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5 cosas raras que me pasaron en un bar

Por C. Castagna / foto Ximena Martínez

1 – Logré obtener el teléfono de una chica que se definía como amante de los animales diciéndole que podía comunicarme mentalmente con los perros.

2 – Le compré una pelotita luminosa a una señora un poco excéntrica que andaba por los bares vendiendo todo tipo de objetos inútiles. Un tiempo después me enteré de que había fallecido. Esa noche llegué a casa, y cuando vi que la pelotita seguía brillando mientras la hacía rebotar me emocioné; sentí que su alma todavía estaba viva.

3 – Siempre me preguntan si soy el que vende merca.

4 – Con mis amigos ya habíamos bebido bastante. Conocimos a unas chicas y al rato nos fuimos de gira todos juntos. Rápidamente me ubiqué junto a una morocha mucho más alta y más grandota que yo. Ni me prestaba atención, de todas formas no me despegué de ella y traté de besarla una y otra vez. En el auto, en la calle y en cada bar que pisábamos. Hasta que de pronto me agarró la cara y me encajó un beso que casi me tira al piso: «tomá, para que no me jodas más».

5 – Estaba tranquilamente acodado en la barra y se acercó un flaco medio duracell que se presentó como abogado y cinéfilo. Entre otras cosas, quería contarme de su fanatismo por Mark Wahlberg. Después de un largo monólogo acerca de sus cualidades como actor, aseguró que la pija del final de Boogie Nights no era de plástico.///PACO