Fútbol


Cataluña: fútbol, política y «papanatismo»


La grieta llegó a España. Tal vez siempre estuvo, o simplemente es un invento que le sirve a propios y ajenos. El deseo de independencia por una parte importante de la población catalana despertó un enfrentamiento que, muchas veces, poco tiene que ver con la realidad. El poder futbolístico del Barcelona de Lio Messi puso el foco del conflicto en el fútbol, donde se cruzan un montón de contradicciones que intentan encastrase como un rompecabezas fallado. Revista Paco conversó con Diego Barcala Pérez*, fundador de la revista española Líbero, una de las propuestas editoriales más interesantes del periodismo deportivo de los últimos años.

¿Por qué decidieron hacer Líbero?

Nosotros trabajábamos en un periódico que se llamaba Público. Sobrevive la web publico.es El propietario, Jaume Roures (el dueño de los derechos televisivos del fútbol español) decidió cerrar el diario con la llegada al poder de la derecha de Mariano Rajoy. Roures consiguió el favor del presidente Zapatero para impulsar sus planes de magnate del fútbol en una plataforma nueva. Con la llegada de un nuevo gobierno, Público no tenía sentido para sus planes. Sin embargo, periodísticamente tenía más sentido que nunca un periódico que crecía en lectores e influencia dentro de la izquierda. Con El país derechizado y vendido a las grandes empresas y bancos, la crisis galopando y la gente indignada en la calle, Público era un éxito editorial sin duda. Pero decidió cerrar.

¿Por qué una revista «deportiva»?

Con el desánimo y la desmotivación profesional decidimos (mi socio Óscar Abou-Kassem y yo) montar una revista de algo que nos alejara del foco de la información política. Nos encanta el fútbol. Pues una revista de fútbol. Pero yo no quería hacer una revista más, con actualidad… Ese mercado de la prensa deportiva está saturadísimo en España con los diarios, las radios, los miles de blogs, webs, tele… Mezclar fútbol, cultura, diseño, literatura, cine me pareció una buena idea para intentar hacer algo digno en el fútbol. Y con un proyecto de revista en papel de tirada nacional al estilo más tradicional reforzaba la idea de que la prensa sigue teniendo sentido aunque los empresarios de los media solo quieran o especular o influir para especular en otro lado. Eso explica que parte de los medios más interesantes de España estén en manos de periodistas, no de empresarios de la prensa.

¿Cómo ven el periodismo deportivo hoy?

La vieja fórmula del sensacionalismo, el consumismo rápido, el ventajismo, la banalidad del ser humano… Es un producto de consumo masivo donde la calidad periodística o editorial va bajando en el orden de prioridades de manera alarmante. En el camino de ensanchar el público que consuma deporte han ido echando a su público tradicional. Yo recuerdo leer de niño la prensa deportiva, los fichajes y los debates del fútbol. Ahora mismo ni se me pasa por la cabeza comprarme un periódico deportivo para leer bobadas. En parte habré madurado, pero tengo la impresión de que rebajan los mensajes cada vez más con el objetivo de que los anunciantes sigan ahí pagando y los lectores comiéndose vídeos y vídeos de tonterías exageradas, cuando no porno camuflado en la animadora sexy, la novia del mundial…

¿Qué es lo que más les gusta y más les molesta del periodismo deportivo mainstream en España?

Me gusta el reducto de periodismo deportivo donde se esconden los pocos especialistas que todavía quedan. Hay gente en España que explica muy bien el fútbol, que cuenta con mucha información de los vestuarios y sabe interpretar muy bien la competición. En el área de Líbero hay un programa clásico que acaba de cumplir 10 años Informe Robinson que es una maravilla de documentales de historias deportivas de siempre. Lo que más me molesta es el consumismo de los enfoques. Si Cristiano no marca en dos partidos, es un inútil, si mete tres penaltis es el mejor de todos los tiempos. En un cuarto de hora se balancea en los debates de manera salvaje arrastrando a toda la prensa con esos debates absurdos.

En Argentina, luego de 8 años, volvió a ponerse el fútbol pago, ¿cómo es la relación de los españoles con el tema de pagar para mirar partidos por televisión?

Aquí hubo una lucha empresarial entre dos bloques por los derechos. En el medio, diversos Gobiernos favoreciendo a empresas amigas para favorecer a una plataforma privada o hacer algo en abierto. El Gobierno de la derecha llegó a hacer una ley en los 90 que especificaba qué evento deportivo era de interés general y era obligado darlo en abierto. Creo recordar que era todo muy aleatorio: el tour, los JJOO, las semifinales y final de la Champions, la final de Copa… todo muy absurdo porque el interés es subjetivo. Era obligado y creo que sigue vigente dar un partido en abierto cada jornada. Como era de prever ese partido es el más infame de cada jornada. El caso es que se tiene asumido que el fútbol no forma parte de los derechos sociales de la gente al nivel de la educación o la sanidad. Se asume que si una empresa paga centenares de millones de euros por los derechos de un campeonato, lo rentabilice. Se confía en que las leyes antimonopolio permitan precios moderados. Hace 15 años, un monopolio del fútbol de pago estableció cada partido a 12 euros y cuando llegó la competencia, puso los partidos a 1 euro… ¿WTF!!!? ¿Nos estaban estafando? Pues sí. Ahora en la tele digital con las compañías telefónicas que están obligadas a dar fútbol en su oferta para evitar el monopolio se puede ver todo el fútbol por 15 euros al mes aproximadamente en Telefónica. Vodafone, Orange…

Sobre Cataluña y el Barsa

¿Cómo imaginan una Liga sin el Barcelona?

No es imaginable y no va a pasar. Lo de la Liga sin el Barcelona forma parte, como todo en este conflicto, de un argumento de propaganda. El fútbol es privado y como tal tiene su organización propia. En Europa juega Israel que es Oriente Próximo y está rodeado de Irán, Jordania, Siria… Nadie dice: “Oiga que usted no es europeo”. Jugaba Rusia la Eurocopa en plena guerra fría. Incluso en España jugó el Atlético Tetuán cuando el norte de Marruecos era una colonia española. Es decir, que se trata de idiotas a los españoles cuando se les lanza este argumento para asustar sobre la independencia de Cataluña. Es casi un argumento desesperado. No te vale con la ruina, el aislamiento de Europa, la huida de empresas, la exclusión social, la ruptura de la paz… vale. ¡Y qué me dices del Barça? ¿Tampoco te vale que no haya Clásico para ver que la independencia es una tontería? Esa parece la lógica del argumento. Lo que pasa es que el Barça, desde hace 40 años, ha sido un instrumento de la sociedad catalana. Y esa construcción de la identidad sociopolítica del club, que parece muy bonita y refuerza su marca en el mundo y su mensaje, se complica cuando Cataluña se mete en líos. Pero vamos que es más fácil que pongan una frontera militarizada con misiles nucleares en el río Ebro mirando a Madrid a que el Barça quede aislado de las competiciones deportivas.

¿Cómo está siendo encarado lo que pasa en Cataluña desde el periodismo deportivo?

Desde el papanatismo más ridículo. La prensa deportiva no catalana es la portavoz de los argumentos más tontos de la derecha nacionalista española. Son los que incitan los pitos a Piqué, fomentan el odio a los catalanes, ponen banderas españolas sobre cualquier información, etc, etc. Son los mismos que cuando un futbolista se compromete con un tema político como el conflicto palestino por ejemplo dicen: «no te metas en política que esto es fútbol y es muy bonito».

Dicho esto, el problema esquizofrénico del asunto está en el papel del Barça, que merece un libro entero. Te resumo mi opinión. El Barcelona fue durante todo el siglo XX un club sin una ideología radicalmente marcada. Siempre ha estado vinculado a Cataluña como un club catalán pero no ha tenido, salvo algún incidente en los años 20, ningún protagonismo político contestatario especial. Ni siquiera en el franquismo donde la dictadura durante 40 años controló absolutamente cada institución en España, incluido el Barcelona. Un ejemplo: Un día antes de que el régimen asesinara en los 70 a Salvador Puig Antich a garrote vil (uno de los últimos condenados a muerte por la dictadura militar de Franco), el presidente del Barcelona visitó a Franco para ponerle la insignia de oro y brillantes del club. Pero el franquismo cayó y la sociedad progresista catalana con intelectuales como Manuel Vázquez Montalbán a la cabeza comenzaron a crear un relato histórico falsete del Barcelona como un club antifranquista, revolucionario, libertario y demócrata. Més que un club. Se llegó incluso a decir que el diputado de Esquerra Republicana Josep Suñol, asesinado en una cuneta en la Guerra Civil fue un mártir del barcelonismo porque era el presidente del Barça. Le asesinaron por ser diputado, no por ser del Barça. En cualquier caso, el Barça sí supo vivir con los tiempos y utilizar la fuerza del club para ayudar a Cataluña en sus aspiraciones de autogobierno, de impulso del catalán como lengua propia, del sentimiento de nación… desde los 60 hasta hoy.

¿Entonces hay una vinculación del Barcelona F.C. con la vida política?

Su vinculación a la política catalana ha sido muy visible y sus presidentes de las últimas décadas han ido variando en función de la correlación de fuerzas políticas gobernantes en Cataluña. Núñez, sempiterno presidente de los 80, 90 era Cruyff, etc., era del entorno de la derecha española en Cataluña, ni siquiera nacionalista catalán. Luego llegó Laporta que es un independentista convencido y le sucedió Rosell, y ahora Bartomeu que son de la derecha conservadora nacionalista catalana que en la última década ha virado al independentismo (Puigdemont, por ejemplo). ¿Qué significa todo esto? Que el Barça es plural y aunque su papel político ha sido importante para construir Cataluña, no puede nunca apoyar en totalidad acciones políticas que excluyan a parte de sus aficionados. Desgraciadamente la estrategia seguida por el independentismo es totalitaria y excluye por aplastamiento a todo aquel que no lo sea. De esta manera el Barça sufre unas presiones terribles para apoyar al independentismo sin fisuras y a todo lo que dé la máquina. Pero sus dirigentes, socios y aficionados saben que en el Camp Nou hay independentista, no independentistas, conservadores, revolucionarios, socialistas y hasta españoles muy españoles. Por no decir miles de turistas chinos y argentinos.

Desde afuera de España se ven dos posturas, las denominadas «nacionalistas» y las «independentistas. ¿Existen opiniones intermedias o quedó todo en una discusión de dos bandos?

El independentismo ha forzado la máquina para intentar ensanchar su base social a una abrumadora mayoría. Pero la verdad es que no llegan a sumar más de un 50% de la población catalana. Y eso que hasta hace 7 años no alcanzaron nunca más de un 25%. Por tanto, las analogías con otros países con sentimientos independentistas duraderos y masivos es ridícula. Pero a las múltiples circunstancias como la crisis económica y la política de partidos junto con un Gobierno español débil de carácter y proyecto ha creado la situación actual. El independentismo y el nacionalismo español llevan aliándose 5 años para polarizar más y más a las masas hasta llegar a un conflicto final, que es lo que vivimos ahora. El PP (Partido Popular) es un partido sin escrúpulos democráticos que ha llevado esta situación al extremo por un interés electoral. En Cataluña son la quinta fuerza con poco más de un 10% de votos y en España han vivido años muy duros acosados por casos de corrupción gravísimos, una crisis económica que se ha llevado por delante a todos los Gobiernos de Europa. El independentismo ha sido agua bendita electoral para Mariano Rajoy. El problema es que en el camino de su éxito electoral, con su masa de votantes enardecida contra Cataluña y con el lema de la unidad de España por los aires, los términos medios tanto en Cataluña como en el resto de España han desaparecido. En Cataluña ha sucedido lo mismo. Hace apenas cinco años se montó una protesta en el parlamento catalán tan fuerte que el presidente Artur Mas tuvo que entrar en helicóptero. El clima era horrible contra la política tradicional plagada de corrupción. Apenas cinco años después el partido de Artur Mas fue refundado y ahora comparten manifestaciones por la independencia acosados y acosadores. Las banderas lo soportan todo. En el camino a la independencia, el fundador y padre del nacionalismo catalán, Jordi Pujol, que sostuvo a todos los Gobiernos de Madrid en los 90, fue descubierto como un auténtico ladrón de dinero público con cuentas bancarias en paraisos fiscales para toda su familia. Su partido, el de Artur Mas y Puigdemont, optó por la independencia como único proyecto político. Algo que no había hecho en 40 años de historia. Por tanto, el independentismo ha pasado a ser un movimiento de un 50% de población dominante en Cataluña. Dominan las instituciones y la iniciativa. Es lo más parecido a un clima prebélico. No hay asomo de violencia, pese a Rajoy mandando policías a evitar votaciones. Pero todo es una lucha de banderas donde es muy difícil salir. La opción que siempre mantuvo tejida España es la de la izquierda progresista que nos educó en que España era plurinacional con tres lenguas igual de importantes que el castellano como el gallego, el catalán y el euskera, con un éxito en el autogobierno y con una misma identidad internacional para todos. Unidos por la igualdad y la solidaridad tributaria. ¿Dónde queda eso? Pues en el trastero del debate tuitero que domina nuestra actualidad.

Para cerrar: ¿cuál sería el 11 titular de Cataluña para Líbero?

Portero: Casilla del Real Madrid / Defensas: Sergi Roberto, Piqué, Puyol (lo pongo aunque esté retirado. Seguro que a estas alturas es mejor que cualquiera), Jordi Alba / Centrocampistas: Xavi (lo mismo que Puyol aunque este sigue jugando en Qatar), Busquets, Cesc (por nombre pero me parece un jugador absolutamente sobrevalorado) / Delanteros: Sergio García (capitán de la Selección y del Espanyol, para reivindicar que el Espanyol también es catalán), Gerard Moreno y Cruyff (que juegue Jordi o quien sea con el apellido Cruyff como símbolo de que en Cataluña también caben los no nacidos en la tierra).

¿Y quién ganaría, España o Cataluña?

Creo que ganaría España, pero es cierto que Cataluña, como buen lugar rico donde el deporte prospera con clubes e instalaciones siempre ha tenido los mejores deportistas. Eso sí, hoy sería difícil que ganara Cataluña porque su gran generación de Xavi y Puyol está terminada./////PACO


*Diego Barcala nació en Madrid 1982. Es periodista y trabajó en Telecinco, Antena 3, El país y Público antes de fundar Líbero. «Siempre soñé con ser Fernando Redondo pero me quedé en un líbero lento con pretensiones creativas, para desesperación de mis compañeros de equipo».