Por Alejandro Soifer (@soifer)

La noticia llegó el sábado: Marcia Wallace, de 70 años, había fallecido. La mujer adquirió el triste privilegio de la inmediata fama póstuma; a menos que se tratara de fanáticos empedernidos o sus amigos y conocidos, eran pocos quienes podían asociar a la mujer con la voz del personaje al que le dio vida durante 24 temporadas televisivas ininterrumpidas: Edna Krabappell, la eterna maestra de cuarto grado de Bart en Los Simpson. Como muestra de respeto a la actriz fallecida los productores de la serie decidieron que retirarán su personaje de la serie, como ya lo han hecho con esa mezcla de discreción y pudor con el que también han barrido bajo la alfombra a otros dos preferidos por los fans: Troy McClure y Lionel Hutz, ambos doblados por el actor canadiense Phil Hartman asesinado por su esposa en 1998.

Hambrientamente tuya, Edna K.

El limbo temporal en el que viven Los Simpson desde 1989, ese limbo por el cual el tiempo es una materia plástica y circular, que transcurre para siempre volver al comienzo, al punto de partida para sostener un statu quo que ya muestra signos de cansancio de materiales, no se condice con la realidad de nuestro mundo en el cual morimos a avanzada edad o somos asesinados por esposas y/o esposos psicópatas.
Paradójicamente, dentro del esquema de inamovilidad que hace que en Los Simpson Bart siempre esté en cuarto grado, Lisa siempre esté en segundo y Maggie nunca aprenda a hablar o caminar, han ido sucediendo notorios cambios tanto de época como en la biografía de algunos de sus personajes secundarios. No sólo hemos visto el progreso tecnológico y cultural de una época partiendo del episodio en el que Homero pone su propia start-up de internet hasta aquel en el que se parodia el Y2K pasando por la adquisición de smartphones y el reemplazo del viejo TV de caja cuadrada del living familiar por uno flat-screen sino que numerosos personajes secundarios vieron su vida modificada en estos veinticinco años de show ininterrumpido (¿acaso son los cinco integrantes de la familia los que viven en una burbuja de tiempo detenido? ¿acaso son vampiros que nunca envejecen y nunca lo supimos? Con la menor pericia que la falta de experiencia me otorgaba, ensayé esto hace unos años al respecto.) Quizás el hito más impactante de toda la serie en este sentido haya sido la muerte injustificable, absurda, ridícula de Maude Flanders, la esposa de Ned Flanders.

A la vez, fue uno de los hechos que mayores consecuencias tuvieron en el ecosistema de Los Simpson por las posibilidades narrativas que abrió. En ese desgaste de los materiales, cambiar las piezas siempre permite a los guionistas intentar nuevas fuentes narrativas y así sucedió con la muerte de Maude: toda una serie de capítulos, por lo general de poca calidad, sucedieron a partir del retiro del personaje. Una de esas consecuencias fue casualmente el también absurdo romance entre Edna Krabappell y Ned Flanders que concluyó con el casamiento de ambos al final de la temporada 23. No se sabe todavía cómo será retirado su personaje, pero Ned Flanders queda así oficialmente constituido como un auténtico Viudo Negro. ¿Quién lo hubiera dicho del santurrón?

Más allá de todo, y antes que arruinaran su historia con este inverosímil romance con Flanders, Edna Krabappell (o Maestra Clavados como Homero creía que se llamaba y nos enteramos en el episodio 172 de la 8va temporada: Grade School Confidential de 1997) era uno de los mejores personajes secundarios de la serie.

La siempre amarga y cínica maestra de grado, de presumible alcoholismo, desesperanza absoluta por la vida, triste e irremediablemente soltera, dio a la serie algunos de sus momentos de acidez y “no future” (como cuando suministrando test de aptitud a niños de diez años les dice: “Algunos de ustedes descubrirán una vocación increíble que nunca imaginaron. Otros que la vida es injusta; a pesar del Master que hayan conseguido de Bryn Mawr van a terminar como babysitters glorificados de una banda de niños bizcos de cuarto grado mientras su esposo corre desnudo por la playa con tu consejero matrimonial”) que la hicieron uno de los emblemas noventistas de la generación X.

Eso y las referencias laterales al personaje como su aparición en una edición especial de Monopoly (“Edna Krabappoly”) y el famoso sensual baile con striptease frente a los alumnos y padres de la escuela (“Es una fiebre”) y desde luego el episodio en el que mejor llegamos a conocer el destino de soledad y angustia existencial del fracaso del personaje cuando Bart la engaña haciéndose pasar por un amante por correspondencia (Episdio 51, Temporada 3: Bart the Lover del 13 de febrero de 1992. Imposible no recordar las sugerencias de Homero para la carta en la que Bart intenta remediar el dolor que le causó a la profesora: “Muñeca preciosa, bienvenida a Botadero. Población: TÚ”).

La hemos visto a Edna relacionándose con el Maestro Skinner (quizás el destino que mejor le quedaba), con el vendedor de historietas, con un músico de Aerosmith y finalmente con Flanders. Ahora sólo nos quedará volver a verla una y otra vez en esa otra burbuja temporal que son las tardes de sábados y domingos por Telefé o las 20 hs. por Fox, donde en un loop infinito, que presumimos durará hasta el fin de los tiempos, se repiten los episodios de todas las temporadas. Y si no, tendremos que verla partir,  posiblemente sin estridencias: simplemente ya no aparecerá en la serie y así, quizás, finalmente Bart pase de año ////PACO