El New York Times siempre es noticia, aunque muchas veces los focos no están del todo bien apuntados. La semana pasada se conoció el despido de su directora Jill Abramson, novedad que motivó a algunos sites locales a la especialidad de la casa: picar un cable. Sin embargo, lo que no pareció interesar a los sitios de noticias de los diarios nacionales fue la filtración de un documento interno que muestra el trabajo de meses de interrogantes acerca de la estrategia digital que adoptará el New York Times, una de las empresas periodísticas más influyentes del mundo.

Entendemos que el periodismo argentino atraviesa una etapa grotesca, pero aún persiste la esperanza de que surjan personas -que existen– que ayuden a pensar el modelo de negocios de la recuperación de la credibilidad. No basta con encontrar un editorialista de la televisión que escupa subjetividad en bytes, sino que probablemente sea necesario comenzar a pensar criterios de producción de conocimiento. Es decir, colaborar en la construcción del lenguaje del periodismo digital. ¿Esto qué significa? Trabajar en la integración de perfiles, con todo lo que eso implica.

El fin de la home como la conocemos

Mientras en Argentina se conoció la novedad del lanzamiento de la nueva home del sitio de noticias más visitado del país -algo que era estéticamente necesario-, el documento del New York Times filtrado en BuzzFeed señala en una de sus casi 100 páginas el descenso exponencial de las visitas a la home. Plantea que los lectores conocen las noticias producidas a través de las redes sociales o -lo que es mucho peor- mediante refritos de la competencia. Probablemente -puedo saberlo de manera sencilla gracias a Google Analytics-, los que están leyendo esta nota ingresaron a través de Facebook y Twitter. No creo que la mayoría haya escrito en su PC (menos en su tablet o celular) «revistapaco.com«.

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Esa práctica en desuso no significa que la estrategia del diario yanki sea desechar la usabilidad de la home. Más bien, todo lo contrario: hay que customizar un espacio para que el lector haga del nytimes.com su página de inicio, una obsesión que muchos han abandonado superados por los servicios de Google o las propias redes sociales. En ese sentido el Times plantea la personalización de la home para que cada usuario encuentre lo que le interese leer, apuntalando así su estrategia a la idea de una burbuja de filtros. A Fulano y Mengano no les interesa ver la misma página de inicio pero por eso tampoco queremos que dejen de venir.

Medio ambiente news

De esta manera empieza a evidenciarse que el interés ya no radica tanto en el diseño de vista de una home; la cuestión pasa por otro lugar: darle al lector lo que quiere. ¿Acaso ven en Twitter, en Facebook o en Meneame o Reddit sitios con diseño vistoso? Claro que no, ahí encontrás un medio ambiente, un ecosistema reconocido en el cual te sentís cómodo, un lugar que visitás y te quedás sin demasiada conciencia. El Times pareciera entender que si no convierte al sitio en un bioespacio de noticias, donde cada uno elija qué secciones quiere seguir y qué periodistas quiere leer, la disminución de la cantidad de minutos que los lectores pasan en su sitio no se detendrá.

Nadie va a negar que la cantidad de visitas son importantes -probablemente sea la única medición que manejen los auspiciantes en Argentina a la hora de pagar por banners fácilmente bloqueables por AdBlock-, sin embargo, la calidad de la visitas será un tema a discutir en el futuro. De qué sirve una visita si estuvo menos de un minuto en tu sitio. ¿Es real? «No hubo métricas, ningún objetivo , ninguna meta para golpear y sin período de re-evaluación después del lanzamiento», señala un extracto del informe del Times, a partir de la queja de uno de los editores de una de sus plataformas digitales. Ese tipo de mediciones te permite comprender el comportamiento de los lectores, algo que jamás ofreció el papel.

Herramientas

Juan Terranova insiste -con razón- en que tengo una obsesión por las herramientas. Es cierto, probablemente mi falta de deseo por volver a trabajar como periodista se deba -además de que nadie tenga interés en contratarme- a que no existe -salvo contadas excepciones- proyectos periodísticos para desarrollar aplicaciones pensadas tanto para periodistas como para lectores. En buena parte mi falta de interés de volver a un escenario periodístico -donde la propuesta digital en general es reproducir tuits, refritar gacetillas o picar cables de agencia- se deba a una frase de McLuhan que, más allá de ser provocativa, está llena de verdad: «El contenido es una ilusión».

En Understanding Media: The extensions of man (1964), McLuhan escribió seguramente su frase más famosa: «El medio es el mensaje». Si el contenido es una ilusión dónde está el mensaje. Ahí el filósofo y profesor canadiense nos dice que el mensaje está en las plataformas. Querés llegar a tu audiencia, desarrollá herramientas. No se trata sólo de descubrir un documento oculto o compartir videos de gatitos de YouTube. Afianzar una comunidad implica darle poder a los lectores, que sienta a tu sitio como su lugar de pertenencia. Si sos de lo que cree que eso no sirve para nada, podés sentarte a conversar con Ariana Huffington.

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«Sólo una fracción de las historias se abren a los comentarios», plantea el informe del Times, mientras que agrega: «Sólo el 1% de los lectores escribe comentarios y sólo el 3% de los lectores lee esos comentarios (…) Nuestro ‘trusted-commenter system’, con el que esperábamos aumentar el compromiso , incluye unos pocos cientos de lectores». De alguna manear el universo comment fracasó, ¿pero por eso vamos a expulsar al lector? Si las redes sociales existen a partir de los comentarios de millones de usuarios, ¿por qué el periodismo se niega a pensar el desarrollo de una herramienta para una real participación de sus audiencias? ¿Por qué tanto temor al wikiperiodismo?

Existen infinidad de posibilidades para seguir pensando, discutiendo y desarrollando ideas para que el periodismo digital encuentre un lenguaje. En esa línea, sin duda hay que tomar el ejemplo del Times. Que es cierto, aún está en una etapa de laboratorio, de ensayo y error (escenario al que tal vez haya que acostumbrarse a que sea permanente). Sin embargo, pese a que el informe filtrado podría leerse como la revelación del comportamiento de un elefante blanco, el simple hecho de haberse sentado meses a pensar en el futuro del periodismo digital lo posiciona -otra vez- a un millón de pasos por delante de nuestra realidad///PACO