El estado Islámico en Irak y Siria es más conocido como ISIS. De su accionar como grupo terrorista se tiene información desde el año 2002. Pero fue en junio de 2014 cuando comenzó a cobrar notoriedad para la opinión pública. El 29 de junio de 2014 el grupo terrorista proclama la creación del Califato Estado Islámico y nombra como su máximo líder al Califa Abu Bakr al-Baghdadi. En pocos meses ISIS se expande por Irak y Siria, tomando numerosas ciudades en el norte de Irak: Zuman, Sinjar, Wana, a la que pronto suma Mosul. Cinco mil yazidis son asesinados. Se calcula que unos 200 mil huyen a las montañas o a campos de refugiados. El 8 de agosto de ese mismo año, Estados Unidos y sus aliados comienzan el contraataque aéreo contra ISIS. Desde 2011, EE.UU. no mantiene tropas en Irak por decisión de Barak Obama y, en la actualidad mantiene poco más de 4000 soldados. El 19 de agosto de 2014, 11 días después de iniciado el contraataque, ISIS da el gran salto a la agenda internacional filmando la decapitación del periodista estadounidense James Foley. Twitter cancela las cuentas de aquellos usuarios que retwittean el video. Obama comunica que se considerará un delito la distribución del mismo. Facebook, Youtube y Google apoyan la censura. Con semanas de diferencia, son decapitados los ingleses David Haines y Alan Henning. Las decapitaciones continúan hasta que pierden popularidad. Ninguna red social se ve ya inclinada a bajar los videos ni cancelar cuentas. Hoy, los videos están en todas las redes.

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Ninguna red social se ve ya inclinada a bajar los videos ni cancelar cuentas. Hoy, los videos están en todas las redes.

En enero de 2015 los bombardeos sobre ISIS muestran los primeros resultados. La ciudad Siria de Kobani es recuperada por el ejército kurdo. En abril los iraquíes recuperan la ciudad de Tirik. La prensa anglosajona anuncia el irremediable fin del Estado Islámico. ISIS contraataca tomando la ciudad iraquí de Ramadi y luego la histórica ciudad de Palmira. Realiza filmaciones en las ruinas históricas. Graba fusilamientos, decapitaciones y finalmente filma cómo destruye el antiguo teatro. El 16 de junio de 2015 ISIS pierde la ciudad de Tal Abyad y el 23 de junio la ciudad de Ain Issa en manos de kurdos y sirios. Apenas dos días después, el viernes de Ramadán, ISIS coordina atentados en Francia, Tunes y  Kuwait.  En una playa de Tunes 39 personas son asesinadas por un hombre que ríe mientras les dispara. Treinta son “turistas británicos inocentes que paseaban para descansar de sus trabajos”, como los definió el Primer Ministro inglés David Cameron. En Francia un hombre es degollado en la puerta de una fábrica de gas de propietarios estadounidenses. Hay varias personas arrestadas y se cree que intentaban hacer explotar la fábrica. En Kuwait al menos 27 personas fueron asesinadas cuando explotó una bomba en una mezquita. Los atentados coinciden con el primer año de la declaración del nuevo Califato. Los tres ataques sucedieron un día después de que el vocero de ISIS llamara a los yidahistas a hacer del mes de Ramadán “un tiempo de calamidades para los infieles y los falsos musulmanes”.

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La mejor manera de entender qué es ISIS es una comparación con Al Qaeda. Mientras el grupo terrorista responsable de derribar las Torres Gemelas estaba conformado por un grupo de células distribuidas por el mundo y sin contacto entre ellas, ISIS cuenta con un territorio propio, un ejército de más de 30.000 soldados, bases militares armadas por los Estados Unidos y tomadas por ellos. Aviones, tanques, armamento de primera línea y campos de entrenamiento. Además cuenta con infraestructura y la caja grande de los pozos petroleros y las refinerías bajo su dominio. Mientras Bin Laden se veía a sí mismo como un pionero, no podía ni siquiera soñar con la posibilidad de un Califato. Baghdadi, en cambio, es un líder espiritual, casi un semidios. El califa es un descendiente directo de Mahoma. Los soldados de ISIS se refieren a Bin Laden como el Sheikh Osama. Respetan su posición como referente, pero desde hace unos años que ISIS manifestó públicamente no compartir con Al Qaeda sus tácticas para la guerra. Mientras Al Qaeda trazó sus estrategias sobre sus enemigos externos, ISIS busca derrotar a los que considera sus enemigos internos, aquellos que se le oponen dentro de Oriente Medio.

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Esclavismo, crucifixión y decapitaciones no son cosas que los yidahistas elijan del pasado, sino que ellos están atravesados por una tradición del Medioevo.

Distintos expertos en medio oriente analizan la dificultad que tienen Estados Unidos y sus aliados para vencer a ISIS. Cuando hace 14 años atrás el expresidente George W. Bush indicó que se trataba de una guerra santa, la mayoría lo acuso de por lo menos distraído, cuando no de beodo o títere de las corporaciones. Mientras tanto, en pixelados videos de YouTube se hacía habitual el grito Allahu akbar, Dios es grande, a la vez que se inmolaban soldados, se disparaban bazookas sobre personas o se incendiaban a rehenes encadenados. ¿Es la dificultad de comprender el grado de compromiso y, a la vez, el grado de fanatismo que une a los más de 30.000 soldados de ISIS es lo que ha llevado a fallar a Estados Unidos y sus aliados en su lucha por detenerlos? Otro elemento que resalta de la dificultad que tienen los países centrales a la hora de comprender lo que es el Estado Islámico se deduce de la cantidad de jóvenes de descendencia musulmana que se han escapado de sus casas para unirse al grupo terrorista. Los números oficiales dejaron de aparecer en febrero de 2015. Pero hasta ese momento se contaban unos 1200 franceses, entre 500 y 600 ingleses, la misma cantidad de alemanes, unos 450 belgas, unos 600 turcos, 500 paquistaníes, 300 chinos y 100 estadounidenses. Las preguntas sin respuestas que Cameron y Obama no se hacen en público es: ¿por qué nuestros mejores jóvenes, de escuelas privadas y Ipod en los bolsillos, elijen sumarse a un grupo terrorista que promete volver al siglo VII y añora el Apocalipsis?

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A la par del crecimiento de ISIS y de su crueldad, numerosas organizaciones musulmanes de todo el mundo han declarado que ISIS es antimusulmana, y exigen a la prensa y a la opinión pública la separación de términos: el islam es una religión pacífica que no decapita personas en video, como sí hace el islamismo, la versión fanática de la lectura de las palabras de Mahoma. Es cierto que Mahoma no dice en ningún lado que se debe matar a los no musulmanes. El especialista en asuntos islámicos, nacido en el Líbano y criado en Estados Unidos, Bernard Haykel, quizás la máxima autoridad en estos asuntos, dice que la gente desea absolver al islam, y que el islam es una religión pacífica, pero lo cierto es que el islam en sí no existe, es lo que los musulmanes hacen y cómo interpretan los textos. Para Haykel los soldados de ISIS realmente desean volver a los tiempos de la escritura de los textos, al siglo VII, y para eso están dispuestos a usar los elementos que eran comunes en esos años, los métodos del Medioevo. “Esclavismo, crucifixión y decapitaciones no son cosas que los yidahistas estén eligiendo del pasado, sino que ellos están atravesados por una tradición del Medioevo y están trayendo todos los componentes al tiempo presente”.

Mientras se esperan los próximos movimientos de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, algo seguro hay por delante. ISIS despierta fervor en numerosos grupos terroristas alrededor del globo. A principios de este año se hizo pública una grabación donde Boko Haram, el grupo terrorista nigeriano responsable del secuestro de 200 estudiantes mujeres, se autodenominó seguidor de ISIS. Grupos terroristas de 12 países se unieron desde entonces. Todavía muchos no representan grandes peligros, pero es una tendencia que crece. Una nueva forma de terrorismo ha surgido y resta ver hasta cuándo durará. Mientras tanto, como dijo David Cameron, “queremos traerle calma al pueblo ingles pero por ahora no podemos”//////PACO