Juan Batalla es artista plástico y uno de los editores de la revista Sauna.
¿Cómo es un día en tu vida? ¿Cuánto tiempo le dedicás a entrenar y cuánto a trabajar en tus obras?
Vivo en una casaquinta en Maschwitz. A la ciudad usualmente voy dos veces en la semana, a veces más. Me gustan muchas, demasiadas cosas. Es lo que me hace divertirme bastante y también vivir con sensación de horror por no alcanzar a hacer ni la mitad de lo que me propongo. En un buen día paso unas 5 horas en el taller. Internet se lleva un tiempo, la lectura también. Si ando escribiendo me absorbe bastante. Y veo abundante cine. ¿Puede focalizarse uno en varias cosas a la vez? Creo que no, al menos no poniendo en todo la misma calentura. Algo se hace bien y las demás cosas van en automático, con suerte. El gym lleva una hora, 4 días on – 1 off. Ah, cuando me estoy preparando para un torneo de fisicoculturismo la dieta requiere un montón de cuidado. Ahí me pongo muy obsesivo, es necesario que sea así. Aunque me invite a comer el Papa llevo un tupper con brótola y arroz integral. También tengo que posar y preparar la rutina en el escenario, son dos meses muy jugados.
¿Qué museos que no hayas visitado te gustaría visitar?
Cuando estuve en Bogotá el Museo del Oro estaba cerrado por reformas. Siempre había querido conocerlo, así que desde entonces más. Luego el Völkerkunde de Berlin, ahí hay piezas que conozco centímetro a centímetro sin haberlas visto personalmente -es un museo antropológico y de arte tribal, me encantan ese tipo de museos-. También los de Historia Natural. Y suelo visitar acuarios, en ese rubro tengo varios famosos pendientes. Bueno, los acuarios son un capítulo en mi vida. En otra casa en la que viví construí un cuarto especial, enteramente pintado de negro, para el que diseñé unos nichos en los que encajaban 14 tanques de medianos a gigantes. Las stars eran las rayas de río, unas criaturas increíbles.
Lejos del minimalismo, el cuerpo y la materia están muy presentes en tu obra, ¿qué artistas argentinos que trabajen con esas ideas te gustan?
Tenés razón en cuanto a identificar esos ejes en lo que hago. Aunque no siempre resulta evidente, y por momentos son como distintas líneas desarrollándose en paralelo. Pero yo sé que hay puntos en los que se encuentran. La ritualidad sería un tercer eje que a veces se envuelve con los otros dos. De artistas argentinos me genera expectativa (y ese es el término exacto) lo que sucede con Alfredo Portillos y el tatuaje sobre toda su piel que realiza su hijo tatuador. La idea es despellejarlo tras su muerte, y que la piel se exhiba y quede como gran obra final. Y me interesa, ya dentro de la tradición performática y conceptual, una experiencia como la de Verónica Meloni y Aníbal Buede en «Negociación», donde el tema justamente es la puesta del cuerpo prostituible en el lugar del arte, algo bastante complejo y con muchas puntas. En un principio ella ofrece servicios sexuales tarifados cuya contratación es registrada mediante certificados de venta o autenticidad. Gran parodia que exige una entrega hardcore.
¿Cómo y por qué nació la revista Sauna?
Del encuentro entre amigos con ganas de comunicar algunas cosas. Sauna tiene más de dos años y medio online, y diría que el panorama local de las artes visuales cambió un poco respecto a cuando comenzamos, hay señales disolventes aquí y allá. En 2010 estábamos como atorados de ganas de poner sobre la mesa ideas que sentíamos que en ese momento no estaban siendo dichas, de fundamentar posiciones. Y salir de la crítica legitimadora, la que se hace para que artista, galerista y coleccionista legitimen determinada obra. Como varios de nosotros somos artistas a veces no se entiende bien el gesto. Pero acá en estas latitudes estamos en un tiempo que nos arrastra a asumir además del de artistas, los roles de galeristas, gestores y también críticos, todo a la vez. Bienvenidos a Tijuana.
Si no hubieras sido artista plástico, ¿qué te hubiera gustado ser?
Uh, necesito varias vidas para ser todos los que me gustaría ser. De primera te digo que dedicaría una de ellas a escribir, me temo. Y también me hubiese gustado dedicarme 100% al fisicoculturismo o al levantamiento de pesas. Haber sido un pro, lucir como un marciano hijo de puta y competir por todo el mundo.///PACO