Hace un par de años salió la trilogía Millennium (The girl with the dragon tattoo, etc etc) ridículamente traducida por las editoriales del mundo hissspanohablante como “Los hombres que odiaban a las mujeres” o algo así.

Sin ahondar en la calidad literaria de Stieg Larsson, es razonable afirmar que la saga tenía un componente de “empoderamiento” y revancha femeninos que caminaba derecho.

Una piba que la había pasado muy mal a manos de varios hijos de puta hace justicia con coraje e inteligencia. La protagonista, Lisbeth Salaber, es badass: una eximia hacker informática, anda en moto, usa ropa de cuero, etc. Íbamos por el buen camino. Las feministas, chochas.

Y de golpe, ¡pum! 50 sombras de Grey por E.L. James. Parece una joda, una conspiración.

La trilogía Millennium llegó a los 75 millones de ejemplares vendidos. Grey ya superó los 100 millones. La primera película de Grey todavía ni se estrenó en cines y la preventa de entradas es la más grande que haya tenido una cinta con esta calificación de público en EE UU. ¡Se va estrenar el Día de fucking San Valentín! Y perfila como un hit global brutal mayor que Sex & the City, Gone Girl y la trilogía del tatuaje del dragón.

fifty-shades-grey

Lo triste es que la historia da pena: Anastasia Steele, una pelotudita ya entrada en las dos décadas de vida, virgen, con título universitario y sin nada de qué quejarse, queda prendada de un multimillonario manipulador, sádico y emocionalmente averiado. Acto seguido, la pelotudita no tiene mejor idea que hacer realidad todos los estereotipos que el machismo más ruin usa para acusar a las mujeres, a saber:

-billetera mata galan
-las mujeres son todas putas, sólo es una cuestión de precio
-algunas son putas más finas, se hacen rogar y prefieren guardar las formas cobrando no en cash sino en regalos, ropa, joshas, viajes y una extension de la tarjeta de crédito
-las mujeres estudian al pedo, por matar el rato, ya que en realidad no quieren laburar, quieren un chongo que las mantenga
-la virginidad es pureza, un bien preciado
-les gusta que las fajen, si las fajás siempre vuelven
-el sexo es sometimiento, una violación consentida

El fenómeno Grey les ha dado altos dolores de cabeza al feminisssmo, particularmente en el mundo angloprotessstante.
No saben de qué dissssfrazarse.
Hacen piruetas en el aire para explicar lo inexplicable.
No, en realidad es que ella obtiene el poder por vía del sometimiento.
Ella está protegiendo maternalmente a un pibe que ha sufrido mucho.
Ella logra el empoderamiento a través del amor.

La mejor excusa que ha circulado por ahí es que el verdadero éxito femenino detrás de Grey es que fue escrito por una mujer, que se ha metido más de cien palos verdes con el camelo.

Cualquiera.

Para cerrar: casi 120 años después su nacimento, las sufragistas, etc etc, el feminismo retrocede varios casilleros.

Millones y millones de mujeres de todo el mundo, de todas las culturas y de todas las edades, le dan un éxito editorial y cinematográfico sin precedentes a una obra menor de literatura patológicamente sexissssta. En fin. Lo de siempre. Queridas feminisssstas, no acusen más a los hombres. Busquen a las carneras en sus propias filas.///PACO