La línea y los talleres literarios
Por Aki / @linearotativa
Tengo mucha info que me han pasado: internas de talleres literarios, y… ¡El Tallerista violador impotente! Hay una banda de chicas talleristas crónicas que van anotándose de taller en taller y felando a los talleristas y al tallereador. «No tengo plata para tu taller » dice ella, 56 años, tres años de filosofía y flanes. El tallerista la toma de los pelos y la hace felar. Hay videos de los talleres… De TODO lo que sucede. Dice Luna XXX, 41 años, «en el taller se pasa mas tiempo hablando mal de otros talleres que de literatura perse» CONtUnDeNTE. El taller es un chongodromo. Las solteras van a buscar marido. Y las casadas a pulir su literatura. Por supuesto el Tallerista esta harto del sexo rápido, y para agradar de las solteras, el premio es: la casada. Al mes: la casada garcha con el tallerista, que le revela todas sus miserias, básicamente «no llego a fin de mes. El monotributo me ahorca». Las solteras le hacen el vacío a la casada. No se ríen de lo que escribe. La boicotean. Los mejores libros nunca ven la luz.
El Tallerista cada tanto saca ases de la manga: «Me inspiraron… ¿Y si hacemos una editorial nueva? Algo distinto… algo… revolucionario. El nuevo catálogo irá directo de las entrañas del escritor a la mesita de luz del lector… la nueva editorial se llamara…». El nombre de estas nuevas editoriales, que nunca llegan al año de vida, son Caspa, Misiadura books, Birra tibia et maní humedo. El tallerista acepta a cualquier escritor varón, ya que si es lindo: atrae chicas al taller. El tallerista en sus primeros talleres: tartamudea. Después piensa que es Tinelli pidiéndole las Malvinas a Inglaterra. Pasado un tiempo le chupa un huevo todo. Solo quiere estar ido de Isenbeck tibia y que lo fele una casada.
A veces el tallerista le pide con mucha ceremonia a su amante casada: «¿Me meterías un dedo en el culo, plis…? Es que tomé merca y me pide». La casada lo desflora suave. El quiere pija, en realidad. Los dos saben que el affaire esta llegando al final. Casada: «¿Entendés que xxx se puso en cuatro patas y chillaba? ¿Qué puede decirme de mí libro, si es una nena honoraria?». Me emocionan este tipo de internas. Al tallerista me lo imagino de polera y saco cuadriculado con pitucones.
Sin los puaners el taller pierde nivel. De cinco lapiceras baja a dos. Hoy hago el ranking de talleres y talleristas. Y las alumnas mas putas y deseadas. ¿Queres comer carne fofa? ¡Anotate en un taller literario! Ya tengo el programa armado. Di de baja la sección «humor telúrico». «Todo es literatura» dice el tallerista a los tallereros. Sobre el cierre de la inscripción las reglas de admisión se ponen mas fofas. El taller arranca solemne. A la tercer clase una señora trae bondiolas, pinta la birra tibia y se tiran gomas en las adyacencias. Se arma una cadena de mails en el taller. Allí se cocina todo. Los garches, los odios, los “que poronga lo que escribió la idiota esa”. Todo lo que los cartoneros dejan y no lo levanta Manliba, termina en un taller literario.
El taller de X, ese lugar donde los sueños carretean y carretean. “Quedan pocas vacantes” anuncia el amigo del tallerista por Facebook. La guita que le entra al tallerista rápidamente re ingresa al mercado: 80% al dealer, el 20 % restante a la ex mujer. No sabés lo que es el fondo de a sociedad si no caíste en un taller literario. Para ser considerada Solterona tenes que tener dos años de taller literario. ¿Te gusta la pija fofa cocainómana? Metete en un taller literario ya. ¿No querés publicar nunca nada? ¡Venite al taller literario que te convidamos empanadas! El Centro Cultural Bored. Tribileaks.///PACO