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¿Quién necesita a Max Headroom?

#TodosSomosMaxHeadroom podría ser el hashtag de reclamo de miles de personas jugando a ser líderes de opinión al mejor estilo Lazarsfeld. Qué lejos quedaron los 80s, Brazil de Gilliam e incluso películas menos lejanas en el tiempo como Hackers, piratas informáticos (1995), las cuales alimentaban la conspiranoia de que el mundo estaba controlado por corporaciones gigantes, entre las que se encontraba el propio Estado policial, of course.

Quedaron lejos no sólo porque ya nos separan 30 años, en algunos casos, sino también porque todo lo que sea denuncia de conspiración huele a traje de tu abuelo muerto. Sin embargo, hay una insistencia en denunciar al Estado o decir que Google, Facebook o Paco quieren controlar tu vida. Ok Julian, sos un hacker respetado devenido periodista, lo sé, te leo, pero ¿quien necesita a Max Headroom hoy en día?

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Voy a Wikipedia en español y hago copy-paste (lo admito, cada día me aburre más escribir): «Max Headroom fue una serie de televisión presentada en 1987 en los Estados Unidos por la productora Lorimar (…) Desde el comienzo llamó la atención por su estética, por introducir conceptos relacionados con las tecnologías emergentes en los años 80 (el seguimiento por satélite, las cámaras activadas por control remoto, las redes cibernéticas y las publicidades subliminales) y en especial por transcurrir en un entorno vinculado a los medios masivos de comunicación.»

Lo curioso del artículo es que cierra así: «A pesar del interés que despertó, fue cancelada después de 14 episodios (sólo se emitieron 13) porque las audiencias no alcanzaban lo esperado.» Probablemente despertó interés su crítica hacia los medios, aunque en muy pocas personas, algo que suele ser demoledor para las series en USA. ¿Pero eso significa que era mala? No necesariamente, en los 80s todavía no existía internet en todas las casas y la posibilidad de intervenir el sentido de los massmedia podía resultar excitante (de hecho ocurrió realmente en 1987 durante la transmisión de un capítulo de Doctor Who).

¿Pero qué pasaría si la imagen visual y mental Edison Carter (personaje que tras su muerte da lugar a la creación de Max Headroom), periodista estrella de la Cadena XXIII, fuera extrapolada de los 80s al 2013? Se encontraría con alter egos por todos lados. Vería en redes sociales y blogs una infinita cantidad de personas que destruyeron su principal commodity: revelar la verdad. Descubriría que accidentalmente introdujo la filosofía bartiana.

Ponganselo en la cabeza, ya no hay secretos ocultos; el problema es otro. Hoy, aquí y ahora, lo que está modificándose es el paradigma de verdad, hoy más que nunca la verdad es la que uno quiere creer, ya no es más la verdad de la modernidad del siglo XX.

La Era Truthness

The Colvert Report es un Late Night Talk Show, de esos que tantas veces quiso imitar sin éxito Pettinato (no cargaría el fracaso local sobre sus hombros). De lunes a jueves Stephen Colbert (junto a un grupo de actores) se dedica hacer un resumen satírico de las noticias en USA, donde además ridiculizan al periodismo. Antes del piloto del programa, un 17 de octubre de 2005, Colvert eligió la palabra «truthness», al ver que la palabra «truth» -tal cual estaba en el guión original- no era lo «suficiéntemente ridícula.»

«No estamos hablando de la verdad, estamos hablando de la verdad que queremos que exista», explicó Colvert acerca del término, quien señaló que los hechos ya no importan en absoluto. Esta discusión se dio en el marco del argumento de la administración Bush, que aseguraba que Iraq tenía armas de destrucción masiva. De una u otra manera, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo todos sabíamos que era mentira. ¿Pero acaso importaba?

Colvert hace hincapié en la fuerza emocional que tiene la palabra «truthness», en donde no interesan los verdaderos hechos, sino cómo se plantean los acontecimientos, quién los dice, con qué convicciones. Que la realidad es una gran obra de teatro no es una discusión nueva, Camus en El mito de Sísifo reflexiona acerca del tema, poniéndole el condimento que le da sabor a esta discusión: la esperanza. Oh, Dios, qué importante es la esperanza.

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La Wikiality

Envalentonado con la elección de «Truthness» como palabra del año en USA en 2005, Colvert trajo un nuevo neologismo: Wikiality, un mix entre wiki y realidad, que hace alusión a la verdad por consenso. Colvert ironiza sobre el formato de Wikipedia; aunque no toma demasiado en cuenta que el proceso de publicación de la enciclopedia no se trata simplemente de «ponernos de acuerdo», sino de presentar «referencias» que sustenten los publicado por el usuario. Es real que las referencias suelen ser artículos periodísticos o posteos de blogs, no necesariamente documentos oficiales, sin embargo, pareciera que no se termina de comprender que la cuestión no es simplemente burlarse de Wikipedia.

Tal vez sin proponérselo demasiado, Colvert está planteando la necesidad de presentar un nuevo paradigma de verdad. Tanto truthness como wikiality ayudan a pensar cómo la era digital hirió de muerte a la verdad tal cual la conocíamos. De hecho, a continuación -rescatados de una nota de @contrarreforma– mencionaremos los 5 escándalos más importantes destapados por Julian Assange y Wikileaks desde su aparición:

1. Un helicóptero Apache mata civiles en Irak.
2. La empresa aceitera Trafigura vierte desechos en las costas africanas.
3. 500 mil mensajes de beeper fueron enviados en los Estados Unidos el día del 11-S. “Algunos eran de funcionarios federales y locales, pero la mayoría eran de gente común.”
4. La Biblia de la Cienciología.
5. Los protocolos del Ejército de los EEUU para tratar a los presos en Guantánamo. Permitía “negar el acceso de la Cruz Roja a los presos durante cuatro semanas.”

¿Acaso a alguien le importa? ¿No es algo que todos imaginábamos de una u otra manera? Sí, señores, la verdad ha muerto. Y honestamente, ante este nuevo escenario, para qué necesitamos a un tipo como Max Headroom.///PACO