Política


Carlos “Lole” Reutemann. El presidente que no

////

En la década del 70` se publicó la novela Being There (1971, Harcourt Trade Publishers), escrita por Jerzy Kosinsky –autor polaco emigrado a los Estados Unidos- que logró trascendencia luego de su adaptación cinematográfica, y que en Latinoamérica se la conoció como Desde el Jardín (1979, EE.UU). La afilada comedia dramática apuntaba sus críticas hacia los medios, la opinión pública y los oscuros estamentos de poder, utilizando la sátira y la ironía para desenmascarar la impúdica complicidad en convertir a individuos sin el menor talento o autoridad moral en prolíficos políticos.

El protagonista de la novela llamado “Chance” -oportunidad, en castellano- es un jardinero, cuyos conocimientos se cimentan en la botánica y en ver televisión. Estos dos aspectos, y por fortuita coincidencia, le franquean una cómoda estadía en la Casa Blanca norteamericana, donde es confundido por gurú, y se ve convertido en un líder de consulta cuyas sentencias son meras observaciones sobre el cuidado del jardín que él irá repitiendo sin que escondan ningún doble significado, pero que aquellos que lo rodean interpretarán como lúcidas metáforas sobre el funcionamiento del país, el futuro de la economía o el devenir político.

La novela -sin querer queriendo- se liga a una concepción netamente argentina de ascender. Pergeñada en la década del ´90 y vinculada a tipos que “la pegaron” ocupando posiciones de poder, sin el más mínimo conocimiento de la tarea en que se desempeñaban. La concepción de “pegarla” es la idea de llegar como sea y adonde sea, de rebote, con ayuda, gracias a; porque a veces, es solo cuestión de estar ahí

Carlos “Lole” Reutemann

En la Provincia de Santa Fe, se gestó la candidatura del Carlos “Lole” Reutemann; pródigo patrón de estancia de la pampa húmeda, amigo del jet set neoliberal, ex-corredor de autos de Formula Uno, y fiel exponente del Menemismo; cuya apuesta, era colocar en la arena política a personajes provenientes de cualquier ámbito, menos “de la política”. 

En uno de los capítulos de la novela Being There, consultado por el presidente de los Estados Unidos acerca de la mala situación de Wall Street, el protagonista responde: –En todo jardín hay una época de crecimiento,existen la primavera y el verano, pero también el otoño y el invierno, a los que suceden nuevamente la primavera y el verano, mientras no se hayan seccionado las raíces, todo está bien y seguirá estando bien-. Usando meras descripciones botánicas, termina siendo un candidateable a la presidencia, adaptable a nuestra idiosincrasia.

Carlos “Lole” Reutemman, el gringo de rostro pétreo y parquedad al estilo de «hombre Malboro», fue gobernador de la provincia de Santa fe por dos periodos, en los cuales, una por desidia y la otra por incompetencia, la ciudadanía de Santa fe lo recuerda ingratamente por haber terminado con el agua al cuello, literalmente por las inundaciones y por supuestos actos de fraude en su elección a gobernador en el año 1995.   

Presidente que no 

En años de plena descomposición institucional, como se dio en nuestro país a finales del 2001, por obra y gracia de la acción mediática, el lobby empresario y los oscuros designios del poder real; Carlos “Lole” Reutemann competía por la presidencia para ser la salida civilizada a ese momento histórico. Los medios capitalinos sacando chapa de profesionalismo y acabada experiencia, lograron poco más que alguna parca declaración, -bien a lo hombre de campo argentino-, aun así, insistieron en calificarlo como la «esperanza blanca» de la democracia argentina, casi que ni se reconocían las fronteras ideológicas en los medios de comunicación, debido a que tanto el Grupo Clarín, como Ámbito Financiero, La Nación, y el Grupo Hadad -voceros autorizados de la derecha vernácula- coincidían en los elogios al ex Gobernador de Santa Fe.

Señales

En 1981 durante el Gran Premio de Brasil, en el circuito ubicado en Jacarepaguá -la lluvia era copiosa- El piloto argentino Carlos Reutemann dominaba de punta a punta a bordo de su Williams-Ford, y solo faltaban 9 giros para ver pasar la bandera a cuadros. El “Lole” pisaba el acelerador a fondo y empezaba a dar las primeras señales de rebeldía, omitiendo la orden de abrir paso para que el australiano Alan Jones, -el 1 del team- tome el liderazgo de la carrera como lo pedía la escudería.  

Nunca vi ningún cartel. La carrera fue difícil porque llovía todo el tiempo y había que concentrarse en el auto para no cometer el más mínimo error», declaró en boxes. Al mismo tiempo, negó una y otra vez ver a Jones en sus espaldas alegando tener «empañado» el visor. En el podio solo estaban él, y el italiano, Jones no quiso subirse.   

Algo similar le sucedió al “Lole” Reutemann, en el año 2003. Al aludir, en unas declaraciones periodísticas, a la ola de inseguridad que castigaba a todo el país, admitió que una medida preventiva sería la de dejar los semáforos con luces intermitentes o, directamente, cruzar en rojo, para evitar los atracos, que a veces suelen tener un saldo fatal. La medida que proponía era colocar los semáforos intermitentes a partir de las 22. «De lo contrario, los pasaremos en rojo, aunque cometamos una infracción». Omitir señales, ya sea de carteles o de semáforos, es un acto al que siempre le hizo honor.  

Boxes

Para desgracia de muchos, la carrera por la presidencia de Carlos “Lole” Reutemann terminó en la banquina, se despachó con algunas teorías conspirativas -elaboradas en tono enigmático- para justificar su deserción aduciendo que no quería ser «víctima de la interna entre Duhalde y Menem» y que había visto «algo muy feo» en el contexto del poder que lo presionaba para aceptar la postulación presidencial.


-Caballeros –comenzó diciendo lentamente-, tal vez algunos de ustedes ya saben que Duncan ha decidido no ser mi compañero de fórmula, nos hemos quedado pues sin candidato, amigos, tenemos que anunciar un nuevo candidato sin demora, alguien que sea tan bueno como Duncan (…) -Creo que puedo sugerir a alguien –dijo con voz pausada-. ¿Qué les parece Chance Gardiner? –todas las miradas convergieron en el hombre que, sentado en el sofá, bebía su café. -¿Gardiner? –Repitió el hombre del sofá- (…) por cierto que él no ha sido de ninguna ayuda: no ha pronunciado una sola palabra.

Hoy en día, nadie sabe bien si Carlos “Lole” Reutemann es el vacilante político que rumbea perdido por los pasillos del senado provincial santafesino encolumnado en las filas del PRO santafesino, alejado de cualquier contacto con la prensa y resguardado en su chacra pampeana que lo vio nacer; o es Carlos “Chauncey” Reutemann, aquel gran político que supo despertar candor y esperanza en las masas populares en los difíciles años del 2002, y que solo dios sabe, las ganas que tenía de ser el presidente de todos los argentinos -pero por malicia de algunos fantasmas pecadores- no pudo, o no lo dejaron subirse al podio////PACO

Si llegaste hasta acá esperamos que te haya gustado lo que leíste. A diferencia de los grandes medios, en #PACO apostamos por mantenernos independientes. No recibimos dinero ni publicidad de ninguna organización pública o privada. Nuestra única fuente de ingresos son ustedes, los lectores. Este es nuestro modelo. Si querés apoyarnos, te invitamos a suscribirte con la opción que más te convenga. Poco para vos, mucho para nosotros.