Voy a pecar de tautológico pero Brasil hoy entra a jugar con mucha presión. Tiene que ganar. Hay simplemente demasiado en juego. Me refiero a jugar de local siendo el pentacampeón. Me refiero a sus ilimitadas figuras. Me refiero a su tradición, al lugar que ocupa como productor universal de futbolistas. Me refiero al Brasil, máquina del deporte, gran organizador de esta Copa del Mundo y protagonista indiscutido de esta inauguración. Pero también hablo del otro lado de la muralla del estadio. Hablo de Dilma, de la sexta economía, de los antiBrasil, de las denuncias por corrupción y malversación de fondos a la FIFA, hablo de todo ese anti-fútbol en el país del fútbol. Hay, insisto, demasiado en juego.

¿Cuál sería, para mí, hoy el resultado ideal? No es difícil especular con eso. Es mi deseo ferviente que hoy, luego de que Pitbull se la apoye a JLo, Croacia le gane por la diferencia mínima de un gol a Brasil y el anfitrión empiece muy mal esta Copa del Mundo y así, golpeado y desnudado como Maravilla Martínez en el primer round, ya no logre nunca más levantarse más. Sobre el final de esta apertura también me gustaría que hubiera disturbios entre la policía, los militantes anti-futbol, los indios y los hinchas decepcionados. No pido muertos pero sí una buena cantidad de heridos. Y todo en primera plana de los principales y no tan principales medios del mundo. Eso sería para mí lo ideal: una especie de prólogo apocalíptico bien a la brasileña, nivel Mad Max. Dicho esto, pasemos al análisis.

90499

Brasil, como dije, entra con mucha presión. Tiene que ganar. Por el contrario, Croacia, que no es Irán, que no es Costa Rica, que tiene jugadores fuertes, y algún talentoso, todos tipos sufridos, que vivieron una o dos guerras guerra, que bailan la música de los Balcanes, Croacia, digo, va de megapunto, no de banca, y tiene que usar esa fuerza en su favor. El primer tiempo será, en este contexto, determinante. Si Croacia logra frenar la gambeta de Brasil, si no le convierten y se va al vestuario, terminado el primer tiempo, con un digno cero a cero, sus posibilidades de que todo se enrarezca y se abran los espacio en una defensa rival que no es a melhor do mundo son muchas. Todos sabemos eso. Un cero a cero sería de una intrascendencia que decepcionaría. ¿Brasil puede lidiar con esa decepción? Puede. Y le conviene. Pero si tienen algo de sangre, sus jugadores van a salir a golear. Otra vez, se abren espacios atrás. Sabemos como es eso. Un corner, una falta, un tiro libre, un rebote en el área y Croacia gana uno a cero. Y ahí, trinchera. Traigan los fierro. Una, dos, tres amarillas, qué importa. Primera Guerra, Segunda Guerra, Guerra de Guerrillas. Ahora si Croacia le convierte a Brasil, la cosa se va a poner buena. Se trata, insisto, de un eterno retorno al momento clave del primer tiempo. Es más, casi diré los primeros treinta minutos del primer tiempo. En esa media hora se juega el destino de Brasil y del Mundial todo.

BRASIL VS CROACIA - Mundial Brasil 2014[7]

No hay mucho más que decir. Esta Copa va a ser la Copa de la especulación, de los espacios reducidos y de la psicología. Salvo Alemania, que trae a sus robots de siempre, y que para mí es firme candidato, todos los demás equipos tendrán mucho del Doctor Freud y muy poco de O rei Pelé. La presión del partido apertura le puede jugar en contra a Brasil. ¿Sabrá Croacia aprovechar esa ventaja dentro de un menú que no parece muy ventajoso? Ni México ni Camerún, dos países con selecciones de gran calado mítico pero muy poco fútbol real, pueden abrir la brecha que sí se le presenta a Croacia. Como mucho mexicanos y cameruneses podrán ahondar el daño psicológico infligido. Y esto Brasil lo sabe. Pero volvemos a lo mismo, ¿se van a resignar los dueños de casa a un pálido cero a cero para luego ir creciendo a lo largo del torneo? En 1998, Croacia terminó tercero con un buen fútbol, discreto y eficiente. Tiene figuras como Ivan Rakitic y Luca Modric. Y un batallón de eslavos que juegan en Europa. Veremos.

Termino con estadísticas. Brasil y Croacia jugaron dos veces. ¡Solamente dos veces! Empataron en un amistoso en 2005 y un año después, Brasil ganó uno a cero en el debut de ambos equipos en el Mundial de 2006. Mi pronóstico es definitivo: si los latinoamericanos no hacen un gol en el primer tiempo, hay esperanzas para imaginar su destrucción deportiva. Ahora si arrancan con ventaja, todo se volverá ese predecible chingui-chingui de samba e cachaça. Dios no lo permita y hoy, dentro de unas horas, Zagreb sea una fiesta y Brasil se abra camino a su irremediable trauma final.///PACO