1/ David Bowie tuvo muchos nombres, muchas caras, muchos sonidos, pero siempre fue y seguirá siendo el mismo. Preferimos recordarlo no por su nombre de nacimiento, sino por el alias a través del cual lo conocimos. Comenzó haciendo una música circense, teatral, para pasar al folk y al pop con álbumes que rápidamente quedaron en la historia de la música. Hizo que Lennon cantara sus canciones, como en la clásica “Life on mars”, tocando a cuatro manos con el Beatle mayor. Fue ese brazo robot, el quinto tentáculo, el Cthulu detrás de la bestia pop creada por los Fab Four. Al igual que Miles Davis, desde mediados de los 70s los músicos escucharon el nuevo disco de Bowie para saber hacia dónde iba el pop ahora. Esto se mantuvo por décadas, inclusive en sus tardíos últimos discos.

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Al igual que Miles Davis, desde mediados de los 70s los músicos escucharon el nuevo disco de Bowie para saber hacia dónde iba el pop ahora. Esto se mantuvo por décadas, inclusive en sus tardíos últimos discos.

2/ Repasar su carrera es un trabajo que no realizaremos hoy. Decenas y decenas de álbumes que, a su modo, cambiaron una u otra parte del pop, abrieron nuevos sonidos y nuevos mundos, introduciendo, por ejemplo, la música tecno en los 70s, el saxo en los años 80s, juntando las partes del under londinense en los 90s y produciendo discos sorprendentes con características sensibles únicas, son algunos pequeños logros de una carrera vasta y genial. Los mayores músicos del mundo compusieron para él, tocaron para él e inspirados siempre por él y su mística, su talento y su humor, su gracia y su elegancia. Desde su primer éxito sus músicas y letras plasmaron aquella idea ballardiana de explorar “el espacio interior” a través de los recursos de ciencia ficción. El astronauta solitario girando en la inmensidad del cosmos con su soledad a cuestas es un tópico que se repite desde su hit setentero “Space Oddity” hasta “Hallo Spaceboy”. This chaos its killing me, decía el Duke Blanco, prediciendo su propio final.

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Visconti se enteró hace un año de que Bowie iba a morir de cáncer y que «Blackstar» estaba siendo pensado como la despedida.

3/ Lunes 11 de enero 2016, 10:50 AM. Leo por ahí las palabras que dedicó el legendario productor Tony Visconti a la muerte de David Bowie, con quien trabajó en tantas obras maestras. Resulta que Visconti se enteró hace un año de que Bowie iba a morir de cáncer y que «Blackstar» estaba siendo pensado como la despedida. Si bien estaba claro lo retorcido, lo enigmático, lo ominoso, no se puede evitar el lado celebratorio: Bowie no sólo seguía componiendo y grabando sino que se mandaba un disco a la altura de sus mejores trabajos de los 70s. Y la pregunta se descolgó sola, como había pasado dos años atrás con The Next Day: ¿qué nos espera en el futuro? ¿Qué más puede hacer David Bowie? Bueno, hoy quedó respondida esa pregunta. Es que con Bowie nunca se sabía: después del glam hiperelegante, nostálgico y futurista de Aladdin Sane se mandó esa obra conceptual increíble que es Diamond Dogs (el único disco en que Bowie tocó casi todos los instrumentos, además) y después se metió con el soul y el R&B, que cantó como un androide programado para experimentar emociones (nota al margen: ¿qué diferencia hay entre un androide que parece sentir y un ser humano que asumimos que siente? Acá no hay Voight-Kampff que valga). ¿Alguien se lo esperaba? No, nunca.  Como tampoco nos esperábamos esta muerte, a tres días de cumplir 69 años.

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Bowie no sólo seguía componiendo y grabando sino que se mandaba un disco a la altura de sus mejores trabajos de los 70s.

4/ Bowie siempre fue la incertidumbre del futuro, la sorpresa eterna. De todos los futuros posibles él iba trayendo su música, que en la Tierra sonaba como cosa de otro mundo. O al menos eso fue el mejor Bowie, el de la gran mayoría de sus álbumes. El de Lazarus, esa obra maestra terminal. Y ahora, parafraseando a Mallarmé sobre Poe, la muerte impuso un límite a sus vuelos por el futuro. Ya no habrá sorpresas, y nos quedó esa losa que es Blackstar. Ese laberinto, esa verdadera necrópolis subterránea (como el extraño pueblo que se ve en el video del tema que da nombre al disco). Creo que muchos seguiremos ahí, perdidos o no tanto, circulando una y otra vez por esos pasillos. Del futuro quedaba poco, y ahora se murió Bowie. Cuando la música se acaba, mejor apagar la luz////////PACO