Cultura


La construcción de Pandora


1.
Sofía Velzi tenía 18 años y vivía en Colón, Entre Ríos. Había viajado hacia Jujuy a conocer a su «novio virtual», el bombero Luciano Benítez, con quien venía chateando hace un año. Ella le decía que lo amaba, que vivía con una tía y que tenía leucemia. Subió a un micro para ir a verlo, pero se quedó sin plata para el pasaje a la altura de Paraná. Luciano le compró el pasaje a Jujuy para retirar en ventanilla. Sofía se descompuso y los choferes la bajaron en Villa Elisa para llevarla al hospital, a donde la fue a buscar su tía, y desde entonces no se supo más nada de ella. Luciano empezó la búsqueda, creyendo que había desaparecido, tal vez un caso de trata de personas. El 22 de febrero creó la página de Facebook «Buscamos a Sofía Velzi» (que tuvo unos 3600 me gusta, antes de desaparecer) con las supuestas fotos de la chica. La familia de Benítez contactó a las autoridades y todo Colón se movilizó para buscarla. Hasta que se dieron cuenta de que Sofía no existía.

La familia de Benítez contactó a las autoridades y todo Colón se movilizó. Hasta que se dieron cuenta de que Sofía no existía.

2. Florencia Cocucci es modelo. Rubia, 1,70 y 87-64-91. Está de novia con Tomas Pagliere, dueño de la marca de ropa Surdeasia, de la cual ella es también imagen pública. Tiene una diastema que no llega a ocultar que es, ante todo, hermosa. Y dicen que salía con el fiscal Alberto Nisman. De hecho, es la primera de una larga lista de mujeres -modelos, secretarias, empleadas de la UFI-AMIA- sindicadas como la supuesta «novia» del fiscal. A cuatro meses de la muerte de Nisman, resulta difícil distinguir si cada personaje que ingresa en la trama del caso es real, existe, tuvo la relación que dice que tuvo, o si se trata un avatar inventado por alguno de los actores en juego. ¿Cocucci se prostituía a sueldo de la fiscalía? ¿Tenía una relación de atracción genuina con Nisman? ¿Eran solo «amigos»? ¿Funcionaba como tapadera de un romance con Lagomarsino? Todos tienen una hipótesis incomprobable.

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3. Manti Te´o tiene 24 años, mide casi 1,90m, pesa 116 kilos y es linebacker en los Fighting Irish de la Universidad de Notre Dame de Chicago. Es una de las grandes promesas del fútbol americano estadounidense. Tiene, también, o tenía, una novia, Lennay Kekua. Que a su vez tiene, o tenía, o nunca tuvo, leucemia. Y ¿tuvo? una relación -¿virtual?- a distancia con Te’o. Dos años de chat, sin nunca conocerse en persona. Después de anunciarle su «diagnóstico», y antes de «morir», Kekua le pidió que nunca deje de jugar, que nunca se pierda un partido. Cuando se descubrió que la supuesta novia no existía, no al menos físicamente, el jugador aseguró que había sido víctima de un engaño. Cuando le preguntaron a Te’o si toda historia no era una pantalla para ocultar una hipotética homosexualidad, respondió: «Todo lo contrario. Absolutamente lo contrario».

4. Hatsune Miku es japonesa, mide 1,58 metros y pesa 42 kilos. Tiene pelo color turquesa hasta las rodillas y se viste como la clásica colegiala de animé. En 2007, cuando lanzó su carrera de cantante de J-pop, tenía 16 años. Hoy tiene más de dos millones y medio de seguidores en Facebook, 88 millones de visitas en Youtube y sigue teniendo 16 años. Miku es un holograma creado por la empresa Crypton Future Media para promocionar su software sintetizador de voz, Vocaloid. Que sea un holograma, una imagen, un avatar, no impide que haga giras mundiales y llene estadios. Su voz está sampleada de la cantante y actriz Fujita Saki, que sí existe, al parecer. Los kankis de Hatsu (初), Ne (音) y Miku (ミク) significan «primer», «sonido» y «futuro», respectivamente. Hatsune Miku podría traducirse como «el primer sonido del futuro».

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5. Park Seo-yeon, tiene 34 años y vive en Corea del Sur. Es más conocida como The Diva en un sitio de streaming donde todas las noches, de 20 a 21, cena frente a una webcam para sus fans. Ese hobby, conocido como «voyeurismo gastronómico», le reporta ingresos por unos 9.000 dólares mensuales, todos provenientes de sus seguidores. Gracias a eso, pudo renunciar a su trabajo diurno en una consultora. Seo-yeon no se desnuda ni cumple ninguna fantasía sexual: simplemente está ahí, comiendo sus platos generosos, a veces obscenos. ¿Por qué alguien querría ver a otra persona cenando? «Algunos lo disfrutan porque no pueden comer tanto, o están a dieta», explica ella. Además, en un país donde una de cada cuatro personas vive sola, cenar sin compañía representa una vergüenza social.

Sólo el 5% de las empresas de Fortune 500 están dirigidas por una mujer.

6. Anna Allen tiene 37 años y es una actriz española. Podría decirse con cierta seguridad que Anna Allen existe. También existe su carrera actoral: participó en una decena de cortos y series de TV. Lo que no existe es su otra carrera: en sus cuentas de Facebook e Instagram, Anna Allen publicó imágenes photoshoppeadas de supuestas participaciones en series como The Big Bang Theory o White Collar. También montó una falsa invitación a los Oscar, con paso por la alfombra roja incluído. El diario español El Mundo fue el encargado de desenmascararla. Es fácil decir que Anna Allen es una mentirosa, una impostora. Pero si parte del trabajo actoral es lograr la verosimilitud, ¿no se puede pensar que Anna Allen es una artista por otros medios?

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7. Sólo el 5% de las empresas de Fortune 500 están dirigidas por una mujer. Esa lista la encabeza Martine Rothblatt, la CEO femenina mejor paga del mundo: dirige la farmacéutica United Therapeutics y tuvo ganancias de 38 millones de dólares el año pasado, con las que supera a Marissa Meyer (Yahoo!) y Meg Whitman (Hewlett-Packard). Como si eso no fuese suficiente para separarla del resto, Martine, además, nació en 1954 como Martin, un hombre. Al cumplir los 30 años se hizo una operación de cambio de sexo que la (¿lo?) convirtió en el primer -y hasta ahora, único- CEO trans de una empresa líder a nivel global. En 1982, cuando todavía era Martin, Rothblatt se casó con Bina Aspen, una mujer afroamericana con quien tuvo cuatro hijos, y permanecen juntos después de su transformación. En 2004, Martine lanzó el Movimiento Terasem, una escuela de pensamiento transhumanista que aspira a la inmortalidad del ser humano a través de la «cyber conciencia» y la criogénesis. Si bien la tecnología para completar su visión de un futuro de vida eterna cibernética todavía no está disponible, Rothblatt decidió tomar un atajo: en 2010 mandó a construir un ¿robot? ¿clon? ¿androide sentiente? llamado BINA48.

8. BINA48 (el invento, no la mujer) tiene sus limitaciones: por ahora es sólo un busto de cabeza y hombros. Su inteligencia artificial no se acerca todavía a la de un ser humano: apenas está cargada con algunas horas de información de la Bina real, y sólo puede mantener conversaciones básicas. Escucharla hablar es asomarse al abismo total del Valle Inquietante (o «uncanny valley», en inglés), el punto exacto donde un humanoide es demasiado parecido a una persona y demasiado parecido a un robot, pero no lo suficiente para entrar en ninguna de las dos categorías. Este extrañamiento genera una disonancia cognitiva y, por ende, rechazo. Las hipótesis sobre por qué se provoca esta reacción, el rechazo, son varias. Una es que un androide inquietante nos recuerda nuestra propia mortalidad. Otra: que la aparición de un híbrido no-humano-pero-parecido-a-un-humano golpea el sentido de «especialidad» del humano. Es decir, la idea de que cada uno de nosotros es especial. Es decir, nos hace cuestionar el concepto mismo de humanidad.

9. Todas las culturas tienen su mito ginogenético, la explicación del nacimiento de la mujer. Sería reduccionista quedarse en la historia de Eva: la mujer, creada por el dios como espejo de un hombre preexistente, comete el pecado original que expulsa a ambos del paraíso. Más interesante es abordar el mito de Pandora, enunciado por Hesíodo en su Teogonía, más o menos en la misma época en la que se escribía la versión unificada del Génesis. Zeus decide castigar a los hombres por el atrevimiento (hybris) de Prometeo, que había robado el fuego de los dioses. En Los trabajos y los días, Hesíodo cuenta que cada uno de los dioses (y las diosas) contribuye a su creación. Atena, la diosa de la sabiduría, le enseña a tejer y coser; Afrodita le dona la gracia. Los dioses le entregan una vasija con todos los males y enfermedades del mundo. Prometeo advierte a su hermano Epimeteo que no acepte ningún regalo de los dioses, previendo una venganza. Epimeteo recibe a Pandora (en versiones posteriores se casan y tienen una hija) y a su vasija. La mujer abre el contenedor y libera todos los males al mundo. Así finaliza la edad de oro, en la que sólo existían hombres inmortales, y se inaugura la de plata, que introduce a la mujer humana y a la muerte. El mito indica que en la vasija sólo quedó un don, la esperanza. El poeta Teognis de Megara postula que el contenedor también albergaba bendiciones, y propone que en realidad fue abierto por un hombre. En griego, Pandora puede traducirse como «la que posee todos los dones», o también «la que todo lo da». Epimeteo significa «pensador a posteriori», o aquel que piensa las cosas después de que sucedan.

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10. Gone Girl puede verse como un thriller, puede usarse como dispositivo para debatir el rol de los medios y hasta funciona como metáfora más o menos precisa sobre el matrimonio (cuando Nick le dice a Amy «Sí, yo te amaba, y después lo único que hacíamos era tener resentimientos, tratar de controlar al otro, nos lastimamos», y ella responde «Eso es el matrimonio», todas las parejas casadas en el cine se reían). Incluso hubo «debates» sobre si es una película «feminista» o «misógina». Más acertado sería leerlo como una historia sobre los estragos que causa el narcisismo. Spoilers: Amy monta su desaparición, mata a su ex, ejerce su venganza contra su marido no porque esté loca, sino porque está en riesgo su identidad. Y para el narcisismo (y cabe recordar que el narcisismo es la enfermedad del Zeitgeist, el diagnóstico universal de nuestra era), lo más importante es la preservación de la identidad. Y Amy no tiene identidad, o al menos tiene varios problemas en torno a definir la suya: para empezar, tuvo que contrastarla con el personaje de Amazing Amy de la serie de libros que escribían sus padres y que, invariablemente, era mejor que ella. La clave es el discurso de la «chica cool»: «Nick amaba a una mujer que yo estaba simulando ser. La ‘chica cool’. Ser la chica cool significa que soy una mujer atractiva, brillante, divertida que adora el fútbol, el poder, los chistes sucios y eructar, los videojuegos, la cerveza barata, los tríos y el sexo anal, que come panchos y hamburguesas como si organizara la orgía culinaria más grande del mundo mientras de alguna forma mantengo un talle 2, porque las chicas cool son, ante todo, atractivas». Amy define su identidad en torno a la de su marido, y cuando esta cambia, ella entra en crisis. «Nick se puso vago, se volvió alguien con quien no accedí a casarme; esperaba que lo amara incondicionalmente», dice después. Esa no es una mujer despechada por perder contra Emily Ratajkowski, sino una mujer que pierde su identidad. Todos sus actos posteriores son construcciones de personajes: la víctima, la embarazada, la prófuga en el motel sureño (curiosamente esa es la única identidad que no vende bien, por eso la asaltan), la secuestrada para su ex, la secuestrada por su ex, la cautiva que regresa a casa, la que reconstruye su familia. «¡Soy la conchuda con la que te casaste!», le dice después a Nick: «El único momento en el que te gustaste a vos mismo fue cuando tratabas de ser alguien para gustarle a esta conchuda».

«¿Soy linda?» es una pregunta que parece a priori innecesaria hacer en internet.

11. «¿Soy linda?» es una pregunta que parece a priori innecesaria hacer en internet. Los likes de Facebook, los corazones de instagram en cada foto, y los elogios de las amigas adornan las fotos de cada mujer. Si algo es muy fácil de conseguir, su valor se relativiza. Vaciado de contenido el like, las adolescentes acuden a YouTube para preguntarle a desconocidos si son lindas o feas. Crowdsourcear el narcisismo. Los trolls a veces dicen la verdad y los anónimos no pagan costos sociales. Hay 25.000 resultados para la búsqueda «Am I Pretty?» en YouTube.

12. Desde la prehistoria, el hombre, el concepto de masculinidad, estuvo atado a su capacidad de acceso al capital. El buen cazador, el buen agricultor, el buen comerciante. ¿En torno a qué se define la femineidad? ¿Cómo se forma la identidad de la mujer? Simone de Beauvoir tenía respuestas a esas preguntas para el siglo XX y los anteriores. La pregunta que nos queda para este siglo es ¿cómo se construye una mujer? La esquizofrenia post-posmoderna del tardocapitalismo obliga a buscar nuevas identidades temporarias todo el tiempo, como quien cambia de ropa. Eso argumenta Jonah Peretti, fundador de Buzzfeed, cuyo negocio consiste, en parte, en proveer esas identidades. Y si esas nuevas identidades se pueden asociar a un producto, mejor. Si Dove puede lanzar una campaña en torno a la «belleza real» de las «mujeres reales», ¿entonces hay mujeres falsas? ¿Quién las construye, Unilever?/////PACO