¿Qué es Pingpongo o Ping Pong con Obstáculos? En su reglamento oficial se lee «El Ping Pong con Obstáculos se llama Ping Pong y no tenis de mesa, porque se hace eco del decir popular, antes que de las denominaciones academicistas.» Su definición general es «un Ping Pong al que se le agregan obstáculos físicos y/o mentales para generar dinámicas impensadas y emocionantes. Si bien en el Apartado 8 se mencionan las variantes más usadas hasta el momento de la escritura de este reglamento, es la filosofía de este deporte incentivar la creatividad y la personalización (o comunidazación) de manera que florezcan uno, dos, mil (no más) Ping Pong con Obstáculos en el mundo.» La Asociación Argentinas de Ping Pong con Obstáculos (AAPPO, pingpongo.com.ar y facebook.com/pingpongo) es la institución que lleva adelante la breve pero intensa tradición de este deporte, que ya cuenta incluso con un himno oficial. Marcos Zurita, psiquiatra y uno de los creadores del Pingpongo, respondió unas preguntas para PACO.
¿Cómo surgió la idea de armar estos torneos de Ping Pong con Obstáculos?
Lo primero fue alguna charla entre los integrantes de Bola Sin Manija donde el entusiasmo transformó una idea en un proyecto (Bola Sin Manija es un pulpo que incluye blog, programa de radio y editorial). Partimos de algo bastante habitual de hacer cuando se quiere jugar al ping pong y no se tiene una mesa profesional y empezamos a pensar más en el formato : hacer un reglamento, crear una asociación, pensar variantes «oficiales» del juego. Así quedó por un lado el Pingo Pong con Obstáculos como celebración de la burocracia y por otro lo contrario: lo lúdico, el caos. Obvio que esa contradicción nos encantó. Hicimos rápidamente un primer reglamento oficial y lo presentamos en el registro de propiedad intelectual. A la semana ya teníamos el papel con que la burocracia real legitimaba nuestro juego. Al mismo tiempo y como gran movilizador de la idea vinieron los slogans: «la utopía del mañana, hoy», y las definiciones «todo lo que no es ping pong, es ping pong con obstáculos».
¿Cuántos encuentros se realizaron?
Se hicieron cuatro abiertos en Buenos Aires, cinco en Oslo, dos en Montevideo y algunos challengers en Guatemala y Ezeiza.
¿Quienes se pueden anotar para jugar?
Todos. Han jugado (y por lo tanto figuran ya en el Ranking Mundial) desde jugadores federados de tenis de mesa hasta psicoanalistas, médicos, científicos, licenciados en ciencias de la comunicación, matemáticos, amas de casa, estudiantes variados, editores, gremialistas, escritores, etc. No hay distinción de género, edad, ni conciencia de clase.
¿Cuál es la modalidad que más te gusta?
A mí particularmente me gusta la clásica con pocos objetos pero buenos –cubo magico, pared de rasti grande– más el agregado de la cantidad justa de sal gruesa. También me encantan las variables mentales como el pingpongo de respuestas y respuestas, donde hay que responder a la consigna (ejemplo: países de África) antes de pegarle a la pelota. Esto pone en juego dos puntos a la vez, el que se gana con la pelota y el que se gana dejando sin respuesta al rival. Para grupos, me gusta el pingpongo volley, donde es obligatorio armarle el punto al compañero antes de pasar la pelota al otro lado.
¿Qué otro deporte te parece que se podría hacer con obstáculos?
Es una pregunta difícil porque en algún momento pensamos en que todos los deportes podrían adaptarse al espíritu del pingpongo. Por ejemplo, si en el tenis el jugador que mete el primer saque pudiera por reglamento jugar la segunda pelota que le quedó en el bolsillo, a modo de un multiball de flipper, sería una buena pingpongoización de ese deporte.///PACO