor manera de consolarla que chupársela. Lisa se deja y acaricia con sus pies el sexo blando de Marge, para finalmente acabar con violencia. El final es feliz porque Marge sonríe con su boca llena de semen. Los japoneses hicieron de este procedimiento un subgénero del hentai, el futanari, que en japonés, parece, significa “hermafroditismo.” En el futanari, los dibujantes dotan de grandes vergas a mujeres delicadas que pasan a cumplir un rol masculino. El resultado de estos cruces es, por lo menos, llamativo. Las técnicas de composición digital permiten llevar la fantasía del futanari más cerca de los seres de carne y hueso. Pero ver a Marge y a Lisa con pitos supera, creo, cualquier sorpresa del photoshop.

Irreversible. Marge aparece masculinizada en otras viñetas de la web. Hay una especialmente llamativa donde Homero es el genio de la lámpara y ella, Aladino. Mientras Homero lee una revista de nombre “Fancy lamp”, Marge con una pija enorme lo apoya suavemente de atrás. Pero la historia de los falos mutantes es donde mejor se percibe la brutal transgresión del fenómeno pornográfico de los Simpsons en Internet. Todas la capas de sentido superpuestas funcionan ahí. Aparte de los fluidos y las felaciones, esta historia la radiación, por fin, llega no a la casa de los Simpsons, sino a los Simpsons mismos. A partir de ese momento, muchos roles cambiarán. En ese universo donde Marge y Lisa ahora tiene pito, la familia tipo que corroe el sueño americano desde su interior pero nunca deja de habitarlo acaba de cambiar para siempre.///PACO