Terra: Empecemos con cuidado, siendo prolijos y por el principio. Lo primero que me pasó cuando me pasaste www.Retroseriestv.com fue sentir una gran sorpresa. Cada uno de los afiches de la presentación de las series me llevaba a un recuerdo de mi infancia. O sea cada una de las series, me animo a decir que más de la mitad en todo caso, las vi, de forma muy fragmentaria, como se veía la tele antes, hace alrededor de treinta años. Después pensé algunas cosas. Pero esa sorpresa inicial todavía la tengo. Es una sorpresa grata, dulce, como la que debe sentir un minero cuando da el último golpe de pico y frente a sus ojos cansados se ve con claridad la veta, el filón. La sorpresa entonces es la del descubrimiento de un tesoro intuido, anhelado pero que, después de mucho tiempo falta, se hace presente. Quizás también sea la sorpresa del pirata que recupera después de años un tesoro perdido, como en Las isla del tesoro de Stevenson, donde todos saben que ese tesoro existe, y que fue robado y escondido, pero ninguno tiene las coordenadas exactas. Bueno, acá está, el filón, el tesoro. Antes de empezar a pensar qué significa ese sitio y qué fueron esas series para nosotros y qué son hoy, te invito a que compartamos esa sorpresa, porque sé que es compartida.  

Gogui: Sí, la comparto, claro. Yo lo vi en el twitter de 400 películas, un blog que rescata en Torrent toda clase de cine y TV contemporánea, bien elegida. El tuitero, que se llama Luis, lo compartió para pasar la serie de completa de Alf, porque sabe que Alf es un suceso de Twitter actualmente. Cuando lo abrí dije “ey, esto está bien”, todo estaba muy prolijo y ordenado. A Alf lo volví a ver completo hace algunos años en Youtube y había sido suficiente para mí. Pero al costado había una barra con sugerencias de otras series y la selección era muy curiosa.Cuando empecé a navegarlo no lo podía creer. Ahí estaba todo lo que hacía algunos años quería revisitar y no había encontrado en Torrent. Y en latino, que es el doblaje de nuestra educación. Lo primero que me dio fue ansiedad. Quería verlo todo al mismo tiempo. Fue como ver el Aleph. De Manimal a Automan, de La Dimensión Desconocida a V Invasión Extraterrestre, del Superagente 86 a Max Headrom, todo en el mismo plano de presentación, sin jerarquía, todo limpio, ordenado y reluciente. Puse un par de capítulos al azar para probarlo y funcionaba bien. Sin publicidades molestas. La ansiedad fue creciendo y empecé a buscar el botón de donar. No pude creer que alguien estaba haciendo eso gratis, se estaba tomando ese trabajo sin pedir nada a cambio. No lo encontré y mis nervios fueron mayores, temí que se caiga en pocos minutos, que venga el FBI y lo reviente. Toda clase de fantasías pasaron por mi mente, todas destructivas. Me imaginé perdiendo mis días, mi trabajo, mis proyecto, sentado frente a la pantalla viendo eso hasta el día de mi muerte. Pero en todos los escenarios sentí que yo había ganado y que esa persona que hizo el sitio también. Se lo pasé a mis amigos íntimos, advirtiéndoles que podía cambiar su vida lo que le estaba dando. Uno me recordó que él me lo había pasado hace años. Eso me tranquilizó un poco, saber que hacía años que estaba ahí. Por otro lado, me pregunté por qué no le di bola antes, Tal vez no estaba preparado, tal vez no lo necesitaba tanto. Me acordé de Umberto Eco que contaba en El péndulo de Focault que en la Antigua Grecia alguien había inventado una máquina de vapor, pero que a nadie le había importado. ¿Para qué serviría en una economía esclavista que producía todo lo que necesitaba? Tal vez yo había sido como esos griegos, pero ahora es diferente, soy la Inglaterra liberal colonialista, lo quiero todo y lo quiero ya, y ésta tal vez es mi máquina de vapor. 

Terra: Después de la sorpresa y esa primera reacción del “me llevo todo”, me surgieron algunas preguntas. La primera en relación a ese deseo: ¿por dónde empiezo? La segunda va un poco más allá. Pensé en Netflix y el hastío que me produce recorrer su oferta. Recorrer la lista de Retroseriestv.com me genera la ansiedad contraria a Netflix. En Netflix me debo esforzar por seleccionar algo, acá me veo desbordado. Quizás sea la misma cuestión desplegada. Y no creo que tenga que ver con lo retro, la seguridad, lo ya visto, la falta de sorpresa, en la línea de Retromanía que plantea Simon Reynolds. Más bien tiene que ver con calidad y tradición. Netflix parece ofrecer productos adocenados, poco o nada originales, o conmocionantes, que no van a trascender. Podría hacer una lista. En cambio, ¿cómo negar que La dimensión desconocida es el comienzo de muchísimas imágenes, historias y resoluciones, por no decir un claro pespunte ideológico y estético, hoy vigentes en la televisión mundial? Y al mismo tiempo, hay otra cuestión que empuja y genera deseo. Es algo casi punzante. Esas series nunca se nos ofrecieron completas, sino de forma fragmentaria. Esto es crucial. Con Brigada A o Manimal puedo sentir algo de nostalgia, porque las vi en la década del 80 cuando era un niño. Pero The Invaders o The Time Tunnel solo tuve fragmentos, acá y allá, en algunas repeticiones, y luego en YouTube. Pero tener las temporadas a disposición para consumirlas y evaluarlas en conjunto se parece mucho a un redescubrimiento. Conozco esa geografía, porque la cultura popular y mucho más la televisión se benefician con la intriga y el misterio de la fragmentación, y ver un capítulo de Star Trek o del primer Batman es verlos todos, pero ahora puedo ser ordenado, voraz, prolijo. Puedo consumir todo ese talento fundante de mitad del siglo XX con el estilo del siglo XXI. Hay placer en el archivo, hay placer en volver, pero también en ese volver hay novedad. Ningún hombre se baña dos veces en los mismos rayos catódicos. Me gustaría preguntarte por dónde vas a empezar, cuál va a ser tu curaduría inicial, pero antes hiciste una pregunta que quiero recuperar. En ese primer momento, pasada la sorpresa, y te cito textual, preguntaste:  ¿Por qué Netflix nos da la idea de que siempre va a estar ahí, cuando en realidad no es así, y esto, que seguramente siempre va a estar ahí, nos parece débil, nos parece que puede morir? Las respuestas que podemos dar a esa pregunta no son tan simples. 

Gogui: La sensación con Netflix es que todo lo que está ahí ahora va a estar disponible también mañana o el mes que viene, mientras que cuando vi RetroSeriesTV temí que todo termine como pasó con otros sitios como PelisPedia, que me gustaba mucho y un día simplemente no estuvo más. Esa sensación no es sólo mía, la veo en amigos, en conocidos, en las redes, por lo que supongo que es algo compartido. Y es totalmente engañosa, porque Netflix baja contenidos todo el tiempo de su plataforma. Se le terminaron los contratos de derechos, o hace espacio en sus servidores para producciones más rentables, o por protestas de grupos de activistas que presionan para que saquen contenidos que consideran ofensivos, lo cierto es que el recambio es permanente, es una noticia que leemos todos los meses en los portales, ¿no? “Apurate a ver tal cosa antes de que se vaya de Netflix.” Inclusive parecería al ver la lista mensual que no hay un criterio claro, accesible para el usuario, por el cual se eligen esos y no otros, suponemos que responden a métricas de visualización o qué sé yo. En cambio RetroSeriesTV continúa sumando, no baja nada, mi amigo que lo consulta hace años me lo confirmó. Depende de la voluntad del que sube los contenidos, de las ganas que tenga de hacerlo, de su ganancia que supongo que vienen de los adds. Cuando reventaron PelisPedia, las notas de los diarios decían que lo manejaba una pareja de uruguayos que al parecer sacaban 5000 dólares mensuales en ganancias. No me parece un precio exagerado por el servicio que prestaban, y además hacían que los paguen otros que no soy yo ni mis amigos, por lo tanto me parecía un sistema de mucha nobleza intrínseca. Supongo entonces que es un mito del capitalismo, en el que el dinero que pagamos nos da la idea que podemos hacer permanente las cosas, que el poder del capital nos asegura el futuro. Creemos que porque Netflix compró todo ese material va a seguir estando ahí, que pagó dinero y entonces es de ellos y por lo tanto, un poco nuestros,  mientras que los que lo robaron pueden ser descubiertos y reventados por el FBI o quien sea, no tienen esa seguridad. Pagamos el alquiler, las compras del supermercado, los impuestos, los servicios de streaming y creemos que los tenemos asegurados, pero también estamos sujetos a los caprichos e intereses de todos esos proveedores, sea quien sea. Ese pago nos da la sensación de que tenemos una herramienta de control, que si bien es limitado, es un lazo al que nos aferramos mucho, al que nos acostumbramos, que acariciamos como Gollum al anillo que lo consume. Con RetroSeriesTV no tenemos ningún lazo de dinero y eso nos hace creer que nuestra relación con el sitio se debilita. Inclusive, por lo que sabemos de este tipo de páginas, si tiene demasiados usuarios, si se vuelve muy popular, corre más riesgo de ser bajada definitivamente. Entonces no sólo no tenemos ese lazo, sino que también que, al usarla y recomendarla a nuestros amigos, es probable que estemos acelerando su destrucción. Esa relación “ciega” no existe en el capitalismo, pero es muy propia de la lógica de Internet, de la vieja Internet, esa que conocimos cuando empezamos a usarla a fines de los 90s y que fue lo más común hasta hace unos cinco años, cuando los paywalls y las suscripciones a los servicios de streaming empezaron a copar todo. Inclusive las donaciones a los sitios que nos gustan, sitios de aficionados, entran en esta lógica, porque los que llevan adelante estas páginas que piden plata ponen una amenaza -suave o explícita- de cerrar el sitio si no reciben el dinero que quieren. “Ayudanos a subsistir” y sus variantes, ¿no? Inclusive van más allá del propio sitio y la advertencia abarca todo un campo. “Si querés que siga existiendo el periodismo independiente”, por ejemplo. ¿Uno, por no donar 100 pesos, es responsable de la caída del periodismo independiente? ¿Uno, con sólo tuitiar el sitio, puede colaborar a que lo tumben? Son paranoias parecidas, que rondan el mismo espacio mental. Y el capitalismo nos ofrece un calmante para la paranoia, sobre todos a los asalariados, que es el dinero. En su justa medida el dinero funciona como un ansiolítico: un poco de dinero en este sitio y ya soluciono mi relación con él, ya garantizo que siga existiendo, formo un lazo con él y que puedo disfrutar su contenido cuando quiera. ¿Pero qué hacemos, entonces, con RetroSeriesTV? ¿Qué hacemos con un sitio que no nos pide dinero, que ni siquiera puede recibirlo aunque queramos dárselo? No nos queda más que confiar, pensar en todos esos subtituladores que trabajan gratis, en esos torrenteadores que suben a decenas de plataformas sus archivos y los comparten, todos esos héroes anónimos de la web que trabajan por amor o por alguna otra razón del ámbito sensible. También hay razones menos románticas, como robarnos datos u obligarnos a hacer click acá o allá. Pero siento que estos beneficios propios del capitalismo de internet no alcanzan para sostener algo tan bello y bien hecho como RetroSeriesTV, fabricado con tanto cuidado y dedicación, no me convence la razón del beneficio potencial, esos  5000 dólares que supuestamente ganaba la pareja uruguaya son imaginarios en mi cosmovisión, creo mucho más plausible que sea otra cosa lo que los motoriza. Y esa otra cosa es lo que me permitió calmarme y decir “ok, eso mañana va a estar ahí también.” 

Terra: Entiendo esa tribulación. Le veo un sesgo nostálgico, de fuerza nostálgica, también. La capacidad nostálgica, esa forma de vocación, es a la vez débil, porque los años que pasan la hacen más débil en los contornos, la definición se va haciendo más vaporosa, y al mismo tiempo más fuerte y mítica en su mensaje central, que al ser evocado y frente al miedo a ser perdido se conserva, robusto y fuerte. Es lo que me pasa con Brigada A. Lo evoco con un memoria que es muy falible en sus detalles, pero que, en su trama central, bueno, creo que voy a ser un viejo en un hospicio lunar, tomando baños de pálido sol y comiendo comida de astronauta vencida, y voy a seguir recordando la frase: “Hoy, aunque el gobiernos los busca, si alguien tiene un problema, necesita ayuda, y puede localizarlos, tal vez pueda contratar a… ¡Los magníficos!” No hay diarrea espacial ni alzheimer futurista que pueda borrar esas palabras de mi mente porque esa palabras están cargadas con una promesa de aventura, una ética del honor, una cantidad exacta de situaciones de violencia y justicia, que todos los hombres demandan para existir desde muchos siglos antes de que se comenzaran a escribir en tablas de arcilla o copiar en papiros la Ilíada y la Odisea. Tenemos miedo de perder nuestros tesoros, y por eso los guardamos muy bien. Pero insisto como dije antes que no es solo eso. También es la promesa, asombra de, para decirlo de forma efectista, reconstruir lo que no vimos, o incluso volver a ver aquello que no vimos

Gogui: Ese sitio tiene algo que también tienen otros con similar potencia. Youtube, por ejemplo, es así. Todo está ahí en el mismo plano, sin jerarquía. Es una máquina del tiempo para nosotros, que tenemos tiempo, tenemos un recorrido, lineal si se quiere, pensamos en términos lineales que es la línea de nuestra vida. Para nosotros es un sitio autobiográfico, sobre todo. Pero para otros usuarios, más jóvenes, un joven de 18, 20, 22 años recibe todo esto de una sola vez y en la misma pantalla, en la misma dimensión. Hay un pacto de lectura en el que se advierte que esto es “el pasado”, pero sólo nosotros, usuarios con historia, que hemos recorrido esa línea, podemos advertir a qué plano del pasado pertenece. Y otra cosa que borra esta plataforma son las condiciones de transmisión. Nosotros vimos mucho de ésto en horarios, canales, televisores diferentes, en situaciones familiares diversas, lo vimos en condiciones de transmisión especiales, a la madrugada, salteado, los domingos o sábados, en prime time. Recuerdo haber visto a Diana de V comiendo su rata mientras mi familia almorzaba un domingo. Todo esto se aplana y temo que funcione como un compresor de guitarras en un estudio, elimina el ruido, las imperfecciones, los picos y las bajas. Por eso este sitio para nosotros es una máquina del tiempo, porque se complementa con la memoria, mientras que para otros usuarios supongo que funcionará como un museo, prístino, catalogado, ordenado, aséptico, casi científico. 

Terra: Bien, ya hicimos los honores y las presentaciones, ya dejamos en claro un marco teórico, que si dudoso, era también necesario y, al releerlo, puedo decir que me resulta tan satisfactorio como cualquier otro. Dejemos los modales atrás, dejemos los restos teóricos de lado. Entremos de lleno en la cosa. Hagamos crítica. Hablemos de esas series.///PACO 

Continuará…