El libro 1001 discos que hay que escuchar antes de morir es una selección de los mejores álbumes de cada década, desde los 50 hasta los 2000, armada según el criterio de importantes críticos musicales. De cada álbum, estos críticos dicen unas palabras, citan a quienes lo compusieron, cuentan quién hizo la producción, muestran la tapa, aclaran qué discográfica lo sacó y dan otros datos que solo a los nerds de la música pueden llegar a llamarles la atención. Lo interesante de este rejunte de escritos es ver cómo con los años la industria va cambiando, pidiendo nuevos elementos, usando distintas palabras, permitiendo canciones más o menos elaboradas. Y, si uno lee con cuidado, también es llamativo que al elegir los últimos discos de la década, los críticos buscan algunos que remarquen los rasgos de lo que va a venir. Esta selección la hacen sabiendo qué fue lo que pasó: escriben sobre los noventa en 2005; hacen una interpretación de la historia, sin adivinar nada de nada.
En lugar de elegir los mejores discos de 2019, se puede seleccionar álbumes editados en este último año tratando de adivinar que algunos elementos de estos pertenecen más a la década entrante que a la década pasada. Lo que propongo hacer en esta nota sería una brujería que trata de ver el futuro más que el dictamen de un crítico musical experimentado.
Iggy Pop – Free
Free empieza con unos sonidos que vienen de lejos y una trompeta muy jazzera, que suena bien y no va a abandonar a quien escuche el disco entero. La voz gastada y rota de Iggy Pop (no afónica a lo Bob Dylan o Andrés Calamaro, otro tipo de rotura) insiste varias veces con que quiere ser libre y crea el momento más interesante del disco. Después aparecen un montón de canciones buenas, bien editadas y todo eso, nada muy novedoso. Hasta que retoma vuelo y se acerca a sus muertos recitando un poema de Lou Reed en “We Are the People”, al que le sigue otro de Dylan Thomas en “Do not Go Gentle into that Good Night”, canción en la que parecen haber decidido ahorrar el solo de trompeta y usar el mismo del primer tema. Termina con esa misma oscuridad enternecedora del principio, con “The Down”, metiéndonos en un mundo parecido al que David Bowie trataba de hacernos entrar en “Black Star”. La diferencia es que Free no salió dos días antes de que quien nos daba la impresión de estar hablando con los muertos finalmente muera.
Cornelius – Ripple Waves
En una entrevista reciente, el músico japonés Cornelius cuenta que estaba tocando con la Plastic Ono Band, y Yoko Ono y Lady Gaga decidieron hacer ese número en el que se paran sobre el piano y bailan. Todo terminó con Gaga poniendo su entrepierna en la cara del japonés y avergonzando al pianista. Delante suyo, a pocos metros del escenario, Iggy Pop se moría de risa con la situación. Eso podría pensarse que define un poco lo que hace a este músico: minimalismo, sonidos que se superponen, música que quiere ser de vanguardia y elementos del pop mezclados con elementos más clásicos. Ripple Waves, su último álbum, tiene reinterpretaciones de sí mismo, de su trabajo anterior Mellow Waves, un cover del hit del rapero Drake en “Passionfruit” y dos versiones de una canción compuesta para una exposición de arte en Tokio en “Audio Architecture”. Una mezcla, un mash up, un pastiche de alguien que camina entre mundos distintos, haciendo la música de la película Ghost in the Shell, participando en un capítulo de “Yo Gabba Gabba!” y creando una especie de desprendimiento del género japonés j-pop llamado Shibuya-kei. Un último dato de color, que muestra hasta qué punto su búsqueda por quebrar límites no tiene límites, es que Cornelius eligió su seudónimo de la película El planeta de los simios, y al tener un hijo tomó la extraña decisión de ponerle el mismo nombre con el que personaje de la película llama a su hijo.
J Mena – La cobra
Pareciera que Jimena quiere hacer ver a J Mena como el renacimiento de Jimena Barón. J Mena es una mujer empoderada que se dedica al canto y al baile, sus verdaderas pasiones, que dice lo que piensa y que vive sola con su hijo y cada tanto se siente sola y triste, que actúa únicamente para hacer reír a sus seguidores de Instagram y vive de gira haciendo shows en distintos escenarios con “La cobra tour”. La forma de hablar de J Mena, además de sus stories de Instagram, es su último álbum, La cobra: un espejo de cómo ella quiere mostrarse, una novela autobiográfica escrita al borde de la desesperación y la necesidad expresiva, un biopic dirigido, actuado, escrito y producido a todo pulmón, entregando todo, sin quedarse con nada adentro, usando el reggaetón, la música melódica, la cumbia y algo de ese rap que se puede aprender a hacer sin mucho esfuerzo. Con las canciones “La cobra” y “Dos corazones”, más bien lentas y dramáticas –quien sigue a J Mena en Instagram pudo haber escuchado a la madre de la artista interpretar “La cobra” como si fuera un bolero lento y poderoso–, nos habla de su renacimiento y de cómo se levantó después de terminar con el futbolista Daniel Osvaldo. Le dice a él que si ahora quiere ver su culo, puede entrar al Instagram y seguirla. En “Gato” y “ADN” nos dice, usando ritmos más movidos, para mover mucho el culo, que grande, poderosa y empoderada es. Hay quienes la consideran una mala fotocopia de Shakira, pero quien escuche el álbum va a encontrarse con elementos contemporáneos de los que Shakira, por ser una cantante de otra época, no maneja ni manejaba.
SoundWalk Collective y Patti Smith – Mummer Love
¿Tenemos que escuchar los argentinos este álbum de Patti Smith? ¿Dice algo sobre nosotros esa cantante y escritora exitosa que vino a nuestro país y le cantó una especie de serenata a nuestro presidente Alberto Fernández? No, para nada; si alguien busca eso, al poner alguna de estas canciones en Spotify se desilusionará. Como tambien se desilusionará quien haga eso buscando escuchar algo exclusivamente de Patti Smith. Porque Mummer Love viene a ser un álbum del grupo SoundWalk Collective con colaboradores muy distintos, como el pianista Phillip Glass, el grupo sufí Sheikh Ibrahim, el etíope jazzero Mulatu Astatke y, claro que sí, Patti Smith. Todo eso, perfeccionado y mezclado por expertos sonidistas y arregladores muy prolijos, termina dándonos un álbum que nos hace pasar por estímulos muy distintos: arranca con “Aw Abadir”, que nos mete en un mundo hipnotizante de repeticiones en idiomas extraños, sigue con canciones donde se recitan poemas de Arthur Rimbaud en “Eternity” y partes donde todo se mezcla con todo en “Sensation”. El álbum parecería querer contarnos sobre la parte misteriosa de la vida del poeta Rimbaud en la que deja Europa y se entrega a África.
Sudor Marika – Populismo rosa
Si la banda argentina Sudor Marika no hubiera sacado el hit electoral de 2019 “Si vos querés”, nosotros no estaríamos hablando de ellos. Porque si no hubiera hecho ese tema, que falló en su intento de convencer al electorado –ya que Horacio Rodríguez Larreta terminó ganando las elecciones de la ciudad de Buenos Aires–, ellos serían nada más que otra de las tantas bandas que intentan musicalizar a quienes pertenecen al movimiento feminista y LGTB. Con Populismo rosa insisten, de principio a fin, con su propuesta de tomar la cumbia, el cuarteto y otros ritmos de lo que se suele catalogar como música popular y hacer que digan lo que ellos creen que tiene que decirse y que todos deben escuchar. Con canciones como “La revuelta popular”, en cuyo estribillo se cita a la poeta Susy Shock, “100 % plumas”, con el invitado estrella Dani Umpi llamando a quebrar la yuta de la norma, y “La ex de mi ex” logran que las multitudes que cantaban y bailaban el hit “Si vos querés” –que a pesar de ser de 2019, no está incluido en el álbum– aplaudan canciones de un grupo que, políticamente, busca ser arriesgado, disruptivo y poco tradicional////PACO
Si llegaste hasta acá esperamos que te haya gustado lo que leíste. A diferencia de los grandes medios en #PACO apostamos por mantenernos independientes. #PACO no recibe dinero ni publicidad de ninguna organización pública o privada. Nuestra única fuente de ingresos son ustedes, los lectores. Este es nuestro modelo para un periodismo independiente. Si querés apoyar a #PACO, suscribite por solo $25 por mes. Poco para vos, mucho para nosotros.