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Maru Botana: un esquema de negocios

María José González Botana de Solá, más conocida como Maru Botana, no sólo es una cocinera y conductora argentina sino que se ha convertido en el emblema de la buena maternidad. No hay día de la madre en donde no aparezca junto a su propia familia Von Trapp en las tapas de las revistas de la créme local, o nacimiento de un nuevo hijo que no la tenga en el living de Susana Giménez junto a sus revoltosos vástagos.

Maru Botana es una exitosa empresaria. Cuenta con su propia cadena de restaurantes, un programa de televisión en el canal Gourmet, una revista sobre cocina, familia y salud, y es la cara de varios productos locales para la cocina y el hogar. La conductora se jacta de no recibir ayuda extra para el cuidado de sus hijos y de que, a pesar de haber tenido ocho hijos, tiene una genética privilegiada gracias a la cual no engorda un gramo de más.

En esa conducta de mujer-que-todo-lo-puede se pretende deslizar un ideal de feminismo donde es posible para la mujer moderna hacerlo todo y hacerlo bien. Ya lo dijo Simone de Beauvoir en “El segundo sexo”: hay mujeres que antes que madres son ponedoras, lo que permitiría explicar que haya mujeres que no encuentren nunca jamás satisfecho su deseo materno y sientan la necesidad de reproducirse ad infinitum o hasta que la menopausia las alcance.

Si hay un hecho en la vida que podría haber hecho tambalear la perfección de su vida fue la muerte de su sexto hijo en 2008, pero no fue así. Sus otros cinco hijos le dieron la fuerza para seguir adelante y engendrar nuevamente otros dos retoños, no para reemplazar a Facu sino para demostrar a sus hijos “que la vida es más fuerte que la muerte”, como ella misma explicó.

La rubia angelical hizo de su familia su marca. Actualmente es la cara, junto a sus blondos hijos, de la marca de colchones Springwall y del puré de tomate Molto, y su programa de cocina es filmado en su propia casa donde los niños no sólo forman parte del decorado sino que colaboran en los quehaceres culinarios, mientras ella se muestra como una madre relajada y amorosa.

Con envidiable talento ha logrado construir la imagen de una mujer moderna que trabaja por la satisfacción personal y no por el dinero, representando un ideal de madre maravilla que evidentemente no sería posible sin la infraestructura económica. ¿Existe el instinto materno superdesarrollado? Yo creo que el instinto materno directamente no existe pero sí puede edificarse con éxito alrededor de un esquema de negocios. Evidentemente, la clave no está en vivir en Laferrere y parir ocho hijos en un hospital público, sino en gestar mil bebotes con cara de angelitos culones y convertirlos en una marca comercial, demostrando que el conservadurismo también se puede disfrazar de mujer moderna.

*@angulita administra el blog Libertad Condicional —> http://libertadcondicionalblog.wordpress.com/