Por Caterina María y Flavio Lo Presti
Jorge Altamira estuvo en Córdoba la semana pasada y lo entrevistamos en exclusiva para Revista Paco.
¿Cómo vivió los 30 años de democracia?
Desde el punto de vista político, yo diría que lo que ocurrió fue lo siguiente: desmitificar esto de la democracia. De entrada comencé muy sistemáticamente a hacerlo y ahora que se hizo un nuevo aniversario lo acentué. E inclusive tuve controversias con Zaffaroni en mesas redondas. Hay un libro que recopila estas opiniones sobre la democracia donde hay un trabajo de Alfonsín y uno mío. Cuál es la esencia de la crítica. La esencia de la crítica es que la democracia se hace cargo de la hipoteca de la dictadura, cuando la función política de la democracia históricamente es la ruptura con el viejo orden. Entonces esto que parece lo contrario de lo anterior es la forma de preservar lo anterior. En primer lugar, en el campo legislativo. Ustedes piensen que hoy todavía el 50% de la legislación vigente fue dictada antes de Alfonsín, fue la que heredó de la dictadura. El cuerpo judicial, las fuerzas armadas, la policía. Entonces ahora tenemos en estas crisis policiales una manifestación. Es decir, los demócratas vienen a encubrir un trabajo realizado por la dictadura en lugar de hacer una limpieza política de todo lo que heredaron de la dictadura. Y el eje que determina todo esto es la necesidad de preservar la deuda externa. Y la democracia acá comete un crimen, porque han terminado sin argumento de que por qué los argentinos tenemos que colgar con una deuda que no hemos contraído. Después nosotros votamos a los que dicen “sí, asumila”.
¿Y en el kirchnerismo hay una continuidad con esto?
Absolutamente. Ahora nos hemos transformado en responsables ex post del endeudamiento de la dictadura, porque hemos avalado que la paguemos. Esto es una operación nefasta. Esto históricamente hablando. Porque el ciudadano del punto de vista de todos los días dice, bueno, Caterina, Flavio, pueden discutir abiertamente de la democracia; en la época de la dictadura nos cargaban a los tres y no estábamos más. Quiero decir, ojo, distingamos. Pero esta es la concesión, que sea a un “trade-off”, a un canje oprobioso. Porque hoy esa deuda externa 30 años después está explicando este derrumbe inflacional, y 30 años después explica los saqueos en Córdoba.
¿Cómo explica la inflación?
Porque el gobierno paga la deuda con emisión monetaria. Es decir, acá hay toda una discusión. Yo decía emitir o no emitir causa inflación; y una cosa es adelantar dinero para un proceso productivo que a medida que el proceso productivo se desarrolla hace refluir ese dinero; y otra cosa es emitir dinero a una sola mano. Esto es como la circulación sanguínea. Si yo me hago un tajo se fue la sangre. En cambio del otro modo, es un proceso interno que recrea la reproducción de la vida. Entonces si se paga deuda externa con emisión monetaria alguien me puede decir que si lo hiciéramos de otra manera sería peor. No tendríamos inflación y tendríamos otra cosa peor. Una parte del presupuesto nacional se tendría que aplicar al pago de la deuda externa y ese gasto aumentaría. Entonces no está ese gasto, entonces no hay trabajo motivado por ese gasto y hay desocupación. En un caso como el nuestro el problema de Argentina es el estrangulamiento financiero. Tenemos la historia de derrumbe permanente que es el período histórico de la deuda contraída a partir de la dictadura militar, en lo esencial viene de mucho antes. Hoy tenemos una deuda pública de 300 mil millones de dólares. Y creo que no está bien calculada, porque tengo la impresión de que no se incluye en este cálculo lo que se llama el cupón del PBI, que es un certificado por el cual se ha apremiado a los acreedores de manera que cada vez que el producto bruto argentino sube en cierta proporción, se les paga una cuota de deuda. Y esto en su vida útil entera representa unos 40 mil millones de dólares.
A la luz de lo que ha sucedido, ¿cree que la policía debería sindicalizarse?
El tema es el siguiente, la dificultad para discutir el punto es que acá se produce una distorsión de la palabra “sindicalizarse.” Uno por sindicalización entiende los obreros que se organizan pero no simplemente en el tema del salario sino que crean un marco de solidaridad en unión de los trabajadores, que en los momentos que corresponda les permite oponerse como una fuerza a la fuerza de la patronal. Acá lo que se dice simplemente es que la cana pueda tener una comisión que le lleve los reclamos; bueno, eso no tiene nada que ver con una sindicalización. Una sindicalización tendría que permitir que el Partido Obrero entre en una comisaría y reparta volantes diciendo “che, recordemos esto.” Eso sería sindicalización. Si de eso se tratara, fenómeno. Porque lo que haríamos es que una fuerza militarizada, vertical, regimentada, manipulada por una camarilla participara de una deliberación política. Sería una forma de atacar la camarilla. Pero no se trata de eso. ¿Por qué cito el ejemplo de la deliberación, si no se trata de eso? Porque hay varios ejemplos históricos que ocurrieron como digo yo. Por ejemplo, la policía se sindicalizó en los términos que yo acabo de señalar en Bolivia durante la Revolución de 1952 y se afilió a la Central Obrera boliviana. Acá no es eso lo que estamos discutiendo. Y en los grandes levantamientos populares de Inglaterra posteriores a la Primera Guerra Mundial la policía se afilió o se integró a lo que allá se llama las trade unions que es el Consejo General de Sindicatos Británicos y participaron de huelgas y manifestaciones. Y lo que está ocurriendo en Italia ahora es que en Torino han habido un montón de manifestaciones de signos diversos. Obreras y otras que no son obreras. Las obreras de inspiración izquierdista en general, y las no obreras con algún tinte fascista, lo que llevó a cierto roce. Pero como una protesta contra la autoridad, contra la austeridad, la reducción de gasto, la reducción de salario y todo lo demás, finalmente se acomodaron y fueron duramente reprimidas con gases lacrimógenos por la policía antimotines. En determinado momento uno de los policías antimotines se saca el casco, se va con los manifestantes y los abraza. Y después de que él hace eso, toda la policía antimotín se saca los cascos y se abraza a los obreros. Eso ya es un fenómeno que amerita una sindicalización porque el espíritu es unirse a la lucha democrática, social, de la clase trabajadora. Pero lo más interesante es que a raíz de este hecho los diarios indagan el por qué de esta reacción. Inventan cosas: se tienen que pagar el uniforme, ganan 1200 euros, de golpe tienen el patrullero pero no tienen nafta y se la tienen que poner ellos. Si se sindicaliza en el mal sentido de la palabra, en este cuadro crearíamos una corporación mafiosa dentro la policía. Entonces no estoy de acuerdo. En otras condiciones sí.
¿Cómo vio lo que ha sucedido en las provincias en las últimas dos semanas? ¿Cómo manifestación de qué?
Son todas desiguales. A partir de qué veo que son desiguales. La veo como desigual a partir de la de Tucumán. Porque en Tucumán la unión entre la policía y el gobernador es mucho más intensa que la que hay en Córdoba, que la hay, quiero decir, son responsables ellos. Alperovich manejó la policía como una mafia. Se han cometido crímenes muy importantes de chicas. Yo estuve en varios velorios en Tucumán, y el gobierno escondió a la policía, la encubrió. La policía se levanta contra el gobierno. Les dice “che, quiero tanta guita de sueldo básico”. Se da un hecho extraordinario. Se rompe la relación entre la jerarquía y la base a raíz de la cuestión salarial. La policía con esa actitud deja abandonada la autoridad de Tucumán. Se producen saqueos. La gente reacciona mal, de forma violenta, defendiéndose. Se producen manifestaciones, y la gente en lugar de atacar a la policía que la dejó desprotegida, manifiesta contra la policía y contra el gobierno. Tienen la conciencia de que este choque del gobierno y la policía es, por lo menos, secundario. Quizás sea ficticio, pero por lo menos es secundario en el panorama político. Y ataca a los dos. Y yo estoy con la gente. Lo que quiero rescatar es que de un modo impensado la policía coloca en el escenario nacional el tema del salario básico. Y nosotros rescatamos eso para que todos los trabajadores pidan un salario básico como el de la policía. Lo digo en particular porque en el Congreso de la Nación –y esto es una primicia que les voy a dar– se reunieron todos los bloques convocados por el Presidente de la Cámara de Diputados y firmaron un acta contra la extorsión policial. Cuál era la extorsión policial. Que pidieran un salario. Ellos que son los responsables de esta policía se reúnen para atacar el salario, no para atacar la policía que ustedes crearon. La primicia es que ni siquiera invitaron al Frente de Izquierda. Es decir, no invitaron a suscribir al acta democrática esta. Nosotros no lo hubiéramos suscripto. No lo hubiéramos suscripto porque los responsables de la policía y por su conducta son ellos. No les vamos a dar un salvoconducto a ellos que crearon todo eso. Yo no puedo avalar esa maniobra. Pero ellos tenían la obligación de invitarnos porque somos miembros del Congreso. Y no lo hicieron.
¿Cuál va a ser el ánimo de los senadores del PO que ingresaron en la Cámara Alta en la última elección?
Tenemos una senadora en Salta y dos senadores del Frente de Izquierda en Mendoza. Acá la pregunta es cuál es el ánimo de los demás. Porque en Salta se elige un senador por distrito. El problema es que los distritos tienen una composición desigual de habitantes. Tenés uno por la capital y tenés otro por distrito que no son más de cinco mil personas. Y así se ha conformado. Nuestro senador que es una mujer es por la capital. Por lo tanto no es un par de los demás sino que es el primero de todos. Le han prohibido que presida la Comisión de Justicia para que el Partido Obrero no controle el nombramiento de los jueces. Qué mal estado de ánimo. Porque iba a ser la presidenta de una comisión. Y siendo ella una dirigente del movimiento contra el gatillo fácil y contra la impunidad no le han permitido integrar la comisión de Derechos Humanos. Entonces la quieren mandar a Deporte y Cultura. Una canallada. La práctica parlamentaria determina que el que salió primero presida la institución, aunque vos no estés de acuerdo. Por ejemplo, nosotros que no estamos de acuerdo, no votamos a favor, pero no denunciamos nada. Reconocemos que en la práctica parlamentaria el tipo que salió primero preside. Como el tipo tiene una política que no coincidimos no lo votamos, pero no es que cuestionamos que no deba presidir. Bueno, nosotros somos los primeros en Salta. Se ha hecho un frente de gente que se mata entre ellos en todos los terrenos, de otros partidos, y han electo un presidente que no es el nuestro. Entonces todas las actividades anti-institucionales las ha desarrollado el oficialismo y los partidos tradicionales contra el partido obrero.
Es posible que en un futuro próximo Argentina vuelva a tomar deuda con Organismos Internacionales. ¿Usted cómo ve esta posibilidad?
Me parece muy mal y pone de manifiesto a dónde apuntaba la política del desendeudamiento: a abrir espacios para un nuevo endeudamiento. Porque el tema consiste en lo siguiente: la deuda externa, la deuda con la gente del exterior que es mayor que la que se dice por ese cupón del PBI, una gran parte de ella fue transferida al Banco Central y a la ANSES. Entonces se ha reducido el endeudamiento estrictamente con el exterior. En este momento el Gobierno dice que es del %14 cuando es del %40. ¿Cuándo le van a pagar a la ANSES? ¿Cuándo le van a pagar al Banco Central? Entonces se hace el elogio de que nos hemos liberado de una esclavitud financiera de desendeudamiento y en realidad es para entrar en una nueva esclavitud financiera.
¿Qué expectativas tiene para las próximas elecciones?
Depende de lo que hagamos en el 2014, de cómo evolucione el país. Nosotros tenemos que traducir los votos en una ampliación enorme de nuestra base social. En los sindicatos y en la juventud. Si nosotros traducimos en el campo de la vida cotidiana, social, empresas, lugares de estudio, un desarrollo, una fuerza de masas, la expectativa con el 2015 va a ser muy fuerte. Entre otras cosas porque no hay en el panorama político hasta ahora ninguna evidencia de que la profunda fragmentación de los partidos tradicionales esté encontrando alguna salida o esté encontrando algún liderazgo de salida.
¿Por qué le costó tanto a la izquierda unirse?
Por la gigantesca importancia que tiene la unidad. Nosotros hemos desarrollado una unidad que claramente evita como un período por la clase capitalista. ¿Por qué no nos invitan a una reunión del Congreso del cual somos miembros? ¿Por qué no podemos presidir un Concejo Deliberante de la capital de Salta? No estamos tomando el poder con milicias armadas en Buenos Aires, es el Concejo Deliberante de Salta… Y en este momento nos temen como fuerza intelectual, temen que más trabajadores incorporen este mismo ideario.///PACO