Aleister Crowley, mago y relacionista público, y Roddie Minor, médium y autodenominada “Mujer Escarlata”, tuvieron sexo en New York en 1918. El resultado de las combinaciones eróticas –o
alamantrah workings para los puristas– fue la apertura de un portal extraterrestre que posibilitó un breve encuentro con Lam, una entidad bastante parecida a ese alien calvo, cabezón y de ojos de animé que seguro se te viene a la mente cuando imaginás a un humanoide voyeur y degenerado que una buena noche decide descender de su OVNI para curiosear con tu cuerpo gentil y sumiso en la inocencia del sueño. Lam, según un conveniente discípulo políglota del hechicero, significa camino o sendero en tibetano, itinerante en léxico budista y, si le agregás una a al final del nombre, Lama o aquel que avanza, un título honorífico entre los dioses egipcios. Una vez que Crowley muere, algunos sacristanes se valieron de este delirio interpretativo para fundar una religión que fue bautizada como Orden de los Templarios Orientales Tifoniana. El objetivo de los aunados novicios era invocar al vanidoso Lam e intercambiar experiencias literarias que iban desde Ambrose Bierce a Robert W. Chambers y a toda esa literatura que podés descargar en esos blogs de templates oscuros y barrocos que se presumen góticos. Su líder era Kenneth Grant, un ocultista autogestionado, fan de Lovecraft y ufólogo amateur.

Aleister Crowley, mago y relacionista público, y Roddie Minor, médium y autodenominada “Mujer Escarlata”, tuvieron sexo en New York en 1918.

Si existe un linaje intelectual que parte de Grant y su magia tifoniana, este se puede consagrar en el primer lunático al que todavía puede invitar la producción de «Chiche» Gelblung para hablar del chupacabras y de las huellas circulares en zonas agrícolas, un usuario premium de Taringa inconsciente de su melancolía, que lo relaciona todo con canciones de su banda de metal favorita. Este trickster es el enemigo público del ICOU (Investigadores del Campo Unido), “los quijotes del espacio”, una organización de estudiosos y entusiastas atmosféricos que a través de una metodología de la observación bastante parecida al sentido común, y que nada tiene que envidiarle al convencimiento impostado del cientista social más insoportable, intentan dar respuesta a esas apariciones cenitales que bien podemos confundir con lo que podemos creer que es Lam y sus naves espaciales. Una cofradía que asume su territorialidad en el campo: “Crecimos escuchando folklore a diario y por las noches historias de la Luz Mala. Por tanto y por mucho más, no existe astrónomo, meteorólogo, Senasa, Conicet, comisión, comodoro que lo pueda invalidar. Señores: Soy y somos investigadores de campo”, tal es la declaración de principios que podés encontrar en Facebook.


Los ufólogos confederados organizan desde 2013 conferencias ambulantes en las que debaten cuestiones de urgente actualidad, se presentan casos emblemáticos y se discute como en Intratables.

Los ufólogos confederados organizan desde 2013 una serie de conferencias ambulantes en las que se debaten cuestiones de urgente actualidad, se presentan casos emblemáticos y se discute como en Intratables pero sin ficción democrática ni extravagancias republicanas. La búsqueda es una “inserción social institucionalizada, ya que consideramos que la temática del estudio OVNI se ha transformado actualmente en una cuestión cultural no reconocida”. El 9° Encuentro Federal del ICOU se realizó en La Plata, en la zona del cementerio por si se necesita alguna carga esotérica, y en el flyer del evento podemos descubrir cuáles son los molinos de viento contra los que luchan estos Quijotes del espacio: “FUERZAS ARMADAS ARGENTINAS E INTERNACIONALES ABSTENERSE”. “No tengas ningún tipo duda de que dentro del fenómeno ovni hay ovnis terrestres, esto es algo que vengo sosteniendo desde la década del 80”, plantea Luis Burgos, maestro de ceremonias y quizás el investigador más respetado del país. Muy a pesar de la Orden de los Templarios Orientales Tifoniana y de cualquier paracaidismo del consumo irónico, la postura de Luis y del ICOU es no mencionar a los extraterrestres como protagonistas inapelables y mediadores de toda investigación: “Pueden ser considerados como una variante, pero la respuesta está fuera de nosotros, no podemos construirla desde adentro”.


Anomalías en el cielo, abducciones, UFO crash, el fenómeno Luci, el eterno debate del ganado mutilado…

Anomalías en el cielo, testimonios de abducciones, UFO crash, el fenómeno Luci –un parpadeo persistente en el cielo que gana en intensidad cuando está por producirse alguna catástrofe natural y que algunos osados vinculan con la mitológica arma HAARP– y el eterno debate del ganado mutilado, con todo el splatter del caso de la vaca Cuernitos, mutilada antes de dar a luz, y una sentencia terrorífica por parte del investigador Marcelo Martinich: “El agente mutilador es reincidente y es visible”. Todos hechos extraordinarios que fueron contrastados con el centenar de personas que asistieron al congreso, pero que solo logran fantasía por contexto y sugestión, no por pretensión narrativa. Existe un ego que está subordinado a la tarea de investigación y un elemento lúdico subterráneo cuya revelación puede corromper las bases metódicas y el sentido total de la aventura de observar el cielo. Era atendible esa idea que Thom Yorke propone en “Subterranean Homesick Alien”, la de Lam y sus amigos que vienen a filmar historias de Instagram y nos ven como weird creatures who lock up their spirits, drill holes in themselves and live for their secrets”, pero Luis Burgos decidió cerrar el encuentro con una frase del científico ruso Dmitri Mendeléyev, una que hablaba de aprender, de los sueños, del amor y de la vida; no la encontrás en Google, pero era ideal para un coaching olvidable de comunicación estratégica para convencidos de algún dementor de la política local. En el Encuentro Federal del ICOU formaba parte del método y de la fe///////PACO