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El mejor peor programa de TV

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por @soifer

Hay dos tipos de programas de cable no-premium que valen la pena ver: reality shows de cocina y decoración (público femenino) o basura white trash del History Channel (público masculino).
Dentro de esa basura se encuentra Alienígenas Ancestrales (Ancient Aliens), una obra maestra de la edición tendenciosa, la estupidez glorificada y la paranoia global.
El programa que ya lleva unas cinco temporadas ininterrumpidas de venta de humo interespacial, cuenta con la presencia recurrente de un tal Giorgio A. Tsoukalos de pelos tan locos como las teorías que sostiene, junto con otros personajes dudosos que al menos demuestran que obtener un PhD en alguna universidad privada del medio Oeste yanqui no debe ser tan complicado.
La premisa básica del show es que civilizaciones alienígenas de otros planetas hicieron contacto con la humanidad en la antigüedad. Cada capítulo intenta demostrar esta teoría ejemplificando con hechos aparentemente inexplicables de otro modo. Las pirámides egipcias, los moáis de la Isla de Pascua, el sitio arqueológico de Puma Punku en Bolivia son las excusas de las primeras temporadas para establecer teorías ridículas. En la medida en que el programa tuvo éxito y se expandió en más tandas de capítulos la Teoría de los Alienígenas Ancestrales se extendió hasta abarcar ángeles, chupacabras, dioses Griegos, cultos suicidas, la ciudad perdida de Atlántida, esoterismo nazi, menciones a carros en el cielo y otras cosas parecidas en literatura de pueblos antiguos entre muchas otras ideas ridículamente emparentadas con unos alienígenas de los que no existe ningún tipo de evidencia científica.
En un episodio de la última temporada se nos decía que el Gran Colisionador de Hadrones tiene una similitud en su diseño con un antiguo calendario Azteca. Primera premisa. De esa aseveración pasaban a decirnos que gracias al Gran Colisionador de Hadrones se ha encontrado la partícula de Dios. Segunda premisa. Si tenemos la partícula de Dios podríamos llegar a encontrar el modo de entender mejor la física cuántica. Cuarta premisa. Con el dominio de la física cuántica podríamos dominar el viaje en el tiempo. Quinta premisa. Sumadas todas las premisas más la voz de un locutor que dice: “¿Podría ser que humanos del futuro hayan viajado en el tiempo hacia el pasado? Los teóricos de los alienígenas ancestrales creen que sí” tenemos el producto completo. La mecánica de funcionamiento del programa es la suma de esas premisas poco explicadas o mal explicadas (en el documental Ancient Aliens Debunked que puede bajarse gratuitamente de aquí > http://ancientaliensdebunked.com/ se dedican a desarticular una a una las falsedades y tendenciosidades que plantea Alienígenas Ancestrales) más las omisiones y la edición para terminar de armar un pequeño paquete de mierda directa para digerir.
Entonces en la ensalada de pseudociencia, irresponsabilidad y las interpretaciones caprichosas los incrédulos se creerán que el Gran Colisionador de Hadrones es una máquina del tiempo que permitió viajar al pasado a “humanos del futuro” y que los Aztecas con su escasa capacidad pictográfica apenas pudieron dibujar algo parecido en uno de sus calendarios. Nada más se nos explica. Ni que hablar de por qué no hay evidencia arqueológica de ninguna de las descabelladas teorías, como esta, que el show propone. Tampoco una palabra de lo anti-económicas que resultan unas teorías que postulan unos invisibles alienígenas para intentar responder enigmas de la historia.
Alienígenas Ancestrales se ubica así más cerca del Deus Ex Machina paranoide y estúpido que a una respuesta a los verídicos enigmas históricos con algún rasgo de rigurosidad.
Con una asombrosa capacidad para mezclar folklores totalmente desconectados (y a la vez de desarticular la idea de mitología y folkore para convertirlos en relatos de hechos verídicos, como interpretan los fundamentalistas religiosos de todo tipo a la Biblia) los teóricos de los alienígenas ancestrales son capaces de asociar la leyenda de Pie Grande (un pseudocientífico dice con cara de momia: “La evidencia de su existencia ya ha sido encontrada” (?)) con Goliat, el gigante bíblico vencido por el Rey David; los terremotos y tsunamis con el dios griego Poseidón a quien, por supuesto, plantean como un extraterrestre que tenía en su Tridente un arma de ingeniería superior (y extraterrestre) para generar Tsunamis.
Todo el programa sirve también de sostén para la venta de libros y merchandising de las teorías de los alienígenas ancestrales (Tsoukalos tiene su kiosquito aquí > http://www.legendarytimesbooks.com/ donde no le ahorra a sus fans la posibilidad de comprar fotos suyas autografiadas y remeras con su cara y la leyenda Tsoukalicious).
Entonces, ¿por qué amamos el programa? Precisamente porque escarba en los más bajos fondos de la paranoia trashcore, en los artículos de Wikipedia más recónditos y estúpidos. Armado como si fuera un masticado de hamburguesas regurgitadas de la cultura popular, Alienígenas Ancestrales responde al renacimiento religioso estadounidense proponiendo teorías tan pero tan idiotas que dejan inmediatamente en off-side, por contraste, a los teóricos del Diseño Inteligente. Porque, ¿si las teorías de los alienígenas ancestrales son estúpidas por qué no lo serían las del diseño inteligente o el creacionismo? Se basan en la misma serie de no-evidencia, suposiciones, leyendas y mitologías.
Alienígenas Ancestrales es la puesta en escena pretendidamente seria e involuntaria de la ironía sofisticada del Monstruo del Spaghetti Volador.
Alienígenas Ancestrales destruye la pseudociencia desde adentro y con sus ramificaciones también afecta la porción de los cerebros incautos de los rednecks fanáticos evangelistas.
Según Wikipedia la cantante pop Katy Perry habría asegurado en una entrevista que le hizo la Rolling Stone en el 2011 que se había obsesionado con el programa y que las teorías le cerraban para explicar un montón de misterios históricos.  Perry es hija de dos pastores evangelistas. Como diría Giorgio Tsoukalos: “¿Coincidencia? NO LO CREO.”