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Cuando Philip Dick escribió ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? nunca soñó que sería el puntapié para una carrera post mortem que lo convertiría en uno de los escritores más importantes del siglo XX. Fue el libro elegido por Hampton Fancher, un actor de TV de los 60s que escribió el primer guión, para presentar a Warner Bros y realizar un proyecto con muy pocos precedentes en la historia del cine. Ya la ciencia ficción se había mostrado el marco ideal para una super producción: desde Star Wars a 2001 Odisea del Espacio, referencias obligadas de películas ambiciosas que no apuntaban a ganar un Oscar sino a fascinar al público, usando un nuevo lenguaje acorde a los primeros años de la década del 80, que son el reaganismo se mostraba más futurista que nunca. Un revival de aquellos dorados 50s, cuando la posguerra había fascinado tecnológicamente al mundo y la scifi se convirtió en la nueva gran cosa. Con más tecnología que treinta años atrás, y con directores que habían mostrado su enorme capacidad para conmover, reflejar los mundos increíbles y manejar grandes presupuestos, Blade Runner se convirtió en el paradigma de película de ciencia ficción apta para todos los públicos, que abriría al género en su versión cinematográfica a un mundo de jóvenes y adultos por igual.

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Fue el libro elegido por Hampton Fancher, un actor de TV de los 60s que escribió el primer guión, para presentar a Warner Bros y realizar un proyecto con muy pocos precedentes en la historia del cine.

2/ El éxito de Blade Runner y su instalación en el imaginario fue producto no sólo de su calidad, sino también de una época que alentó la experiencia sci fi en el cine. El mundo había conocido pocos meses atrás al adorable ET de Steven Spielberg y estaba más receptivo a formas de vida diferentes con sensibilidad. También la peli se contrapone a The Thing, una de las mejores películas de John Carpenter que la obra magna de Ridley Scott ensombreció. Si bien The Thing es una gran película también, lo cierto es que, en definitiva, es una remake de una película de los años 50s basada en un cuento de John  W Campbell, un escritor mucho más viejo y prácticamente ubicado en el polo opuesto literario a Philip Dick. Mientras Blade Runner y ET fueron aventuras que entusiasmaron y conmovieron, The Thing es una película tétrica y ensombrecida, que amaron los fanáticos de Lovecraft y no tuvo el mismo alcance que sus primas mayores. Pero revisando la historia del cine, podemos ubicar a las tres producciones como pilares de toda la cinematografía posterior en el género de ciencia ficción.

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El mundo había conocido pocos meses atrás al adorable ET de Steven Spielberg y estaba más receptivo a formas de vida diferentes con sensibilidad.

3/ Blade Runner trata sobre un caza recompensas retirado que tenía un oficio muy ochentoso: dar de baja a los androides creados para trabajos esclavos en otros planetas que se infiltran en la Tierra buscando una vida mejor. Los androides, llamados en la película “replicantes”, son clones humanos con una cláusula que les otorga sólo 4 años de vida, el tiempo en que sospechan sus creadores, tardarían en tomar conciencia de sí mismos y comenzar a tener voluntad propia. Deckard, el protagonista interpretado por Harrison Ford, es un atormentado funcionario de la policía con muchas preguntas interiores, que sin embargo acepta el trabajo de encontrar a un grupo de replicantes rebeldes que estaban tratando de encontrar un “cura” a su condición mortal ya amenzaban la vida de los humanos con su presencia en la Tierra. Mientras en la novela la historia se sitúa en 1992, en la película se elige el conservador año de 2019, y hoy recordamos la cinta porque el principal replicante Roy Batty, tiene como fecha de nacimiento un 8 de enero de 2016.

4/ Muchos ya saben que el propio Philip Dick no llegó a ver la película terminada, aunque participó de su producción. Él mismo autorizó los cambios que quitaron las partes más interesantes del libro: la religión “mercerista”, los animales artificiales –que apenas aparecen, aunque no una oveja eléctrica-, los máquinas que controlan los ánimos, y una serie de pequeños detalles que en la novela le otorgan a la historia una profundidad muy diferente a la que plantea la película. En el libro, la relación de Deckard con su vieja y gastada oveja eléctrica es el puente para conmoverse ante la situación desesperada de los androides a los que debe matar, mientras que en la película (en su versión original) esa empatía la provoca un repentino enamoramiento de Deckard con una replicante inmortal que trabaja para la empresa fabricante de replicantes. En el directors cut de 1992 se puede adivinar que Deckard es también un replicante inmortal, lo que aumenta el surrealismo innecesario de la trama de la película. Más allá del monólogo final de Roy Batty, el punto más alto del guión, lo cierto es que la novela es muy superior a la película, que brilla más por los montajes, los escenarios, la ambientación fabulosa y, sobre todo, la fantasía de que en el 2019 habría autos voladores en las calles de una Los Angeles que es una mezcla de Once con el Barrio Chino.

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Los escenarios, la ambientación fabulosa y, sobre todo, la fantasía de que en el 2019 habría autos voladores en las calles de Los Angeles, que es una mezcla de Once con el Barrio Chino.

5/ Blade Runner puede verse una y otra vez. Tiene una magia que pocas películas de su extensión y temática tuvieron hasta ese momento. Star Wars es una película de sábado a la tarde, ET es prácticamente una producción de Disney, 2001 Odisea del Espacio es directamente infumable en una segunda vista, The Thing es una película de terror que si bien es interesante, no resiste más de dos o tres visualizaciones. La obra de Ridley Scott y Philip K Dick puede verse una y otra vez, por partes y enteras, tiene un ritmo pausado pero ágil –una combinación rara en estos días- no tiene partes innecesarias y las cuatro horas del director´s cut pasan volando. La ambientación está al nivel de las producciones actuales, e inspiró super clásicos de los 80s como Black Rain, Total Recall o Terminator, para nombrar algunas. Inclusive se cuenta que Cristopher Nolan, durante la primera reunión de producción de Batman returns, luego de un breve speech le dijo a su equipo “hay que hacer algo como esto” y proyectó Blade Runner completa. La música de Vangelis –cuyo main tittle se difundió hasta el hartazgo en nuestro país identificado como el tema de fútbol de primera– es simplemente fabulosa, abrió una forma de musicalizar que hoy vemos plasmada en producciones como The Knick, e instaló a Vangelis como un verdadero artista del sintetizador. Y, sin dudas, en el día de nacimiento, siempre es hermoso recordar las palabras de Roy, el replicante, que en pocas oraciones expresó un dilema ético del futuro que, sin embargo, atraviesa al homo tecnologicus en el que, a tres años del mundo de Blade Runner, todos nos estamos convirtiendo, sintiéndonos más cerca del moribundo replicante Roy que del viejo Deckard que lo observa con sus ojos cansados de oveja analógica/////////PACO