En marzo, el reality-show Keeping Up With the Kardashians estrenó su décima temporada al aire. Gracias a este programa –uno de los más famosos de la televisión– y también gracias a los tabloides norteamericanos, el público ha presenciado desde un tiempo atrás la transformación a la que se ha sometido Bruce Jenner, padrastro durante 23 años de las Kardashians y parte de ese show desde su primera temporada. Uñas pintadas de color rojo, pelo por los hombros, reflejos rubios, aritos de brillante en las orejas son tan solo algunos de los cambios que Jenner exhibe sin disimulo. De hecho, no es ningún secreto que el padre de la top-model Kendall se sometió en los ochenta a un rejuvenecimiento facial y a un retoque de nariz, de los que no quedó conforme. Por ello, y como registró un capítulo de KUWTK del 2009, Jenner pasó de nuevo por el quirófano a fin de “armonizar” su rostro.

Jenner inauguró el 2015 haciéndose una tiroplastia para reducir su manzana de Adán (o nuez), una de las operaciones más simples dentro de los procedimientos de feminización facial.

Sin embargo, quien ha mirado alguna vez la serie y también se detiene en las miles de fotos que los paparazzi sedientos de escándalo le toman, puede notar que la fisonomía de Jenner ha cambiado a una más propia del sexo femenino. Según los medios estadounidenses (People Magazine, RadarOnline, TMZ, entre otros), Jenner inauguró el 2015 haciéndose una tiroplastia, intervención más conocida como reducción de la manzana de Adán o nuez, una de las operaciones más simples dentro de los procedimientos de feminización facial. Además, es evidente que se rellenó los labios y se levantó las cejas. Yendo aún más lejos, la revista InTouch puso como portada de su edición de enero una foto retocada de Jenner, donde aparece como si fuera un travesti. Y si bien ni él ni nadie de su círculo íntimo se han manifestado públicamente al respecto, la prensa asegura que recientemente se puso implantes mamarios y que en el verano boreal por fin se someterá a una operación de cambio de sexo.

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Pero mucho antes de que Bruce Jenner fuera famoso por ser el marido sumiso de Kris Jenner (matriarca del Imperio K) y el padrastro maleable de Kourtney, Kim y Khloé, este hombre era muy conocido en los Estados Unidos ya que en 1976 ganó la medalla de oro en el decatlón de los Juegos Olímpicos de Verano en Montreal. Héroe nacional y celebridad, fue nombrado el atleta masculino del año. En 1977 su cara apareció en todas las cajas de cereal Wheaties, marca de General Mills muy popular en los Estados Unidos. En 1982 posó junto a su mujer en la tapa de Playgirl. En 1986 entró al Olympic Hall of Fame y además, hizo apariciones en distintas series de televisión. Ciertamente, esta imagen no coincide con aquella que proyecta el show KUWTK sobre aquel campeón olímpico y sex-symbol. La televisión norteamericana mostró otra representación de padre de familia y por ende, de hombre.

El primer antecedente de un reality de este tipo (que filma los avatares domésticos de una famosa familia) fue el programa The Osbournes, estrenado en MTV en marzo del 2002. Como indica su nombre, el show tenía como protagonista a la familia: mamá Sharon, hija Kelly, hijo Jack, y por supuesto a Ozzy Osbourne. Sin embargo, quien se robaba el show no era otro que el líder de Black Sabbath.

Bruce Jenner no tiene ni voz ni voto frente a su mujer y sus hijastras. El hombre proveedor, fuerte, allí no tiene lugar.

El Príncipe de las Tinieblas vestía siempre de negro y casi no hablaba (o si lo hacía era difícil entenderlo). Sin embargo, en él aún era posible reconocer al cantante de heavy- metal que le arrancó, en pleno concierto y con sus dientes, la cabeza a un murciélago. En resumen, era un hombre que tenía el control, sostén económico de la familia. Constantemente se quejaba de que su esposa e hijos le gastaban su tarjeta de crédito y al final del día tenía la última palabra. Con la esperanza de emular el éxito de The Osbournes, A&E puso al aire Family Jewels que mostraba la vida familar de Gene Simmons. Casado con una exconejita Playboy, el bajista de Kiss compartía con su colega rockstar el rol de pater familias. Se hacía lo que él decía o no se hacía nada. Muy diferente del papel al que fue relegado Bruce Jenner en KUWTK: él no tiene ni voz ni voto frente a su mujer y sus hijastras. El hombre proveedor, fuerte, allí no tiene lugar.

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Entretanto, Kim Kardashian – la hijastra de Jenner que más factura– se casó con el archifamoso rapero Kanye West y se pasea feliz ante las cámaras que la fotografían mientras su hombre le agarra su enorme cola o posa desnuda porque a su marido le encanta mostrarla. West sabe lo que quiere y va en busca de ello, prueba de esto fue su irrupción en el escenario de los MTV Video Music Awards 2009 cuando ganó Taylor Swift y no Beyoncé, como él quería. Algo parecido sucedió el pasado febrero en los Grammy. Beck se llevó el premio al Mejor Disco del Año y cuando daba su discurso de agradecimiento, el marido de Kim lo interrumpió porque consideraba que, también en este caso,  Beyonce era más digna de esa distinción. Hoy –y esto no es una novedad– existen múltiples representaciones de la masculinidad. Y mientras dudamos si la transformación de Bruce Jenner es decadencia o búsqueda de la felicidad perdida, vale preguntarse, ¿qué es lo que las mujeres quieren hoy? ¿Un hombre que las domine o un hombre al que puedan dominar? Kim ya optó//////PACO