El grado de ostranenie que nos produjo la primera emisión de Gran Hermano a comienzos de 2001, cuando la exposición pública de la vida privada era la novedad, y la puesta en primer plano de un chico homosexual (Gastón Trezeguet) o de una chica striper (Tamara Paganini), podía causar polémica, hoy ya no es más que la repetición forzada de un molde agotado. Sin embargo, ya son varios los países que comunicaron la vuelta del formato para lo que queda de este año. Entre ellos se encuentran Australia, China, Estados Unidos y España.

Esta vez los participantes gozan de una fama previa, y su construcción aurática es el resultado de un trabajo propio, más bien autogestionado.

A diferencia de las emisiones anteriores, esta vez los participantes gozan de una fama previa, y su construcción aurática es el resultado de un trabajo propio, más bien autogestionado. Es el caso de Eloy, un “tuit star” de 20 años que tiene 538.000 seguidores en twiter, y que fue varias veces trending topic. Al modo artesanal del self made man, Eloy es el fiel representante de una nueva modalidad en la arquitectura  mediática. Muchas de las participantes femeninas también siguen esta tónica; con videos previos de sexo explícito (es el caso de Marian, quien ya tuvo su primer encuentro sexual con Nicolás Conte, el boxeador de Santiago del Estero) buscaron la notoriedad valiéndose de todas las herramientas técnicas al alcance. Saben que para salir del anonimato hay que definir una imagen, darle claridad narrativa a la experiencia biográfica.

Brian-Lancelota-Gran-Hermano-2015

En las antípodas de este saber se encuentra el héroe trágico de La Tablada, Brian Lanzelotta. Brian fue pibe chorro, tiene un hermano discapacitado y un padre golpeador. Además es cantante en una banda de cumbia. La desventura melodramática de un joven del Oeste. Los medios ya lo reivindican como el “líder” o el “macho alfa” del grupo. Protagonista de una de las primeras discusiones, intimó a Francisco Delgado a confesar cómo había sido su proceso de selección, dudando de que hubiera realizado el casting que los demás participantes, incluido él mismo, habían hecho.

Francisco es modelo y recientemente se vio involucrado en el affaire Diwan; acaeció en los medios como el supuesto padre del hijo de dos años de Gisela Bernal. “Vos no estuviste bajo el sol el 22 de Diciembre, quemándote como yo”, increpó Brian, haciendo uso de la frasística de un mártir. Pero en realidad lo que él mismo ignora es que su propia persecución de la fama se apoya en metodologías y formas caducas. Y es justamente ahí donde radica toda su fuerza y toda su tragedia; enfrentado a un mundo que desconoce (como desconoce también si es padre o no), Brian nota las desventajas superestructurales de un presente que le dio, definitivamente, la espalda. Francisco no necesita “quemarse bajo el sol” ya que supo hacerse famoso, por mérito propio, aunque quizás, valga decirlo, es el resultado de haber nacido con un porte un tanto más distinguido. Brian en cambio, acostumbrado al trabajo físico, a buscar empleo llevando en persona su CV, “a caminar la calle”,  no puede comprender el éxito de este nuevo mundo moderno. El conoce otro más viejo y más arcaico, donde la virtud radica en el sufrimiento y en la cruz.

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Desconozco si Brian es católico pero debería serlo (también debería ser sciolista). Este gran maestro ignorante quizás sea eliminado rápidamente o quizás llegue a la final, pero creo que hay que apostar por él. Otro de los participantes es el misionero Matías Schrank.

Brian nota las desventajas superestructurales de un presente que le dio, definitivamente, la espalda.

Tiene 19 años y hasta el momento no deja de deslumbrarnos por su mutismo. Es que Matías ya lo dijo todo antes de entrar a la casa: “soy virgen”. Pareciera que en la regulación de su lenguaje va a florecer la incógnita del misterio. A modo personal pienso que enamorar a Valeria –la chica trans que le escapa a las definiciones y que también está bien posicionada en el juego–  sería una estrategia de lo más favorable. Al modo de la Bildungsroman podría demostrar que la necesidad de su estancia en la casa se asienta en el “autodescubrimiento” de una sexualidad hasta ahora vedada. En el caso de ganar podría compartir parte del botín con Vale, como indemnización por la estafa de un romance truncado. Es que es importante recordar, como ya lo demostró Esteban Morais, también conocido como “Bam Bam” (ganador de GH 2007) que el romance, al fin y al cabo, siempre gana//////PACO