Hace poco más de dos meses Google dio a conocer de forma oficial lo que ya era un secreto a voces; que iba a incursionar de forma definitiva en el mundo de los videojuegos. Como muchos suponían, no se trataba de una nueva consola sino de una plataforma de streaming llamada Stadia. Esto supone un gran cambio en la industria de los videojuegos ya que permitiría jugar los lanzamientos más nuevos en cualquier dispositivo (ya sea pc, laptop, tablet o incluso algunos smartphones) sin la necesidad de ningún hardware adicional. Entre las promesas con las que Google promocionó su nuevo producto podemos encontrar gráficos en HDR y hasta 4K; frame rates constantes y sobre todo la capacidad de jugar de manera inmediata y sin ninguna descarga.

En teoría suena muy tentador e, incluso, el sueño húmedo de todo gamer: un servicio igual a Netflix, pero de videojuegos en lugar de series y películas. Sin embargo, hay suficientes razones para moderar las expectativas respecto a Stadia (sobre todo en estas latitudes); la primera y más importante es que para funcionar necesita una conexión constante, estable y de (relativa) alta velocidad. Claro que para los países donde los servicios de internet funcionan de forma correcta esto no significa ningún problema, pero sabemos que esa fortuna no está equitativamente distribuida . Sin salir del territorio no es una experiencia única el hecho de perder la conexión o incluso la luz sin que ninguna de las empresas proveedoras sepa solucionarlo o siquiera dar una respuesta.  

Vale aclarar que el lanzamiento de este servicio no será a nivel mundial, sino que primero debutará en Estados Unidos, Canadá y Europa (lugares donde cuentan con la infraestructura necesaria para que funcione). Obviamente, la idea de la empresa es que con el tiempo llegue a la mayor cantidad de países posibles para poder hacerse realmente con una porción del mercado. Pero ¿cuántas otras naciones cuentan con conexiones de internet que cumplan al menos los requisitos mínimos para que Stadia funcione? Según Google la conexión necesaria para poder utilizar Stadia tendría que tener unos 25 mbps de velocidad de descarga; que a pesar de no ser un valor exagerado (o que necesite fibra óptica) no todos pueden tener acceso a una.

Si bien será suficiente contar con una velocidad de 25 mbps para poder disfrutar de la experiencia Stadia; este número se eleva a 30 mbps si queremos experimentar los juegos en su máxima definición (4K y 60 fps). Según mediciones hechas por el sitio web Speedtest (que permite conocer las velocidades de descarga y subida) la conexión promedio de internet en nuestro país es de 25.94 mbps; apenas sobre el mínimo de 25 que menciona Google; mientras que un 67% de los países del mundo tienen acceso a velocidades de descarga de 31 mbps.

Que no todo el mundo vaya a poder acceder a Stadia no parece un dato a ignorar, entonces ¿por qué Google apuesta por esta tecnología en vez de una consola tradicional?  Probablemente crean que tanto Nintendo, Sony y Microsoft llevan tantos años vendiendo sus consolas que construyeron una base de fanáticos tan sólida que es mejor tratar de ingresar al mercado con una tecnología que ellos no han podido perfeccionar. Tanto los creadores de la PlayStation como los de Xbox trataron de incursionar en el territorio del streaming, pero sin pena ni gloria. Los nipones lanzaron hace 5 años PlayStation Now, que permite jugar más de 600 títulos (de PS2, PS3 y PS4) en su actual consola o en PC. Por otro lado, la empresa creada por Bill Gates cuenta con un símil llamado Xbox Game Pass desde 2017, que además permite descargar los títulos al sistema para combatir los problemas de conectividad.

Otra (posible) razón de la apuesta por el streaming en vez de una consola es que Google, la plataforma de extracción de datos más grane del planeta, cuenta con más herramientas (infraestructura; bases de datos y servidores) que cualquier compañía de la industria; los requisitos necesarios para cualquier servicio en internet. Un dato a tener en cuenta es que hace poco más de una semana Microsoft y Sony anunciaron una histórica alianza con el objetivo de mejorar la tecnología de sus servicios de streaming de juegos; muchos atribuyeron al inminente desembarco de Google en el mundo del gaming.   

Es cierto que con el desarrollo de la industria y la “hiperconectividad” bajo la que vivimos hoy, las consolas cada vez necesitan más de una conexión a internet si es que queremos aprovecharlas al máximo, pero ninguna necesita de una conexión obligatoria a internet para funcionar. Lo que no parece estar resuelto es la duda sobre qué sucedería si perdemos conexión en medio de una partida ¿contará con un sistema de guardado automático que evitará que perdamos los avances conseguidos? ¿o habrá, más bien, que ser muy cuidadoso y guardar muy seguido para no sufrir un disgusto? Preguntas que desde Argentina se vuelven urgentes si consideramos que los servicios de energía son concesiones que las empresas otorgan a los usuarios a regañadientes. Quizás Stadia y el streaming de videojuegos ciertamente son el futuro del gaming; pero lo cierto es que no sabemos todavía si son una opción real en el presente. ///PACO