Canciones de amor a quemarropa es el primer libro de Nickolas Butler (Pensilvania, 1979). La inspiración comenzó a partir de un taller de escritores en la Universidad de Iowa. Antes de eso, su curriculum, el que se puede constatar en su página de internet, describe su experiencia por distintos oficios. Gerente de hotel, vendedor de panchos en la calle, empleado de Burger King. De una parte hasta acá, pongámosle desde Bukowski hasta acá, parte del público prefiere a los escritores norteamericanos que trabajaron de mil y una cosas, como si tener trabajos de mierda mejorara la sagacidad para hablar de la vida. En el caso de Nickolas Butler, el resumen del spot editorial sería “de hacer mantenimiento en Burger King a éxito de ventas”. Canciones de amor a quemarropa, con traducción de Marta Alcaraz, es editado por Libros del Asteroide, editorial de Barcelona con 12 años de existencia.

En el caso de Nickolas Butler, el resumen del spot sería “de hacer mantenimiento en Burger King a éxito de ventas”.

La novela se destaca por el buen recibimiento que ha tenido de la crítica y también de ventas. La crítica coincide en nombrar a Canciones de amor a quemarropa como una novela “indie” que rescata el valor de las raíces, la amistad y el amor. La historia sucede en Little Wing, Wisconsin, un pueblo del Oeste de Estados Unidos muy parecido a Eau Claire, el pueblo donde se crío Butler. Es la historia de 4 amigos de la infancia que se reencuentran para la boda de uno de ellos. Los 4 amigos han tenido suertes muy distintas. Hank se casó con Beth, su amiga de toda la vida, nunca se fue del pueblo y sufre las penurias económicas de los pueblos agrícolas que votaron por Trump en las recientes elecciones. Lee, en cambio, es un exitoso músico de fama internacional. Kip es un exitoso agente de bolsa en Chicago y, por último, Ronny, que era un jinete de rodeo alcohólico, sufrió un accidente y quedó un poco lento.

La novela transcurre en un tiempo lento donde abundan detalles y metáforas alrededor de cada personaje: la voz de Nickolas Butler puede resultar empalagosa.

Canciones de amor…, es una novela coral donde cada uno de los protagonistas cuenta cómo lo moldeó la vida en el pueblo, qué es el amor por los amigos de la infancia y qué significa crecer. Los encuentros se dan a partir de los casamientos, la vuelta de los amigos exitosos a Little Wing y la partida de otros. Lee es el personaje más seductor de la historia, una especia de Eddie Veder, el cantante de Pearl Jam, pero que en realidad es un personaje basado en un amigo del escritor, el reconocido músico Justin Vernon, que al igual que Lee, es de Wisconsin y en 2007 se encerró 3 meses en una cabaña a componer el disco For Emma, Forever ago. Lo coral funciona hasta cierto punto. Si bien cada uno de los personajes tiene una visión distinta, todos se empatan en la profundidad sentimental que tienen para contarnos cómo experimentan la vida. Se diferencian por las cosas que les tocó vivir y los lugares que visitaron, pero no logran diferenciarse por sus voces, ni por cómo ven el mundo. En este sentido, todos suenan igual, todos los personajes son dueños de un sensibilidad forzada. Podría decirse que lo coral, como herramienta, no es efectiva, pero no es correcto. El recurso, aunque no está del todo explotado, funciona. Los amigos tienen secretos que contar, experiencias compartidas con algunos pero no con otros, y esto los hace atractivos. La novela transcurre en un tiempo lento donde abundan los detalles y las pequeñas metáforas para contar lo que rodea a cada uno de los personajes: la voz de Nickolas Butler puede resultar empalagosa. “La música que esa gente tocaba era como un gran salto de agua que se precipitara sobre un árbol imponente y frondosísimo; las notas se iban dividiendo y dispersando hacia abajo cada vez más pequeñas, fluyendo con júbilo, rebotando y deslizándose hacia abajo, más abajo, de hoja en hoja, como si se persiguieran”. La frase es de Lee, el más lírico de los personajes. Canciones de amor a quemarropa es una novela lírica, con descripciones bien logradas aunque excesivas y que consigue, sin embargo, una vez que el lector ha avanzado, imponer su propio tiempo y sus propios sonidos hasta ser una novela muy disfrutable. Tal vez ideal para acompañar un viaje, un largo momento de soledad/////////PACO