Por @SantiagoDieser
¿Quién no recuerda la épica batalla de Jorge Rodrigo Barrios frente a Acelino «Popó» Freitas, el ex campeón mundial brasilero, en 2003? Esa pelea, tan sangrienta como extraordinaria, le abrió los caminos al peleador argentino para luego alzarse con el campeonato superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Sin embargo, hoy la realidad indica otra cosa: «La Hiena» Barrios se retira del boxeo imposibilitado de seguir realizando peleas. Cada vez que programan su regreso, es apartado de las carteleras.
Tras sus errores en el ámbito doméstico (denuncias de violencia familiar) y en la vía pública (protagonizó un accidente de tránsito donde una mujer embarazada perdió la vida, en Mar del Plata), hechos que lo condenaron socialmente, ningún político quiere a Barrios en su ciudad y los vecinos suelen pensar quenegarle la entrada a un personaje tan polémico está bien. En su momento, el ex pelado simpático de las gafas negras no pudo salir del país para pelear con la leyenda mexicana Erik Morales y hace pocos meses, en Catamarca, fue confirmado como una de las figuras de un festival del que días más tarde fue dado de baja.
Ante semejante panorama, el púgil oriundo de Tigre decidió no esperar a que la gente deje de odiarlo. Se hartó de aguardar por una ayuda que le permita volver a boxear para ganarse la vida, en medio de desprecios y destratos -merecidos o no, depende del ojo que lo mire- por parte de la opinión pública que antes le pedía cascadas de sangre y que ahora lo detesta.
Jorge Rodrigo Barrios anunció a través de su cuenta de Twitter (@jorgebarriosok) que abandona el boxeo y que no quiere volver a estar ligado a ese deporte. Expresó, también, que nunca peleó por plata sino por «amor al boxeo», que le hubiera gustado retirarse en la cancha de Tigre y que, aunque no le falta para comer, necesita trabajar porque la realidad del país está muy difícil. Estas palabras de Barrios no expresan más que otro pedido, aun más desesperado: paz. «La Hiena», refugiado para no ser señalado, busca paz y la pidió por medio de las redes sociales, que han hecho eco incluso en los portales más importantes de los Estados Unidos, sitio donde se han visto las mejores peleas del argentino.
No fue hace tanto que La Hiena llegó a la cumbre del pugilismo enceguecido por la fama, buscando (y logrando) el amor y el desprecio de los fanáticos, cosa históricamente conseguida por los boxeadores famosos que utilizaron la arrogancia para «pegarle» bien de cerca a la gente. El Mono Gatica y Ringo Bonavena son los casos más resonantes en ese sentido. Barrios, condenado por sus errores fuera de los ensogados y estrellado en el final del precipicio al cual lo empujó la sociedad acusadora, tiene el peso de esa fama sobre sus espaldas y levantarse le está costando más que en aquella noche de agosto del 2003, cuando «Popó» Freitas le ganó en una pelea increíble.
Pero La Hiena se cansó y ya no quiere levantarse de la lona. Quiere quedarse allí, en silencio, buscando paz. Quizás sea la forma de redimirse de sus culpas y de reinventar su vida, lejos del deporte de las piñas que tan conocido lo hizo. Esa será su revancha. No con el boxeo, sino con la vida.///PACO