“It is a well-known fact that those people who most want to rule people are, ipso facto, those least suited to do it. To summarize the summary: anyone who is capable of getting themselves made President should on no account be allowed to do the job.”

Douglas Adams, The Restaurant at the End of the Universe

¿Por qué la política atrae tanto a ciertos personajes?

Una vez le preguntaron a Sarah Palin por qué se empecinaba en hacer política siéndole posible ejercer mucho más influencia en la opinión pública de manera mucho más rentable haciendo, por ejemplo, un talk show.

Es decir ¿para qué tratar de ser Hillary Clinton cuando se puede ser Oprah Winfrey?

La ex gobernadora de Alasssska se quedó tecleando y tartamudeó una evasiva inconvincente.

La respuesta es más simple de lo que parece: el ser humano quiere ser alguien.

No es fácil ser alguien, obtener poder, reconocimiento, fama, dinero, mujeres.

Menos en un país como la República Argentina.

Mucho menos en política.

Juan Domingo Perón tuvo que arriesgar su vida para ser alguien.

Tuvo que participar en conssspiraciones, asonadas, alzamientos y golpes de esssstado para entrar en política.

Tuvo que ir al liceo militar.

Tuvo que estudiar, prepararse, formarse, si bien no era lo que llamaríamos un intelectual.

Recién ahí pudo dejar al bagayo de su primera jermu y empezar a follar con un criterio un poco más exigente. Un poco.

Pasemos a los Kishner.

Tuvieron que militar desde la adolescencia para ser alguien política.

Lo que se dice formarse no parecía interesarles.

Sus magros títulos universitarios serían apócrifos.

Pero tontos no eran.

Así y todo, se pasaron años en unidades básicas deprimentes, militando y haciendo trabajos ingratos en provincias heladas, desérticas, remotas.

Simulando que “eran pareja” aunque sólo se necesitaban por razones políticas.

Hipotecando la flor de la vida.

Dejando la salud.

¿Todo para conquissstar Buenos Aires a los 50 años?

Encima, cuando la alianza política entre ambos falsos cónyuges se fisuró ella tuvo que amasijarlo.

Un dramón, una tragedia griega deprimente de principio a fin.

Daniel Ossssvaldo Scioli, en cambio, es un muchacho que entró a la política en lancha.

Con 40 largos. Con Karina Rabollini del brazo. Casi sin moverse de CABA y GBA, salvo para hacer sus vacaciones anuales a Gstaad, Assspen, Miami, St. Barth o Cerdegna.

Su familia tenía una confortable posición económica, aun así a años luz de las enormes forrrtunas de los Macri o los De Narváez.

Estudios universitarios no se le conocen.

¿Militancia juvenil? Ehhhh… no, graciassss.

Por todo lo que sabemos DOS es un NiNi ya maduro que vivió una prolongada adolescencia correteando señoritas de buen ver y buen tocar, a ambos lados del río color de león y del Atlántico.

Un playboy dentro de nuestra fértil tradición nacional: Torcuato de Alvear, Macoco Álzaga Unzué, el mismo Adolfo Bioy.

Con veintilargos su única ocupación conocida era pilotar embarcaciones de alta cilindrada en distintos lugares del mundo, codeándose con jeques árabes y nobleza europea amante del vértigo y los balnearios exsssclusivos.

El finado Andrea Casiraghi, quien sucediera a Philippe Junot en los metejones de Carolina de Mónaco para después dejarla viuda con dos retoños, era coleguilla, por no decir amigote, de DOS.

La Gran Argentina, amigos.

Quiero decir: La Gran Argentina se llamaba la mítica nave de DOS, siempre patrocinada por YPF, pinturas ALBA y el recordado canal de la palomita.

Un visionario don Alejandro Romay.

Un faro de la cultura nacional y de nuestro acervo mediático.

Cómplice de DOS en las victorias y trofeos imaginarios de la Gran Argentina, los cuales serían una simple mise en scene, una cuidadoso camelo para consumo de los ingenuos televidentes de Nuevediario.

DOS también sabía tener una oficina en la sucursal de la cadena familiar de electrodoméssssticos en Cashao y Santa fe que, según dicen los allegados, era usada más que essssporádicamente, sólo para reportajes con revistas del corazón.

Lo que DOS aprendió esos años no lo sabe ningún consultor político, señores.

DOS se maneja con un decálogo de verdades fundamentales de la vida pública y las practica a rajatabla, sin fisuras, sin errores, sin distracciones, con la frialdad del más eximio essstratega militar, sin dejarse llevar nunca por la emocionalidad o la coyuntura, ni mucho menos prestando atención a los perejiles de turno que hablan sin haberle ganado a nadies. A saber:

  1. La política es la farándula por otros medios.
  2. Más bien por los mismo medios.
  3. Siempre ir con un fotógrafo a todos lados.
  4. La imagen es todo.
  5. Hablar es inútil. Nadie escucha.
  6. Nunca pelear ni romper puentes con nadie, mucho menos con la prensa.
  7. Todo pasa.
  8. Estar siempre cerca del centro de la escena.
  9. Vender éxito, sueños, felicidad. Misery loves company.
  10. Ríe y el mundo ríe contigo, llora y llorarás solo.

Con cada una de sus apariciones públicas DOS nos viene a decir “sí, se puede”. Si yo soy posible todo es posible. No pierdan nunca la esperanza. La vida es maravillosa. La gente quiere soñar. Cómodamente sentados en sus monoambientes o casillas de emergencia.

Make no mistake: el fenómeno insaurralde es una obra maesssstra y una demosssstración de poder de DOS. MI es la nada missssma, una figura política hace tres meses total y absolutamente desconocida, inexisssstente, que acaba de salir segundo en una elección nacional que no fue otra cosa que un referéndum de la gessstión K.

No se engañen, la payasada de MI con la botinera a sueldo fue una genialidad total y absoluta emanada directamente del mismo DOS.

Cualquier consultor político de poca monta sabe lo importante y costoso que es obtener “brand name recognition” para un candidato ignoto.

DOS lo hizo.

DOS se salvó de accidentes mortales e incendios.

DOS pasa sus vacaciones en el Mediterráneo italiano y en los alpes suizos.

DOS se benefició a toda modelo y actriz que haya pisado un plató de TV en los últimos 30 años.

DOS fue vicepresidente y dos veces gobernador de la provincia más rica, poblada y poderosa del país.

Y a pesar del maleficio que pesa sobre los gobernadores bonaerenses, me atrevo a decir en este preciso momento y contra todos los pronóssssticos, que será el próximo presidente de los argentinos.///PACO