Mundial 2014


¿Romero será nuestro Chacho Peñaloza?


Sorprendido, hoy leo una nota de La Nación titulada: «Chiquito Romero nos está callando a todos». «¿Por qué?» es mi primera pregunta. Lo segundo que se me viene al cuerpo es curiosidad. Ok, lo consiguieron, voy a ponerme a leer la nota para ver cómo el periodista justifica esa afirmación. El artículo polemiza con una nota del 12 de octubre de 2013, de la cual sólo pone el título: «¿Qué le pasa a Chiquito Romero?». De inmediato el periodista de Cancha Llena nos pide: «No hace falta buscar al autor», pero ironiza sobre el planteo de dicha nota que aparentemente ponía en duda la continuidad del arquero de la selección.

Reconozco que intenté buscar la nota mencionada al pasar, pero como en general me interesa leer a las personas con las que no coincido, preferí enfocarme en por qué Romero nos había callado a todos. No niego que tuve curiosidad por el artículo del 12 de octubre de 2013, pero honestamente no encontré la nota, sólo pude darme cuenta que un día antes a la fecha mencionada, Argentina le había ganado 3 a 1 a Perú en las Eliminatorias. Una tercera pregunta que me surgió fue: «¿Qué pasó ese 11 de octubre con Romero?». De inmediato Youtube me recuerda una mala salida del arquero argentino en el gol de Pizarro, que puso el 0-1 parcial con Perú.

¿Tendré algo personal con Romero? ¿Me habré convertido en una especie de Frank Grimes celoso del éxito de Homero Simpson? Puede ser, no lo niego. Pero discúlpenme: Romero está lejos de habernos callado a todos. Javier Alcácer, amigo que comparte mi negatividad para con Romero, me alcanzó una lista de las intervenciones -buenas y malas- que tuvo el 1 de la Selección en el partido con Suiza, muchas de la cuales el periodista de Cancha Llena prefirió pasar por alto.

1. PT: disparo que tapa con el pie, en una buena reacción (completa la atajada parando un tiro de afuera del área, si mal no recuerdo).
2. PT: se queda clavado en el área (siempre ataja cerca del arco) en vez de salir de frente contra el delantero suizo que define mal.
3. PT: disparo de lejos. La frena en dos tiempos, haciéndola picar. No da rebote. Bien.
4. ST: agarra una pelota y se le cae de las manos, haciéndonos recordar a una escena mala pero divertida de Friends.
5. ST (tiempo suplementario): Última pelota del partido. Se queda clavado en un centro que le da en los pies a un suizo, después en el palo y después en el suizo otra vez y se va afuera por intervención divina.

Francisco

Está claro que Suiza no atacó mucho, hizo su juego, ¿quién los culpa? Pero Romero tiene un problema intangible para las estadísticas del fútbol: no da seguridad. Otra problema intangible que tiene Romero es que no suele leer bien el juego. En la jugada del primer tiempo que se queda clavado en el área (que el delantero suizo define mal), queda en evidencia que Chiquito no lee la jugada donde los centrales salieron a achicar -mal- a la mitad de la cancha. Contra Argelia, el arquero alemán Neuer salió de libero en al menos tres jugadas, las cuales significaron tres posibilidades menos de gol para el equipo africano.

Mal que me pese, el deporte no se trata sólo de estadísticas, sino además de intangibles. En el caso de los arqueros la personalidad es fundamental, pero también es importante la seguridad que transmitís tanto al equipo propio como al rival. Está claro que incluso para los técnicos más obsesivos de la Argentina el puesto de arquero no es un puesto esencial (ver Pumpido en el México ’86 de Bilardo), sin embargo, habría que preguntarse si es importante o no tener una personalidad fuerte en el arco que nos invite a despreocuparnos del tema.

sabellaromero

 

Nadie sabe lo que puede pasar en un Mundial. Hemos visto al cordero pasar por las armas a los lobos, hemos visto al águila caer y ser comida por las hormigas. Quizás mañana Romero se transforme en el Chacho Peñaloza y salga a cabecear en el minuto 120 de la final y nos dé un gol para salir campeones. Eso nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es el que el periodismo deportivo es un relato pobre sobre un relato rico, el logos devaluado sobre la práctica del deporte más bello y emocionante del mundo. Quizás sobre ver el fútbol, sentirlo. Tal vez no habría que leer más. Y dejarse llevar. Para evaluar lo que pasó nos quedará el resto de la historia, los miles de meses que a partir de mediados de julio ya no tendremos fútbol y que serán sin duda un aluvión de mierda periodística: críticas, autocríticas y desolación. Mucha desolación//////PACO

Ochoa