Ideal para la playa, Infierno y resurrección arranca justo después del asesinato de los padres, con Sergio y Pablo Schoklender escapando de la policía, y nunca más vuelve sobre el asunto. Habla de Massera como «el Almirante», atribuyéndole solapadamente los asesinatos, pero nunca se juega por esta hipótesis. Directamente, ignora el tema. Denuncia las violaciones a los derechos humanos de los militares, de la policía, el sistema carcelario en dictadura y en democracia, las fallas del sistema educativo en la cárcel, etc. Todo matizado con escenas de Sergio ayudando a los otros presos, Sergio sintiéndose solo, Sergio torturado, Sergio encapuchado. Prácticamente no hay personajes: todos los que no son Sergio aparecen difusos, sufriendo o cagándolo a trompadas. Él mismo está borroso. Es como una voz que cuenta la historia desde lo que considera que es un sentido común. Como si la hubiera escrito Jesús, pero en versión replicante. Quizás Infierno y resurrección sea la gran novela carcelaria argentina. La editó Colihue en 1995. Si te gustaron Prison Break y The Shawshank Redemption, no te la podés perder. Se consigue por dos mangos en las librerías de usados./////PACO